MADRID INYECTA SOLO EL 6% DE LAS VACUNAS RECIBIDAS EN LA PRIMERA SEMANA

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El Gobierno regional arranca el operativo a un ritmo muy alejado de su objetivo semanal hasta final de marzo, a pesar de que Ayuso quería que llegaran más dosis “lo antes posible”

Madrid ha iniciado el proceso de vacunación contra la covid-19 con lentitud a pesar de las expectativas creadas por la presidenta de la comunidad, Isabel Díaz Ayuso. El Gobierno regional ha administrado la primera dosis a 3.090 personas desde el domingo, cuando se puso en marcha el operativo en toda Europa. Es un ritmo extraordinariamente lento que supone solo un 6% de las 48.750 dosis que el Ejecutivo regional recibirá del Gobierno central semanalmente hasta final de marzo. La lentitud llama la atención porque Ayuso tenía prisas por empezar a vacunar y se ha quejado de que el Ministerio de Sanidad le ha dado pocas dosis. El débil arranque en Madrid y otras comunidades de este proceso crucial para recuperar la normalidad aumenta las dudas sobre el objetivo de vacunar al 70% de la población española hasta final del verano.

El viceconsejero de Salud Pública, Antonio Zapatero, informó el sábado en rueda de prensa de varios contratiempos, como la falta de suministro el lunes debido a problemas logísticos en un centro de reparto de la empresa Pfizer, o la dificultad para vacunar en residencias donde se ausentan muchos mayores que pasan las fiestas con sus familias. Ha sido una semana prácticamente perdida porque no se han administrado vacunas desde el 31 de diciembre al 3 de enero debido al puente de Año Nuevo, según los sanitarios que participan en el operativo. En adelante, el Gobierno autónomo prevé vacunar solo de lunes a viernes, porque la Consejería de Sanidad no ha reorganizado a la plantilla de sanitarios para trabajar los fines de semana.

“No era la mejor semana”, explicó Zapatero durante la rueda de prensa semanal para informar de la situación epidemiológica en la región. “Nos ha venido bien para ver los tiempos y la logística”. Zapatero aseguró que la semana que viene acelerarán el ritmo para vacunar a unas 15.000 personas y defendió que la sanidad madrileña está preparada para incrementar el ritmo de vacunación. “El Sermas (Servicio Madrileño de Salud) tiene capacidad para vacunar a más gente, pero fundamentalmente estamos limitados por el número de vacunas que recibamos a la semana”.

La Comunidad ha formado a 46 parejas de enfermeros que están administrando la vacuna a mayores que viven en residencias, el lugar donde ha arrancado la campaña. Cada sanitario tiene un objetivo de 25 dosis al día, que se doblará a 50 en próximas fechas, según trabajadores del operativo.

Los enfermeros se han encontrado con otros problemas que no mencionó Zapatero, como defectos en el material empleado. Sanitarios consultados por este periódico dicen que tienen que trabajar con un sistema de registro donde no aparece la historia clínica de los pacientes (con información clave como alergias), y que al principio recibieron jeringas que no les permitían regular la dosis indicada de 0,3 mililitros.

Cataluña también ha iniciado el proceso con lentitud. La Generalitat, que va a recibir 60.000 dosis semanales, informó el sábado de que solo ha administrado 6.093 dosis. El objetivo del Ministerio de Sanidad es que en una primera fase, hasta final de marzo, las comunidades hayan vacunado a los mayores y empleados de residencias, así como a los sanitarios de primera línea. A finales del verano, el 70% de la población debería estar inmunizado, pero esas expectativas parecen ahora demasiado optimistas. En otros países desarrollados el proceso de vacunación también ha arrancado más lento de lo esperado.

“Que lleguen pronto, lo antes posible”

El Ministerio de Sanidad anunció el mes pasado las cifras de reparto de la vacuna entre comunidades autónomas en función de la población de los grupos prioritarios que reside en cada región. A Madrid le corresponderán 48.750 dosis semanales que recibirá cada lunes durante 12 semanas. Ayuso dijo la semana pasada que era un número “realmente bajo” y pidió “que lleguen pronto, lo antes posible”.

El objetivo que se ha marcado la Comunidad de Madrid para las primeras tres semanas es solo la mitad de las dosis recibidas. Como son necesarias dos dosis por persona para conseguir la inmunidad, las autoridades sanitarias han decidido guardar la otra mitad para administrarla a las mismas personas pasados 21 días. De este modo, la meta de vacunación semanal será de solo 24.375 personas semanales hasta el 21 de enero.

Por ahora, Madrid solo está vacunando en las residencias de mayores. La Consejería de Sanidad dice que ha formado a 46 equipos de enfermería de dos personas cada uno: 14 de atención primaria, dos de la Agencia Madrileña de Atención Social (la que gestiona las residencias públicas), 12 de Cruz Roja y 18 de los geriátricos concertados y privados. Asimismo, hay otros 22 equipos de reserva pertenecientes a los hospitales de la red pública y de atención primaria que recibirán la formación a partir de la próxima semana. Zapatero dijo en la rueda de prensa que ya han completado la vacunación en 60 residencias.

Enfermeras encargadas de la vacunación dicen que se han topado con varios contratiempos cuando se han puesto manos a la obra. La Dirección General de Salud Pública de la Comunidad les dio el primer día unas jeringas que no tenían numerada la dosis recomendada de 0,3 mililitros. Tampoco tenían protección antipinchazos, una especie de capuchón para evitar pinchazos accidentales. El frágil estado de salud de los mayores de residencias también ralentiza el proceso. “A un mayor le dio un síncope después de recibir la vacuna y tuvimos que atenderlo”, dice una enfermera que pide anonimato para no sufrir represalias. “Si quieren acelerar el ritmo de vacunación no va a quedar más que aumentar el número de enfermeros”, añade.

El problema de la escasez de sanitarios ha mermado la gestión de Madrid durante toda la pandemia. Es una traba que se ha agravado en estas fiestas navideñas porque muchos sanitarios del Sermas están de vacaciones. Varias fuentes consultadas dicen que debido a esas bajas hasta el lunes 11 de enero la atención será menor. “La plantilla del Sermas está formada por un personal envejecido que durante el año ha acumulado muchos días libres devengados que convalidan al final del año”, dice Julián Esquerra, portavoz del sindicato médico Amyts.

Algunos epidemiólogos consultados creen que los datos de vacunación de la primera semana son decepcionantes, aunque entienden que el inicio del proceso iba a ser más dificultoso. “No es raro que haya cierta lentitud al principio hasta que la máquina esté engrasada”, dice Fernando García, portavoz de la asociación de Salud Pública de Madrid. “Habrá que acelerar para llegar al ritmo previsto y también compensar el retraso de estas primeras semanas”.

Quique Bassat, epidemiólogo del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) opina que las comunidades no pueden excusarse alegando que el proceso logístico es complicado. “Hay pocas medidas más sencillas que vacunar. El reto logístico no es tan complicado más allá de la necesidad de mantener la cadena de frío. Es más importante tener a un equipo humano preparado. Es un tipo de excusa que suena a mi perro se ha comido los deberes”.

El País

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