Con 91 votos a favor, el proyecto fue aprobado sin modificación en el articulado que había sido aprobado por 64 a 3 en el Senado.
El proyecto de ley de etiquetado frontal de alimentos y bebidas obtuvo dictamen de mayoría en comisiones de la Cámara de Diputados de la Nación y quedó en condiciones de ser tratado en el recinto. Luego de casi diez meses de trabajo en comisiones, el proyecto que ya cuenta con media sanción del Senado fue dictaminado sin modificaciones en el articulado, tal como reclamaban las organizaciones que impulsan la norma. Entre otros puntos, el proyecto prevé que los envases de los productos que superen los máximos de azúcares, grasas saturadas, grasas totales y sodio establecidos por laOrganización Panamericana de la Salud (OPS) deberán incluir un octógono negro que advierta el exceso en el frente del paquete.
Luego de ser aprobado con 64 votos a favor y tres en contra por el Senado en octubre de 2020, el proyecto de “Ley de promoción de la alimentación saludable” fue debatido en Diputados durante cuatro reuniones informativas del plenario de las comisiones de Legislación General, de Acción Social y Salud Pública, de Defensa del Consumidor, y de Industria. Este martes, el proyecto obtuvo dictamen de mayoría con 91 apoyos por parte de los diputados y diputadas que componen esas comisiones.
“Estamos por saldar un deuda que nos está reclamando la sociedad y que tiene que ver con la salud pública“, abrió el debate la diputada del Frente de Todos (FdT), Cecilia Moureau, presidenta de la Comisión de Legislación General, cabecera del plenario. “El objetivo fundamental de este proyecto es informar de manera clara, precisa y transparente sobre algo tan básico y elemental como la alimentación“, señaló por su parte Florencia Lampreabe (FdT), una de las principales impulsoras de la ley.
“Es una herramienta de salud pública. La presencia de nutrientes críticos en ultraprocesados está ligada directamente al aumento de la malnutrición y enfermedades crónicas no transmisibles, que en Argentina son el principal problema de salud pública y el principal factor de riesgo relacionado a la covid-19. Todas esas enfermedades son prevenibles mejorando los hábitos de alimentación“, explicó Lampreabe. Por su parte, la diputada de la UCR, Carla Carrizo, sostuvo que el proyecto “garantiza tres derechos básicos: el acceso a la salud, a la alimentación y a la información, aumenta la autonomía frente a la góndola”.
El principal objetivo del proyecto es dejar a la vista de todos los consumidores la presencia en alimentos y bebidas de altos niveles de los denominados “nutrientes críticos“, según criterios basados en el “Perfil de Nutrientes de la OPS”. De aprobarse la ley, los productos que sobrepasen los límites fijados por el organismo deberán tener en el frente de sus envases una etiqueta octogonal negra, con borde y letras de color blanco, que advierta sobre el exceso del nutriente crítico que corresponda en cada caso.
Justamente el formato de la etiqueta y el perfil que se tomará como parámetro fueron los dos puntos atacados por algunos legisladores. La diputada Carmen Polledo (JxC) presentó un proyecto alternativo, que quedó en minoría con 12 votos, en el que propuso “métodos menos agresivos“, reemplazando los octágonos negros por categorías fijadas por los colores rojo, amarillo y verde. Además, propuso que los parámetros no sean establecidos por el perfil de OPS. El presidente de la Comisión de Salud Pública, Pablo Yedlin (FdT), también presentó un dictamen con modificaciones similares que obtuvo solo cinco apoyos.
Los cambios propuestos van en línea con lo que plantearon durante las reuniones informativas los expositores representantes de la industria alimenticia, así como lo expresado en las últimas semanas por la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal), el Centro de la Industria Lechera y el Centro Azucarero Argentino. “El etiquetado frontal tiene que ser de carácter informativo y no restrictivo“, planteó esta última entidad en un comunicado. Durante el plenario de este martes, Polledo afirmó incluso que detrás del proyecto hay una “tentación autoritaria por dirigir los hábitos de los demás”.
“Autoritario es imponer a la sociedad consumos alimenticios que afectan a su salud sin su consentimiento y sin que estén informados“, respondió Lampreabe en este sentido, para luego agregar que “no se trata de demonizar ni prohibir ningún alimento, sino de informar cuando tienen exceso de nutrientes críticos“. “Una cosa es cuando uno decide comprar una bolsa de caramelos a su hija o hijo a sabiendas de que no es lo mejor y otra cosa muy diferente es cuando uno está dándolo sin saber”, señaló la diputada.
Antes del plenario, la OPS, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y Unicef publicaron un documento en conjunto para pedir la sanción de la norma “sin cambios y sin más dilaciones“: “Es un paso sustantivo y ejemplar en la protección de los derechos de niñas, niños y adolescentes, en la mejora de la alimentación y en la salud pública”, señalaron.
Es que la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud, realizada en 2018, determinó que en Argentina el porcentaje de niños de 0 a 5 años con exceso de peso es del 13,6 por ciento. Por esta razón, otro de los puntos que propone el proyecto es la prohibición de publicidad dirigida a público infantil en los productos que contengan al menos una etiqueta de exceso. Tampoco podrán incluir imágenes de personajes de dibujos animados, deportistas, ni prometer premios que llamen la atención de los niños.
“Hay una sociedad entera que pide que hoy demos el dictamen para esta media sanción“, indicó la diputada Daniela Vilar (FdT). Lo confirma una encuesta realizada en abril por la Fundación InterAmericana del Corazón, que determinó que el 91 por ciento de las 1167 personas entrevistadas “apoya una política que incluya sellos negros de advertencia en el frente de los envases de alimentos y bebidas con exceso en nutrientes críticos y calorías”.
Página/12