La barrera de inflación de 4% se volvió casi una obsesión dentro del Gobierno. El mes pasado varios funcionarios habían apuntado que en julio el IPC rompería esa barrera, aunque no pudo ser y se clavó en esa cifra. Ahora, todo indica que en agosto tampoco se habría podido cumplir con ese objetivo, y que incluso el incremento de precios de agosto habría sido más fuerte.
El jueves 11 se conocerá la cifra oficial, pero algunas consultoras privadas hablan de una inflación más cercana al 4,5% que al 4%. En esto, desde ya, tienen mucho que ver factores como los precios regulados y la actualización de tarifas de electricidad y gas, y transporte público, motores centrales de esta aceleración prevista.
Si no fuera por esos aspectos tal vez la situación hubiera sido diferente, pero lo cierto es que una vez más la barrera de 4% no se habría podido romper. Tal vez sabiendo esto es que el ministro de Economía, Luis Caputo, salió por la red social X a presionar a los empresarios para que a partir de ayer los precios en los comercios -sobre todo en los supermercados- empezaran a mostrar caídas.
“Que se note”, les había reclamado el ministro a los supermercadistas hace algunos días, al anticiparles que se reduciría de 17,5% a 7,5% el Impuesto PAIS.
El gran problema que surge aquí es básicamente de expectativas. Porque el Gobierno quiere que el “efecto descenso” se vea ya en las góndolas, pero en los comercios advierten que esto no sólo no se da de un día para el otro, sino que además en algunos casos la incidencia del PAIS sobre los precios finales es poca.
Expectativa vs. realidad. El tiempo dirá quién gana la batalla.
Pueblo Chico – El Cronista
