LARRETA Y LAS CLASES PRESENCIALES, UN CONFLICTO ARMADO PARA LAS ELECCIONES 2021

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Argentina está atravesando el peor momento desde que inició la pandemia por coronavirus en términos de cantidad de contagios, fallecimientos y situación del sistema sanitario. Esta semana se superaron las 60 mil muertes y por primera vez se registraron casi 30 mil contagios en un día.  A diferencia de la primera ola, los hospitales están colapsados, ya no tienen casi margen para mejorar sus servicios, y empieza a registrarse un aumento marcado de casos en menores de edad y adultos jóvenes, muchos de los cuales terminan en camas de terapia Intensiva. El AMBA es el área más afectada, y particularmente la Ciudad de Buenos Aires que en un mes quintuplicó las cifras y es el distrito con más contagios y muertes de acuerdo a su población: 3.346 casos positivos cada 100 mil habitantes, y 789 fallecidos cada millón. El aumento disparado de los contagios se explica mayormente por el inicio de las clases.  

Paradójicamente desde hace una semana, el principal tema de agenda pública y el que genera mayor repercusión política es el conflicto iniciado por el Gobierno de Horacio Rodríguez Larreta por la suspensión temporaria de la presencialidad escolardictada por la aplicación del Decreto de Necesidad y Urgencia del presidente Alberto Fernández. Conflicto que el gobierno porteño y todo Juntos por el Cambio decidió tomar como bandera propia para posicionarse al frente de la oposición con fines electorales y especulativos, a pesar de las múltiples recomendaciones epidemiológicas y el aumento ininterrumpido de casos. Como ya es costumbre un tema que es netamente político y corresponde al ámbito del Ejecutivo, se judicializó y llegó al foco de la opinión publica por medio de un despliegue espectacularizado del dispositivo mediático judicial. Incluso en pandemia, mientras la CABA se convierte en un vector de transmisión de coronavirus para todo el territorio nacional, poniendo en peligro la vida de millones de personas, el macrismo se abroquela para poner en marcha una nueva maniobra de marketing electoral, único eje vertebral de todas sus políticas desde 2007.

El Gobierno Nacional por otro lado, acorde a su posicionamiento histórico y formas de entender la política, insiste y sostiene que los canales de resolución son el diálogo, las buenas intenciones y la gestión. Desde ese lugar las decisiones se toman basándose en cifras oficiales, el asesoramiento de especialistas de diferentes disciplinas, las evidencias científicas, y las referencias internacionales que muestran cuáles son las estrategias que mejor funcionan. Suponiendo también, desde el sentido común, que en el marco del flagelo social que transitamos la oposición achicaría los márgenes de posibles maniobras y operaciones para sumarse a una campaña mancomunada por el bienestar de todxs. Pecó de ingenuo el Gobierno, desde mi punto de vista, al pensar que la derecha argentina dejaría de serlo por una pandemia. El macrismo volvió a correr los límites de lo plausible de ser discutido para llevarlo a lugares absurdos e irracionales y mostró su total desprecio por la división de poderes y la ciudadanía toda. El debate por la presencialidad escolar, estirado y explotado a niveles enloquecedores, representa un gesto de negacionismo, irresponsabilidad y cinismo.

El Destape

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