El plan de transición se agota y hace ruido la falta de gestión. A Milei lo salva la política: más Francos que Caputo. El laboratorio libertario para el 2025: vampirizar al PRO y alimentar una fractura en el PJ.
Como un espasmo, Luis “Toto” Caputo hizo un acting errático con desmentidas y sin anuncios, horas después de que Patricia Bullrich y Mariano Cuneo Libarona anticiparan el envío de un proyecto para bajar la edad de imputabilidad. Una secuencia destinada a mostrar aquello que no existe: gestión. “Números malos. Cambio de tendencia”, deslizó, preocupado, un operador libertario. En Casa Rosada duró poco la excitación por la «paliza» de Donald Trump a Joe Biden en el debate presidencial en Estados Unidos, la noche anterior.
Javier Milei bajó la persiana de su primer semestre de gobierno con un junio de claroscuros: logró, tras un largo derrotero, la aprobación de la Ley Bases justo cuando el plan económico de transición da muestras de agotamiento. Se frenó la ampliación de reservas del Banco Central y siguió la suba de dos vísceras sensibles de la opinión pública: los dólares y los precios. Después de festejar el 4,2% de mayo, se espera un rebote de la inflación. El fervor oficial por el triunfo legislativo pasó desapercibido para el mercado y para la opinión pública. El festejo durará poco.
La postal de Caputo y Santiago Bausili, titular del BCRA, alimentó una analogía inquietante: la conferencia del 28 de diciembre de 2017 que Toto compartió con Marcos Peña, Nicolás Dujovne y el entonces presidente del Central, Federico Sturzenegger, que operó como “intervención” política del organismo. Meses después, Sturzenegger dejaría su cargo y sería reemplazado por Caputo. Un déjà vu inverso: Sturzenegger está, ahora, listo para regresar. Ese 28-D fue el fin del romance de los mercados con Mauricio Macri, que cinco meses más tarde anunciaría un acuerdo con el FMI. La conferencia de Toto y Bausili era observada desde un lateral por otro Caputo: Santiago.
Contra todos los pronósticos, Milei cumple medio año con más soporte político que económico. Los 147 votos que la Ómnibus pocket logró en Diputados son el lado amable de un tablero con luces rojas en indicadores de la macro. Con esa foto, Guillermo Francos parece más eficaz que el rockstar Caputo, que tuvo que negar otra vez la devaluación que reclaman el campo y el FMI. Sirve la dimensión que le da el economista Juan Carlos De Pablo, muy cercano al presidente. “Si hacen un salto devaluatorio, se termina el gobierno”, le dijo De Pablo a Diego Schurman en Splendid.
Dos versiones de Milei
El Gobierno trata de cambiar el clima e instalar la idea de que empezó a despertar la economía real. En abril, según un informe de Nadín Argañaraz en base a datos del INDEC, el salario privado tuvo un leve repunte, pero está 12 puntos abajo respecto del mismo mes de 2023 y el estatal quedó 24 puntos abajo. Ambos segmentos tuvieron caídas con la devaluación de diciembre. La proyección de Federico Pastrana, de la consultora C-P, es que en mayo sigue la tendencia, sin caída ni recuperación.
Argañaraz aportó otro dato que fue celebrado, en Twitter, por Milei: marca que la recaudación del IVA registró, con datos de junio, una suba de 5,1%. Se traduce como un indicio de repunte del consumo. Interrumpe la caída de esos meses, pero está debajo de otros años: en junio de 2023, por caso, la recaudación de IVA creció 8,2%.
En las dos bibliotecas de las encuestadoras, que dan saldo positivo o negativo en la imagen de Milei, hay una coincidencia: en junio no hubo cambios bruscos. Inteligencia Analítica, que hace un tracking diario, aporta un dato interesante: desde que asumió, el libertario tuvo un solo momento de mejora sustancial: su discurso ante el Congreso el 1° de marzo, con la convocatoria al Pacto de Mayo. Pero nada de lo que vino después alteró la estabilidad: ni una mega marcha en contra, ni un triunfo legislativo. La consultora de Marcelo Escolar registra tendencias de la positiva a la baja y la negativa en alza, pero con las dos pendientes muy leves.
Opina Argentina, de Facundo Nejamkis, refleja que en junio la positiva de Milei tocó su punto más alto desde que empezó el gobierno. ARESCO, de Federico Aurelio, completó dos estudios esta semana, con metodologías distintas, y arrojó como resultado que el presidente roza los 56 puntos de positiva. A riesgo de ofender a la cofradía de los encuestólogos, y con la aclaración previa de que imagen y votos son categorías distintas, se puede decir que el libertario está en el mismo punto que la noche del balotaje. Pero no son, dicen en La Libertad Avanza, los datos que muestran los estudios que pide el gurú Santiago Caputo.
Vampirizar al PRO
En LLA ponen el foco en 2025 y observan un riesgo electoral en la provincia de Buenos Aires, ante lo que se menciona un método clásico: tratar de nutrirse –o de nutrir– una fractura en el peronismo. “En 2017, Cambiemos ayudó al Randazzo: ahí hubo mucho anabólico”, cita como antecedente un dirigente bonaerense. El caos del panperonismo ofrece opciones para tratar de repetir ese formato el año próximo.
Milei se puede alimentar de las crisis de los partidos. Tiene la oportunidad de vampirizar votos, identidad y dirigentes del PRO de Mauricio Macri. El expresidente está decidido, como contó Cenital el jueves, a no cumplir la promesa de darle la presidencia de la asamblea partidaria a Patricia Bullrich. Si repite el modus operandi de Buenos Aires, la exclusión del partido tendrá como respuesta que la ministra neolibertaria rompa el bloque de diputados nacionales del PRO, que preside Cristian Ritondo.
Lo instrumental del Gobierno se discute en la oficina del número dos de Francos, Lisandro Catalán, donde se juntan Santiago Caputo y Eduardo “Lule” Menem, edecán político de Karina. Con despacho en Casa Rosada, Lule recibe a dirigentes de variado pelaje y oficia de traductor de los deseos –y también moderador de las rabietas– de la hermanísima. En confianza, desliza que los espasmos de El Jefe impiden hacer acuerdos duraderos. Quizá sea solo una excusa para no tomar compromisos.
Otra tregua temporal peronista
En estos días podrán anudarse dos episodios que sugieren, si no orden, al menos una tregua temporal en el peronismo. Uno ocurrió el jueves: la cumbre de economistas que convocó Guillermo Moreno, a la que mandaron delegados Axel Kicillof, Sergio Massa, Máximo Kirchner y Juan Grabois. El otro se prepara para el lunes: en la quinta de San Vicente, Kicillof y Kirchner compartirán un acto por los 50 años de la muerte de Juan Domingo Perón. Pero antes ocurrirá algo no menor: hoy hablará Cristina Kirchner con Pedro Rosemblat en Gelatina.
La corporación de Unión por la Patria le cedió centralidad a Moreno, con la precondición de que baje la intensidad de su metralla mediática. Detrás del armado de esa cumbre estuvo Sergio Berni. En la convocatoria inicial, Moreno no incluyó al sector de Grabois. Lo invitó recién el jueves al mediodía.
Hay una incompatibilidad manifiesta entre ambos dirigentes, los más visibles y activos en estos meses. Moreno esperaba a Juan Manuel Pichetto, el hijo del diputado de Hacemos Coalición Federal (HCF). No fue pero, según el economista contó a Cenital, su padre Miguel lo autorizó a decir que acompaña la discusión económica de esa mesa peronista.
De fondo, hay un nudo crítico que separa a Moreno del resto de los jefes de UxP, de Cristina a Massa. “Moreno cree que el peronismo tiene que armar un equipo y un plan para ir a hablar con el establishment y con el FMI, a decirles que estamos listos para gobernar. Cree que con eso se termina Milei. En el peronismo, solo él piensa eso: nadie ve que haya una crisis cercana”, apunta un referente que, sin habitar el morenismo, tiene buena relación con el exsecretario de Comercio Interior. El FMI es otro punto distorsivo: Moreno quiere pedir una audiencia con autoridades del organismo, postura que no comparten muchos de los demás referentes.
A fondo con Trump
El FMI es, como siempre, factor de discordia interperonista. La negociación de Caputo con el fondo está, según fuentes al tanto de esas charlas, “muy verde”. ¿Puede haber un auxilio del organismo a Argentina? “Improbable pero no imposible”, coincidieron dos economistas de vínculo fluido con el organismo que estiman una asistencia extra de entre 5 y 12 mil millones de dólares.
El tema es el cuándo y el cómo. Sobre esto último, nadie imagina que sea un esquema como el que logró Caputo en tiempos de Macri. Ahí asoma otro déjà vu: ¿qué hará el peronismo si Milei avanza en un nuevo acuerdo, que incluya endeudamiento extra? Hace poco, en una charla con empresarios, Martín Guzmán mencionó que en 2018 la acción política del peronismo no fue lo suficientemente intensa como para condicionar la intervención del Fondo. Un colaborador del economista amplió la referencia: “Si hacías una movilización de 100 mil personas, el FMI se ponía a dudar si debía o no poner los fondos. Pero no pasó nada. Bah, hubo una solicitada de 70 personas en Página 12″. Contrafáctico.
A diferencia de entonces, a partir de una ley enviada por Guzmán, cualquier nuevo acuerdo de endeudamiento deberá pasar por el Congreso. Será, como con Bases, un desafío para la oposición amigable y una revancha para el kirchnerismo que pone como kilómetro cero de la crisis, y de la derrota electoral, el acuerdo que firmó Alberto Fernández, con Guzmán como ministro, en enero de 2022.
Dato anexo: Nicolás Posse era el funcionario con mejor vínculo con el Partido Demócrata, en particular por la relación que construyó con Willians Burns, el jefe de la CIA. Su salida generó un vacío que trata de llenar Gerardo Werthein, el embajador argentino en Washington, de históricos vínculos con el partido que en agosto tendrá su convención para resolver si Joe Biden será finalmente su oferta electoral o apostará a otra figura (suenan Kamala Harris o Michelle Obama) para enfrentar a Donald Trump.
En la Rosada se siguió con atención el debate entre presidente demócrata y el retador republicano y se festejó el desempeño de Trump, que tiene que ver con el “cuándo”. En LLA dan por hecho que cualquier dilación en la asistencia del FMI se despeja con un triunfo de Trump, pero eso –con suerte– podría ejecutarse en marzo del año que viene. Por lo tanto, el Gobierno del fanático Milei está obligado a “sobrevivir” sin recursos extra hasta el segundo trimestre de 2025. Una espera infinita.
Un karma que salva a Milei
De vuelta al peronismo, todo es frágil. El gobernador y el jefe del PJ bonaerense tuvieron una reunión mano a mano, pero el encuentro no alcanzó, hasta acá, para aplacar el ruido. En La Cámpora dicen que no hicieron nada para dañar a Axel, que no hubo un solo hecho que pueda ser visto como hostilidad, mientras remarcan acciones ofensivas de dirigentes que reportan, o dicen reportar, a Kicillof. «¿De verdad Axel no va a decirle a Ferraresi que afloje? Si no quiere está mal, si no puede está peor», diagnostican cerca de Máximo.
Frente a la atomización del PJ, reminiscencia del gobierno del Frente de Todos (FdT), emerge una certeza: sin Posse, y con las amenazas de los Milei, Javier y Karina, de cortar la cabeza de aquellos que operen, en el ecosistema libertario bajó la intensidad del internismo. Aunque bicéfalo, en LLA hay un jefe. Y, sobre todo, son muy leves los matices sobre el rumbo económico y el diseño político. Lo contrario a lo que ocurrió en el FdT.
No es la única herencia que derrama el pasado peronista. Hay un factor poco explorado que puede servir para explicar, al menos en la emergencia, por qué a pesar de la valoración negativa sobre el presente, hay sectores amplios que respaldan a Milei y expresan confianza sobre su proyecto. Dos sondeos lo destacan: entre los que aprueban al libertario, la principal preocupación es la “corrupción”. Ni la inflación, ni el desempleo, ni el deterioro de la economía: la corrupción.
Un estudio de Inteligencia Analítica de Escolar y otro de Opina Argentina de Nejamkis coinciden en esa mirada. El último informe de Management and Fit va en la misma línea y el trabajo de mayo de UDeSA muestra una tendencia parecida. “Los votantes o adherentes a Milei que observan como principal preocupación la corrupción, están marcando que la explicación de la crisis del presente fue la corrupción del pasado”, detallan en una de las consultoras.
Esa mirada constituye el capital esencial de Milei, un núcleo duro que lo apoya sobre todo por su rechazo a lo anterior, en particular al peronismo. La referencia al kirchnerismo forma parte de esa táctica. En UxP dicen tener la certeza de que existe un laboratorio para administrar las denuncias judiciales, cuyo manejo se atribuye a Caputo.
Cenital