Según proyecciones oficiales, Argentina podría reanudar la exportación de cobre en 2026 y para 2030, con exportaciones estimadas por 10.000 millones de dólares, convertirse en uno de los diez principales jugadores a nivel mundial.
En un mundo que avanza rápidamente hacia la electrificación y la electromovilidad, el cobre se ha convertido en un mineral estratégico de creciente importancia. Este escenario presenta una oportunidad única para el país, que cuenta con un potencial enorme pero aún no plenamente explotado. Según proyecciones oficiales, Argentina podría reanudar la exportación de cobre en 2026 y para 2030, con exportaciones estimadas por 10.000 millones de dólares, convertirse en uno de los diez principales jugadores a nivel mundial.
Según informó recientemente la Bolsa de Comercio de Rosario, la demanda global de cobre está en auge, impulsada principalmente por su papel esencial en tecnologías verdes como los autos eléctricos y las energías renovables. Actualmente, Chile y Perú lideran la producción y exportación de cobre, representando más de un tercio de la producción mundial y más de la mitad de las exportaciones globales. Este contexto coloca a Argentina en una posición estratégica para entrar en el juego.
A pesar de la última producción de cobre en Argentina que data de 2018 con el cierre de la mina Bajo de la Alumbrera, el país alberga más de 20 proyectos de cobre en desarrollo. Estos proyectos representan una oportunidad significativa para revitalizar la industria del cobre en Argentina y contribuir significativamente a la economía nacional.
Fuente: Agrositio/El Inversor Energético