BRASIL ASUME LA PRESIDENCIA PRO TEMPORE DE UN MERCOSUR MÁS AGRIETADO QUE NUNCA

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Brasil y Uruguay insisten en la flexibilización de los aranceles del Mercosur, mientras Argentina sigue firme en su postura.

Los equipos técnicos de los países miembros del Mercosur no lograron avanzar ayer en un consenso superador de las diferencias existentes en torno a la velocidad del relacionamiento externo para concretar nuevos acuerdos comerciales ni en su modalidad. Tampoco en la profundidad de la reducción del Arancel Externo Común (AEC). Fue tras la Reunión Extraordinaria del Grupo Mercado Común (GMC).

La reunión del GMC, el órgano ejecutivo del bloque, sesionó en forma virtual con cabecera en el Palacio San Martín -ya que Argentina ejerce hasta el mañana la presidencia pro tempore del bloque-, con el análisis de las propuestas, proyectos de decisiones y los programas de trabajo que se presentarán a los cancilleres del Mercosur para su discusión en la reunión a fin de profundizar la integración.

El encuentro, que se desarrolló en dos turnos, estuvo presidido por el secretario de Relaciones Económicas y jefe negociador de Argentina, Jorge Neme, y se concretó en paralelo a la IX Reunión de Ministros de Industria, Comercio y Servicios.

Participantes del encuentro precisaron que durante el bloque de la mañana se llevó adelante una sesión de características técnicas para analizar cuestiones vinculadas al sector automotriz, azúcar, cupos de importación y comercio electrónico, siempre referido al intercambio intrabloque.

Tal como estaba previsto, los temas de mayor disenso quedaron para el tramo vespertino, donde las mismas fuentes aseguraron que “las posiciones de cada uno de los países se mantuvieron firmes, por lo que no se pudieron logar avances hacia un camino de consolidación del principio del consenso como norma rectora del Mercosur“.

El primero de ellos está referido a la reducción del AEC que el bloque impone a los productos y servicios extrabloque, punto en el cual la Argentina presentó en los últimos meses una propuesta más moderada respecto a la pretensión aperturista que impulsa el Gobierno de Brasil (que tomará la batuta desde el jueves) con el acompañamiento de Uruguay.

“Argentina reiteró que acepta una baja de arancel del 10% en 75% de los productos y hay 25% que es esencial como el sector automotriz, juguetes, textiles o lácteos que son considerados sensibles y que no se puede permitir una apertura indiscriminada porque afecta la producción, la competitividad y los puestos de trabajo”, detallaron fuentes oficiales consultadas por Télam.

Frente a la postura Argentina, Brasil y Uruguay ratificaron su interés en reducir de inmediato 10% los aranceles a todas las posiciones arancelarias, y otro 10% en enero, también sin restricciones de sectores.

La propuesta que viene elevando la Cancillería de Argentina contempla una reducción del AEC al 0% para aquellos códigos que actualmente tienen el 2% y una reducción en 10% para los que actualmente tienen aranceles del 4%, 6%, 8%, 10%, 12% y 14%.

Esta propuesta, en conjunto, suponía alcanzar un acuerdo en 75% del universo de códigos del Nomenclador Común del Mercosur (NCM) y la defensa de los sectores productivos más intensivos en agregación de valor, tema aún irresuelto que retomarán mañana los cancilleres.

El otro punto con diferencias marcadas, acaso insalvables, es la flexibilización en el relacionamiento externo de los países miembro, lo que conlleva la posibilidad de que cada socio pueda encarar sus negociaciones comerciales de manera independiente con terceros países o bloques, sin acuerdo del resto de los países, algo que está abiertamente en disidencia con el espíritu del Mercosur.

“Argentina, acompañada por Paraguay, considera en este aspecto que el camino son las negociaciones en conjunto como estipula Tratado de Asunción, lo que no implica no estar dispuestos a explorar acuerdos con todo el mundo”, explicaron las mismas fuentes consultadas.

En ese sentido, se recordó que el bloque durante la presidencia pro tempore de Argentina logró avances con la primera reunión con la Unión Africana para un acuerdo de comercio, lo propio se hizo con países de Centroamérica y el país incluso cedió en la posibilitad de manejar distintas velocidad en un acuerdo con Corea del Sur.

“Una cosa es flexibilizar, buscar acuerdos con países de economías complementarias y otra que cada país haga acuerdos por si solo sin tener en cuenta las necesidades de los socios”, insistieron fuentes de Cancillería consultadas por Télam.

Siguiendo con la agenda prevista, hoy, el canciller Felipe Solá encabezará la reunión del órgano superior del Mercosur, el Consejo del Mercado Común, en dos sesiones plenarias: primero juntos a sus pares de los Estados miembros y Bolivia y, luego, sumando a los países asociados e invitados.

De ese encuentro también participarán el secretario general de la Aladi, Sergio Abreu Bonilla; el presidente el ejecutivo de Fonpĺata-Banco de Desarrollo, Juan Notaro Fraga y la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena.

El jueves, en un acto encabezado por el presidente Alberto Fernández de manera virtual, se realizará la Cumbre de Jefes de Estado de Mercosur, Países Asociados e Invitados Especiales, evento mediante el cual Argentina culminará su presidencia pro tempore y hará el traspaso oficial a la República Federativa del Brasil.

Previamente a las palabras de Fernández, de todos sus pares del bloque regional y del tradicional golpe de martillo que simboliza el traspaso, el canciller Solá presentará un informe destallado sobre el trabajo realizado por el país a lo largo de estos seis meses.

Si el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, está disconforme con el Mercosur, la posición del superministro de Economía de Jair Bolsonaro, Paulo Guedes, es aún más taxativa. “Argentina impide la modernización del bloque”, dijo, días atrás. Como Lacalle, cree que hoy el bloque es un lastre que impide una mayor integración de su país con el mundo.

La fragilidad del bloque es seria y, si bien la posibilidad de que alguno se baje del barco no es la más probable, es una probabilidad que ha crecido. Brasil intentará avanzar con su agenda en estos meses y la clave será la capacidad de Argentina, flanqueado tímidamente por Paraguay, de resistir las presiones y planchar las cosas.

El lunes, el embajador Daniel Scioli, que tuvo un cruce tenso con Guedes, visitó el Planalto, sede del Gobierno de Brasil, donde mantuvo reuniones con Luiz Ramos, Jefe de Gabinete de la Presidencia y Flavia Arruda, Ministra de Gobierno de Brasil.

Durante los encuentros, Scioli abordó con los ministros diferentes temáticas de la relación bilateral. El Mercosur fue el tema central.

El Economista

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