LA COP27 FIJA EL RETO DE ELEVAR LA FINANCIACIÓN PARA QUE LOS PAÍSES VULNERABLES AFRONTEN LA CRISIS CLIMÁTICA

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El presidente de la Cumbre del Clima, Sameh Soukry, ha hecho hincapié en la necesidad de que los países ricos arrimen el hombro económicamente y aporten fondos para que las regiones en desarrollo sufraguen los gastos por las pérdidas y daños generados por el calentamiento del planeta.

Esta va a ser la Cumbre del Clima de la lucha contra las desigualdades. Al menos esa es la intención de la presidencia, en manos de Egipto, de la propia ONU y de la ciencia, cuyas intervenciones en el primer pleno de apertura de la COP27 han enfatizado en la necesidad pasar del discurso a la acción y aprobar mecanismos de financiación que permitan que los países en desarrollo –más vulnerables a la crisis climática– puedan adaptar sus economías al calentamiento acelerado del planeta.

“Acelerar la cooperación financiera internacional es determinante para lograr una transición justa”, ha dicho en la apertura de la cumbre Hoesung Lee, presidente del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC), quien ha alertado de que, con las políticas actuales, “no vamos a poder limitar el calentamiento global a los 1,5ºC” respecto a los niveles preindustriales.

El presidente de la COP27Sameh Soukry, también ha incidido en la necesidad de que Egipto sea el encuentro climático donde los países ricos arrimen el hombro y ha recordado que los 100.000 millones que se comprometieron a destinar en 2020 para los países en desarrollo “no se han materializado”. Ese fondo está todavía 16.000 millones por debajo del objetivo marcado en cumbres anteriores. Esta es, según Soukry, una oportunidad para elevar la dotación económica. “No hay esfuerzos en financiación y lo que hay es por concepto de préstamos. Tenemos que cambiar las cosas, debemos escucharnos, atender las preocupaciones de otras partes y entenderlas. Debemos trabajar para forjar soluciones de consenso que demuestren que nos tomamos en serio no dejar a nadie atrás”, ha dicho.

En esa misma ha ido el discurso de Simon Stiell, secretario general de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC, por sus siglas en inglés): “Necesitamos aumentar la financiación para afrontar los impactos del cambio climático. Tenemos cosas comunes para tender puentes. En este periodo de sesiones algunos procesos estarán n un punto miedo, otros en ciernes y habrá otros que nos replantearemos”.

Los discursos se han materializado en la agenda consensuada por las partes, pues los países han acordado incluir finalmente un punto polémico relacionado con la financiación para pérdidas y daños generados por la crisis climática. Es decir, la negociación para articular un nuevo fondo en el que los países que más han contribuido al cambio climático (los Estados ricos y desarrollados) ayuden económicamente a los países del Sur a sufragar los gastos derivados de eventos extremos vinculados al calentamiento del planeta, como sequías o inundaciones.

Este es un punto complicado, ya que delegaciones como las de EEUU o Europa consideran que no se requiere de otra herramienta financiera más. El presidente dela COP, sin embargo, ha anunciado que las negociaciones sobre pérdidas y daños entrarán en un subpunto sobre los debates de financiación y ha advertido, eso sí, que aunque en Egipto se abran las negociaciones se dará un plazo para encontrar consenso “no más allá de 2024”. Además, se ha acordado que Chile y Alemania encabecen los órganos subsidiarios encargados de las conversaciones más técnicas sobre pérdidas y daños.

Más ambición

Los asuntos de financiación y de transición ecológica justa serán importantes, pero también se ha dejado claro en esta primera sesión plenaria que Egipto exigirá a los países elevar la ambición. El secretario general de la UNFCC ha recordad que hay 164 países que han acudido a la cumbre sin hacer los deberes, es decir, sin actualizar sus Compromisos Nacionales Determinados (NDCs, por sus siglas en inglés), el documento político donde cada país plasma de manera vinculante los objetivos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Soukry, por su parte, ha urgido a las delegaciones a “aumentar la ambición” para estar a la altura de los objetivos que se acordaron en París en 2016 para mantener la subida de temperaturas del planeta por debajo de los 1,5ºC. 

Los objetivos que cada país ha presentado a la país revelan una brecha entre lo político y lo científico. Tanto es así que con las políticas climáticas actuales la temperatura del planeta subiría más de 2,5ºC, según los datos de la ONU, que señaló en la semana previa a la COP27 que se requiere recortar las emisiones de efecto invernadero más de un 40% de aquí a finales de década para no alcanzar el punto de no retorno.

Público

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