DIOS LOS CRÍA, ¿Y EL FMI LOS JUNTA?

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Hola, ¿cómo andas? El domingo fueron las elecciones y los resultados generales no mostraron grandes cambios respecto de las PASO. Acá me gustaría profundizar en algo que tocó Iván ayer en su newsletter acerca de lo que dijo Alberto Fernández tras los resultados. Según anunció, en los primeros días de diciembre enviará al Congreso para su aprobación un programa económico plurianual que contiene los mejores entendimientos alcanzados hasta ahora en las negociaciones entre el staff del FMI y el ministro de Economía, Martín Guzmán, a cargo de las negociaciones por parte del lado argentino.

Además de la ratificación del ministro, otro detalle interesante que remarcó es que “es una decisión política que cuenta con el pleno aval del Frente de Todos. Ha sido el fruto del trabajo conjunto con la Vicepresidenta de la Nación, el Presidente de la Cámara de Diputados de la Nación y mi gabinete de ministros y ministras”. Aunque todavía no se conozcan los detalles del programa, esto es importante porque despeja cualquier tipo de dudas acerca de la posibilidad de no pagar dicha deuda, postura que desde hace un tiempo viene defendiendo el ala más dura del kirchnerismo y que difícilmente pueda ser llevada a la práctica, no solo por los impedimentos legales y geopolíticos, sino también por sus efectos negativos en el plano económico.

Además, sostuvo que “en esta nueva etapa debemos priorizar los acuerdos nacionales. Si queremos resolver estos desafíos, necesitamos que las grandes mayorías generen consensos”. El mensaje y la fecha elegida no parecen ser arbitrarias, dado que el 10 de diciembre se efectiviza el cambio de composición en las cámaras, donde el oficialismo perdió la mayoría en Senadores y todavía está por verse si retiene la primera minoría en Diputados, a la espera del escrutinio definitivo.

Así, lo que busca el oficialismo es que el Congreso apruebe lo que parecen ser las bases del programa económico que está discutiendo con el FMI, algo que le otorgaría una carta adicional en dicha negociación, que se fue dilatando y que ya se encuentra contra reloj. Recordemos que en los primeros tres meses del año próximo vencen unos USD 4.000 millones (que se suman a los USD 2.300 millones que vencen ahora en noviembre y diciembre). El total para 2022 es de casi USD 18.000 millones y de USD 19.000 para 2023, montos muy difíciles de afrontar con el nivel de reservas actual y los problemas que se acumulan en el frente inflacionario y cambiario.

Además, la ratificación del Congreso parece ser un paso ineludible, dado que el tipo de programa que está negociando con el fondo es el de facilidades extendidas, que, a diferencia del clásico stand by, se caracteriza por ser de una mayor duración, tanto en lo que hace al repago de la deuda (que puede ir desde los 4 hasta los 10 años), como a la puesta en práctica de las medidas consensuadas (apuntadas a un horizonte temporal de entre 3 y 4 años), lo que significa que abarcaría al próximo mandato, con la posibilidad de un cambio de gobierno.

Allí podría estar el interés de Juntos por el Cambio (JxC) en tratarlo y, posteriormente, dar su aprobación. En primer lugar, porque justamente una parte del programa (y las medidas que conlleva) deberían ser mantenidas en un potencial mandato a partir del 2023. En segundo lugar, porque, según el propio FMI, dicho programa se basa en “reformas estructurales para corregir deficiencias institucionales o económicas, además de las políticas que mantienen la estabilidad macroeconómica”, algo que suena muy similar a lo que reclama JxC y que fue uno de sus principales argumentos para justificar su fracaso en materia económica (la “pesada herencia”). Por último, pero no por eso menos importante, porque contribuiría a la estabilidad institucional, política y económica del país.

Desde ya, todo esto va a estar supeditado a lo que finalmente presente en unas semanas el gobierno. Puede que para la oposición no sea lo suficientemente exhaustivo o no vaya en línea con las medidas o los objetivos que crean convenientes para el rumbo del país. Lo bueno es que lo podremos evaluar y confirmar al momento de ver cómo se dan las discusiones en el Congreso. Ya a título personal, ojalá que esto prospere. Desde hace tiempo venimos diciendo que va a demandar varios años resolver nuestros problemas económicos y que, por lo tanto, eso requiere como mínimo lograr ciertos consensos en materia de política económica que se mantengan en el tiempo y trasciendan a los distintos gobiernos.

¿Más economía?

Va el resumen del panorama económico a partir de los datos que salieron durante la última semana: la inflación de octubre volvió a ser muy elevada, del 3,5% mensual, impulsada por los rubros textiles, salud y alimentos. La actividad industrial volvió a crecer en septiembre y muestra un gran desempeño pospandemia. Los salarios les volvieron a ganar a la inflación en septiembre, salvo los del sector no registrado. La nota completa la podés leer acá.

Ahora en un ratito, a las 10 de la mañana, se lleva a cabo la tercera jornada del ciclo de charlas que organiza el Banco Central. En particular, les recomiendo la de Alejandro Díaz de León Carrillo. No hace falta inscripción previa, las pueden ver en vivo desde el canal de YouTube del BCRA (después las suben, así que en realidad las pueden ver cuando quieran).

Si antes de la pandemia de Covid-19 la democracia liberal venía siendo cuestionada y amenazada, ¿qué pasará después? ¿Es posible una democracia liberal más igualitaria después de esta emergencia? ¿O estamos frente a un quiebre, a una erosión o a la posibilidad de una reinvención democrática? En este episodio del Podcast “¿Qué pasa?”, entrevistan a Saskia Sassen, Victoria Murillo, Ricardo Dudda y Melis Gülboy Laebens para averiguarlo.

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