EL ÚLTIMO ACTO DEL FRENTE DE TODOS Y OTRAS AGUAFUERTES DE UNA ARGENTINA EXTREMA

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Alberto Fernández en fade, el eco final del FDT. Esquirlas de la foto de libertarios con genocidas. Los tuits de Milei y un quórum cada vez más complicado para Martín Menem. Otra batalla en la guerra del clan Macri y el omnipresente Ariel Lijo.

En un smartphone Samsung estaban guardados los chats que escenificaron el último acto de ese experimento -muy eficaz en términos electorales, gravemente fallido en lo político y de gestión- que se llamó Frente de Todos. La mensajería privada de María Cantero, la histórica secretaria privada de Alberto Fernández, descargó sospechas en los últimos dos registros donde la memoria cercana del FdT sostenía retazos: la presunción de inocencia en el accionar del presidente y el avance, inédito aun con fallas, de las políticas de género.

Las dos banderas que más o menos seguían en pie fueron sepultadas por las sospechas. La saga puede seguir y volverse, todavía, más dramática respecto al tráfico de influencias y alcanzar a otros actores del ecosistema frentetodista. No solo por los contenidos de los chats de María, del que solo trascendió una parte. Hay más teléfonos en poder de la Justicia. El UFED, el sistema de inteligencia que se usa para “romper” los celulares y recuperar la información, es más eficaz en teléfonos con sistema Android que con los que usan el IOS de Apple.

Oro en polvo para Javier Milei, que se beneficia no solo por el imán mediático en torno a la denuncia de la exprimera dama Fabiola Yáñez, sino porque la denuncia de violencia sobre el presidente en cuya gestión se impulsaron políticas de género centrales es un plot twist dramático que le sirve para alimentar un factor medular del discurso del libertarismo más rancio anti derechos. Lo dijo Manuel Adorni, lo tuiteó Milei.

El último acto del FdT muestra a un Alberto Fernández en fade: la soledad política, que caracterizó el tramo final de su presidencia, se expresó en la soledad personal de los últimos meses, que se agravó, todavía más, tras la denuncia de Yáñez. Detrás de la causa aparecen otros hilos: se afirma en sectores del PJ, por caso, que en la Justicia no le perdonan la “cadena nacional” cuando trascendió el viaje a Lago Escondido de funcionarios judiciales, políticos y empresarios.

Tempestades

El caso Fabiola estalla en medio de otras tempestades. Estuvo a punto, este miércoles, de ser uno de los asuntos que se discutieran en el recinto de Diputados. Martín Menem planificó una sesión que al final se cayó. El bloque de Miguel Ángel Pichetto no dio quórum, Unión por la Patria tampoco y la convocatoria naufragó. Pudo ser una lucha de catch: la oposición reclama una acción contra los y las diputadas que fueron a ver condenados de crímenes de lesa humanidad, entre ellos Alfredo Astiz, a la cárcel de Ezeiza.

Hacemos Coalición Federal (HCF), el bloque que preside Pichetto, se bajó de la sesión por incumplimientos atribuidos a Menem. El peronista rionegrino habla mucho con el libertario riojano y la semana pasada se vio con Santiago Caputo, el gurú libertario. Su esfuerzo por construir un puente entre su bloque y La Libertad Avanza fracasa, en gran medida, porque Menem y compañía malpagan los intentos de apoyo.

La última movida fue tratar de desplazar a Mario Negri de la Auditoria General de la Nación (AGN), que tiene el voto prometido de la UCR, los provinciales, HCF y el peronismo. Desde Casa Rosada quieren una butaca para Santiago Viola, apoderado de LLA en la elección presidencial de 2023, que tiene además intenciones de hacer pie en sectores de la Aduana. Menem quiere correr a Negri y poner a Viola, mientras que la oposición le dice que si quiere lugar para Viola, ocupe el del PRO, que Mauricio Macri reservó para Jorge Triaca.

Lo último parece improbable o, al menos, muy osado: sería un gesto tremendo hacia el expresidente, que acumula malestares mientras ve que su poder de fuego no alcanza, aquí y ahora, para detonar la designación de Ariel Lijo en la Corte. Se viene, en la segunda parte de agosto, la audiencia en el Senado y el conteo es voto a voto, con los ojos puestos en la indicación que baje Cristina Kirchner. Un senador que estuvo con Lijo especuló, al pasar, que no será fácil votar contra el juez: “Si no entra a la Corte sigue siendo juez en Comodoro Py, ¿no?”

Al final, LLA quizá ganó al perder la sesión: porque seguro hubiese habido pases de factura por el caso Fabiola pero habría, también, reproches a los libertarios que, como dijo un diputado del PRO, “fueron a tomar el té con Astiz a Ezeiza”. El mal clima entre Macri y Milei inocula incertidumbre a las relaciones en el Congreso y con las horas el supuesto de que el PRO emitiría una declaración ligth sobre la visita a Ezeiza se licuó y el atajo libertario perdió fuerza.

Los otros chats

Con los días, detrás del árbol de la visita a Ezeiza apareció el bosque: la diputada Rocío Bonacci contó que luego de la visita estaba planeado ir a Casa Rosada a presentarle un “proyecto muy importante” a Karina Milei. Trascendió, además, que había trece diputados de LLA que compartían reuniones para definir una iniciativa que flexibilice la prisión para los condenados por crímenes de lesa humanidad. Los periodistas Mauro Federico e Yvy Cángaro, en DataClave, hicieron un seguimiento detallado y aportaron, por caso, capturas de aquellos mensajes.

El contexto de la visita es sórdido. El viernes, días después del tour libertario por el pabellón de lesa humanidad de Ezeiza, se conoció el crimen de Susana Beatriz Montoya, la mujer de 74 años viuda de un policía desaparecido durante la última dictadura que fue hallada sin vida junto a una amenaza pegada en la pared de su casa de Córdoba. La autopsia confirmó ayer que la muerte fue provocada por un fuerte golpe en la cabeza y una asfixia mecánica por estrangulamiento.

“Los vamos a matar a todos. Ahora vamos por tus hijos #Policia”, decían los carteles que encontró su hijo, Fernando Albareda, integrante de la agrupación HIJOS. Su padre, Ricardo Fermín Albareda, fue un exsubcomisario que militaba en el ERP y fue secuestrado y desaparecido en el centro clandestino de detención “El Embudo”, que funcionó a orillas del lago San Roque de esa provincia entre 1976 y 1979 y dependía del Departamento de Informaciones de la Policía cordobesa.

Del grupo que visitó a los genocidas habrían participado, entre otros, Lilia Lemoine y Santiago Santurio. Lemoine tiene relación directa con los Milei. Santurio es una pieza operativa importante en la dinámica legislativa de LLA en Diputados. Cerca de Menem aseguran que no hay ningún proyecto vinculado a prisión de lesa en trámite ni tienen conocimiento de que se esté preparando. Lourdes Arrieta, que junto a Bonacci contaron lo que ocurrió en el viaje, habría sufrido amenazas de otro diputado de LLA por contar sobre la visita a Ezeiza.

En Congreso circula una versión que amplifica la idea: agrega que en la propuesta sobre quitar las limitaciones a la prisión domiciliaria que pesa sobre condenados por lesa hay otros actores positivos, más allá de LLA. En la postura de diputados de la Coalición Cívica (CC) en contra de sancionar a los diputados que fueron a Ezeiza, algunos adivinan una postura conceptual de Elisa Carrió respecto a que debería respetarse el derecho a la libertad domiciliaria.

En el Gobierno evitan amplificar los capítulos legislativos pero, en ese caso, aportan un dato muy en clave Milei: esperan un informe del Servicio Penitenciario, que depende del Ministerio de Seguridad de Patricia Bullrich, sobre el costo de mantener en prisión a personas de más de 70 años, algunos con tratamientos médicos específicos, que en su mayoría están en el hospital. La tesis sería la siguiente: “no hay plata” para pagar el tratamiento médico de detenidos, por lo cual es más barato mandarlos a la casa.

Milei, además de una diatriba contra el progresismo, se zambulló en su cuenta de X en una agenda plagada de aguafuertes: no solo amplificó la condena a Guillermo Moreno por su paso por el INDEC y la imputación de manipular datos, sino que además se metió con un segmento que le consume tiempo, el periodismo, en referencia a un episodio que involucró a un periodista argentino y uno español, declarado fan libertario. Juan Pablo Peralta, acreditado en Casa de Gobierno desde 2003, insultó al recién llegado Javier Negre, simpatizante de Vox y mimado del presidente, que según trascendió en las últimas horas compró el 50% de La Derecha Diario, el house organ libertario.

La guerra sin fin

Otro capítulo de la Argentina extrema se lo llevó el clan Macri, cuya guerra interna no ofrece señales de tregua. Mariano Macri, hermano del expresidente, denunció penalmente al Grupo SOCMA, de propiedad familiar, por los presuntos delitos de administración fraudulenta, falsificación de documentos, evasión tributaria, presentación de balances falsos y lavado de activos.

Algunos accionistas de SOCMA denunciados podrían cruzarse en cumpleaños. Son Gianfranco y Florencia Macri, hermanos del exmandatario, y Rodrigo Valladares Macri y Franco Valladares Macri, sus sobrinos. La presentación también alcanza a directores, síndicos y otras personas que pudieran ser encontradas como coautoras, cómplices, instigadoras o encubridoras.

Como un déjà vu de un país que parece funcionar en loop, el expediente le cayó a Lijo, que hasta octubre ocupa el Juzgado Federal 6 y a quien el líder del PRO dedicó especialmente críticas en su reaparición pública de la semana pasada. El otro destinatario de los dardos calabreses fue Santiago Caputo.

Cenital

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