El proyecto del Gobierno entró al Congreso. Fuerte hincapié en temas fiscales y cumplimiento de metas.
Finalmente, el Ministerio de Economía mandó al Congreso el proyecto de ley de Presupuesto 2023. Con una sorpresa.
El proyecto tiene un primer texto basado en las metas del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y una adenda que sugiere al Congreso discutir la modificación o eliminación de regímenes especiales que representan un 2,4% del Producto Interno Bruto (PIB), para reducir en mayor medida el déficit fiscal -e incluso lograr el superávit- y combatir la inflación.
Entre esos esquemas está el pago de los jueces del Impuesto a las Ganancias, o los beneficios en los impuestos internos para Tierra del Fuego.
“Si se animan a estudiar estos beneficios (incentivos fiscales corporativos, define el FMI), como el no pago de Ganancias por parte de jueces y las alícuotas especiales de sectores financieros, si ustedes creen que podemos mejorar las metas, tenemos este menú”, explican fuentes oficiales sobre el mensaje político.
Entre los fundamentos más fuertes del Presupuesto 2023 se contempla una inflación anual de 60% y un crecimiento de 2%.
El programa oficial para el año que viene también incluye una estimación del dólar de $ 269 para fin de año ($ 219 en promedio) y un déficit primario fiscal equivalente al 1,9% del PIB, en línea con lo que contempla el acuerdo con el FMI. Contando los intereses, el rojo financiero ascendería al 3,9%.
Como sucede todos los años, el proyecto ingresó por la Cámara de Diputados, que lo analizará en comisiones para luego debatirlo en el recinto.
Al regreso de su gira por los Estados Unidos, el ministro de Economía, Sergio Massa, revisó los últimos números.
Entre otros puntos, la propuesta oficial estima un crecimiento de la inversión muy por debajo del nivel de este año: pasaría del 10% al 2,9% en 2023.
Siempre de acuerdo con las previsiones que marcó el Gobierno en su hoja de ruta, también se espera que baje fuerte el consumo privado, al pasar del 6,5% en 2022 a un crecimiento de solo el 2% para el año que viene.
El Gobierno estima, por otra parte, que las exportaciones crezcan 7,1% en 2023, mientras que las importaciones aumentarían 2%. Así, el superávit comercial pasaría de u$s 7751 millones en 2022 a u$s 12.347 millones en 2023.
Con respecto al dólar -una de las variables más sensibles- se aguarda que para diciembre de este año la cotización oficial se ubique en $ 166,50 (actualmente cotiza en torno a los $150) y que llegue a $ 269,90 en diciembre del año próximo.
En cuanto a la inflación, el proyecto contempla un nivel del 95% para este año, para desacelerarse al 60% durante el año próximo, todavía en registros muy elevados.
Sobre el mercado del trabajo, se espera que el desempleo se mantenga en torno al 7% y que los ingresos se recuperen apenas el 2%.
El Gobierno promete que no habrá una devaluación brusca, sino que el dólar oficial acompañará a la inflación (crawling peg) y puede superarlo por muy poco margen.
La reducción de los subsidios energéticos será de 0,6 puntos porcentuales, de 2,2% del PIB a 1,6% en 2023, con un extra de 0,1 punto en transporte. No está especificado cómo serán los aumentos de tarifas.
El Cronista
