El gobierno uruguayo puso fin el miércoles a la emergencia hídrica en la capital y sus alrededores, decretada hace dos meses para asegurar el suministro de agua potable en medio de una prolongada sequía.
El presidente Luis Lacalle Pou dijo que se tomó la decisión ante la recuperación de parte del caudal de los cursos de agua y los embalses que abastecen el área metropolitana de Montevideo, donde residen unos 1,8 millones de habitantes, más de la mitad de la población del país.
“Hoy podemos ver con cierta tranquilidad la calidad del agua, que es muy buena, y ver los días que tenemos por delante con un muy buen abastecimiento de agua”, declaró a periodistas.
En los últimos meses, el peor déficit hídrico desde el comienzo de los registros, hace 74 años, puso en jaque el bombeo de agua potable a Montevideo y localidades de los vecinos departamentos de Canelones y San José.
Ante la excepcional falta de lluvias, la empresa estatal Obras Sanitarias del Estado (OSE) comenzó a mezclar a fines de abril la escasa agua dulce con flujos provenientes del estuario del Río de la Plata, con lo cual el agua del grifo salía salada.
Pero las recientes precipitaciones en la región aliviaron la situación.
Según el último balance oficial, al 22 de agosto, el embalse de Paso Severino, el principal reservorio de agua dulce para la zona, contaba con más de 36,6 millones de metros cúbicos de un total de 67 millones de capacidad.
Por otra parte, los valores de sodio y cloruro del agua en las líneas de bombeo para la zona metropolitana estaban por debajo de los topes permitidos por la normativa vigente, de 200mg/l y 250mg/l, respectivamente.
En los últimos meses, Paso Severino llegó a contar con poco más de 1% de su capacidad, y hubo días en que los valores de sodio y cloruro superaron incluso los máximos autorizados excepcionalmente, de 440mg/l y 720mg/l.
El decreto del 19 de junio que declaró la emergencia hídrica posibilitó al gobierno financiar dos litros de agua mineral por día a más de 500.000 personas, así como exonerar de impuestos al agua embotellada. Además, facilitó las obras para la construcción de una nueva presa y tuberías para el trasvase de agua de un río a otro.
Lacalle cifró en “cerca de 70 millones de dólares” el desembolso para paliar la crisis hídrica en el área metropolitana capitalina.
La Nación