En agosto alcanzó los $ 119.757 para una familia de cuatro personas, según estimaciones del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) a partir de la variación de la canasta básica total. Por su parte, la canasta básica alimentaria, que marca la línea de indigencia, quedó en $ 52.990.
Una familia de cuatro miembros, dos adultos y dos chicos, necesitó más de 119.557 pesos para no ser pobre, según datos informados este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). A su vez, para no ser considerada indigente se precisan $ 52.990.
Así lo indica el valor compuesto de la canasta básica total (CBT), que determina el nivel de pobreza por ingresos, lo que implicó un aumento durante el mes de agosto de 7,6%, una cifra que superó sustancialmente al 7% de inflación del mismo mes.
En tanto, la canasta básica alimentaria (CBA), indicador del nivel de indigencia, cifró un crecimiento de 7,1%.
La publicación de los datos se dan a conocer una semana antes de que el INDEC dé a conocer el informe de indigencia y pobreza correspondiente al primer semestre de 2022.
Otro de los datos destacados es que la variación interanual de la CBA se alejó aún más de la que marca la suba de precios, ya que la primera creció un 81,4%, mientras que la segunda un 78,5%. Por su parte, la CBT aumentó un 75,2%.
En la medición nominal, un adulto precisa más de $ 17.148,80 para no ser considerado indigente, mientras que para no caer en la pobreza necesita de $ 38.756.
QUÉ INDICA LA MEDICIÓN DE LA CANASTA BÁSICA
Ambos datos muy relevantes para determinar la magnitud de la crisis económica en los indicadores sociales.
Mientras que la Canasta Básica Total (CBT), además de alimentos, incluye otros ítems del gasto como indumentaria, salud, transporte o educación, lo que determina la “línea de pobreza”.
Por el otro lado, la Canasta Básica Alimentaria (CBA) se limita a relevar bienes de primera necesidad y configura la “línea de la indigencia”: aquellas familias que no lleguen a cubrir los ingresos necesarios para adquirirla son indigentes.
El Cronista