EL FMI RESPALDÓ EL “AMBICIOSO“ PLAN DE AJUSTE DE MILEI Y LIBERÓ UN DESEMBOLSO DE US4700 MILLONES

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El directorio ejecutivo dio luz verde a la séptima revisión del programa, la primera bajo el nuevo gobierno. Extendió la duración del acuerdo hasta diciembre.

El directorio ejecutivo del Fondo Monetario Internacional aprobó este miércoles una nueva revisión del programa con Argentina, la primera bajo el gobierno de Javier Milei, y desembolsó US$4.700 millones con un fuerte respaldo al “ambicioso” plan de ajuste del libertario con medidas “audaces” para bajar la inflación y estabilizar la economía.

El FMI aprobó, además, “una extensión del acuerdo hasta el 31 de diciembre de 2024, junto con algunas reprogramaciones de los desembolsos planificados dentro de la dotación existente del programa”. Originalmente el acuerdo terminaba en septiembre y esta medida le dará más tiempo al Gobierno para poder implementar las reformas.

El board, conformado por los directores ejecutivos que representan a los países miembros del organismo, analizó por varias horas la séptima revisión del acuerdo a nivel técnico alcanzado el 10 de enero por el equipo del ministro Luis Caputo y los funcionarios del Fondo encabezados por el jefe del Hemisferio Occidental Rodrigo Valdés y su segundo Luis Cubeddu. Este acuerdo había logrado revivir el programa de Facilidades Extendidas que había descarrilado el año pasado con el “Plan Platita” de Sergio Massa, cuyas metas fueron incumplidas.

Este miércoles el directorio le puso el sello definitivo y giró el desembolso, aunque al Banco Central no llegó la suma completa porque buena parte fue utilizada para cancelar vencimientos con el propio organismo, unos US$2.780 millones entre el capital que vencía este miércoles y los intereses correspondientes.

En un comunicado difundido al final de la sesión, la directora gerente Kristalina Georgieva hizo un repaso del fracaso del programa anterior: “Tras la finalización de las últimas revisiones, los grandes desequilibrios y distorsiones de Argentina se agudizaron, y el programa se desvió significativamente, lo que refleja las políticas inconsistentes del gobierno anterior.

Y agregó: “En medio de esta difícil herencia —inflación elevada y creciente, reservas agotadas y altos niveles de pobreza—, la nueva administración está tomando medidas audaces para restaurar la estabilidad macroeconómica y comenzar a abordar los impedimentos de larga data para el crecimiento. Estas medidas iniciales evitaron una crisis de balanza de pagos, aunque el camino hacia la estabilización será difícil”.

“El ambicioso plan de estabilización acordado se centra en el establecimiento de un ancla fiscal fuerte que ponga fin a todo el financiamiento del gobierno por parte del Banco central. El logro de un superávit fiscal primario de alrededor del 2% del PIB este año se sustentará en una combinación de impuestos temporales relacionados con las importaciones y el fortalecimiento de los impuestos a los combustibles, junto con los esfuerzos para racionalizar los subsidios a la energía y el transporte, los costos administrativos y el gasto discrecional de menor prioridad”, señaló Georgieva.

“También se está reforzando la asistencia social para apoyar a los más vulnerables y salvaguardar el valor real de las pensiones. Con el tiempo, se prevé la adopción de medidas fiscales de mayor calidad para lograr mejoras estructurales en los ingresos y el gasto y garantizar la consolidación y una distribución más equitativa de la carga”.

Georgieva se refirió al dólar y las reservas: “Tras el realineamiento del tipo de cambio, la política cambiaria debería seguir asegurando los objetivos de acumulación de reservas. Se están adoptando medidas importantes para hacer frente al gran sobreendeudamiento comercial y crear un sistema de importación más transparente y basado en normas. Además, las autoridades se han comprometido a eliminar a corto plazo las restricciones cambiarias distorsionadoras y las prácticas cambiarias múltiples, y a elaborar planes para desmantelar gradualmente las medidas de gestión de las corrientes de capital, según lo permitan las condiciones”.

“La orientación de la política monetaria debe evolucionar para respaldar la demanda de dinero y la desinflación, mientras que el marco y las operaciones de la política monetaria se ajustarán para fortalecer su papel de anclaje. El fortalecimiento del balance del banco central sigue siendo una prioridad”, señaló.

Georgieva resaltó “los esfuerzos para corregir los grandes y extensos desajustes de precios relativos, reformar el sector energético y crear una economía más simple, basada en reglas y orientada al mercado”. Y también el abordaje de “las barreras al crecimiento, el empleo formal y el comercio, al tiempo que se prevé un marco regulatorio más predecible para impulsar la inversión y liberar el potencial energético y minero de Argentina”.

Georgieva hizo una velada referencia a que quizás se necesitan más reformas que las que hoy se debaten en el Congreso y que es importante el consenso político y social para que el programa funcione. “La formulación ágil de políticas y la planificación de contingencias serán esenciales, y es posible que se necesiten medidas adicionales para asegurar los objetivos del programa y restaurar la estabilidad de manera duradera. La comunicación clara y la asistencia social bien focalizada siguen siendo imperativas, así como los esfuerzos continuos para generar apoyo social y político para el programa”, advirtió.

El nuevo plan de Milei es mucho más severo y de shock que el del gobierno de Alberto Fernández y agrada más al directorio del Fondo, cansado de los incumplimientos de Argentina. Con recortes a todo nivel, contempla un fuerte ajuste fiscal y renueva las metas anteriores a un nivel más “ambicioso”. El Gobierno se comprometió a alcanzar un superávit fiscal primario del 2% del PBI a fin de este año y a acumular US$10.000 millones en reservas netas a fines de 2024.

De hecho este ajuste, según predijo el martes el propio Fondo en una actualización de su informe de perspectivas globales, hará que el país caiga en recesión este año a un -2,8%, aunque la inflación bajará a un 150% anual a fines del 2024.

La novedad llega con el jefe de Gabinete Nicolás Posse en Washington, quien el martes se entrevistó con la número dos del organismo, Gita Gopinath, para contarle las novedades sobre el tratamiento de la ley ómnibus en el Congreso y el impacto que puede tener en las metas del programa el aplazamiento de las leyes fiscales que pidió la oposición. Caputo insiste en que las metas se lograrán igualmente, pese al traspié del Gobierno con la ley.

Posse también tuvo esa misión ante autoridades del Tesoro ya que Estados Unidos es el miembro de mayor peso en el directorio, por ser la primera economía del planeta.

Clarín

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