Un año de la asunción de Alberto Fernández como presidente de la Nación.
El sábado 18 de mayo de 2019 por la mañana, Cristina Fernández de Kirchner compartió un video en sus redes sociales con un anuncio que cambió el rumbo de la argentina: Alberto Fernández era el candidato a presidente de la Nación por el Frente de TODOS. Así, la formula Fernández – Fernández decretó el principio del fin del peor gobierno en los últimos 100 años, y comenzaba la ardua tarea de la reconstrucción de un país devastado social, política y económicamente.
El 10 de diciembre de 2019, atrás quedaba un gobierno corrupto e incompetente que depredó los fondos públicos y generó un inédito endeudamiento externo e interno. El macrismo fue una coalición de gobierno que despreció al Estado y a las instituciones en general, y que sólo lo utilizó para viabilizar sus negocios; a lo que debemos sumar que desarrolló una red de espionaje ilegal como nunca había ocurrido en democracia.
A este panorama, y con tan sólo 100 días en el gobierno, la nueva administración debió enfrentar la inédita y devastadora Pandemia Covid 19 que sumergió al planeta una profunda crisis sanitaria y económica que perdura hasta hoy.
En una tarea mesiánica, nuestro presidente comenzó la reconstrucción con el cuidado de la salud y la vida de todos los argentinos como objetivo prioritario, volviendo a la jerarquía de Ministerio a las carteras de Salud y Trabajo de la Nación, eliminados durante el gobierno macrista.
La gestión se concentró en los eslabones más débiles y desgastados de la sociedad. Así, se le otorgó un bono para jubilados y se retomó la fórmula de incremento jubilatorio que garantiza ganarle a la inflación.
En el caso de quienes percibían la Asignación Universal por Hijo (AUH), se establecieron bonos y refuerzos monetarios. Además, se implementó la tarjeta AlimentAr alcanzando a 1.200.000 de familias. Se creó el IFE para 9 millones de argentinos y ayudas directas para pagar salarios a grandes, medianas y pequeñas empresas evitando un aumento aún mayor del desempleo. Se congelaron las tarifas de servicios públicos y las cuotas de créditos hipotecarios, evitando más pobreza e indigencia. De no existir un estado presente la crisis hubiese adquirido una insostenibilidad mayor a la sufrida en el 2001.
A pocos días del 2021, la llegada de la vacuna contra el COVID 19, y los acuerdos por la deuda, generaron los primeros signos de reactivación mediante inversiones legítimas y generadoras de empleo decente. El superávit comercial alcanzó, a la fecha, 18.000 millones de dólares (INDEC), contra los 15.990 millones del 2019. Esto indica que, pese a la pandemia, argentina creció comercialmente un 9,5%.Las inversiones anunciadas superan holgadamente a las producidas durante el desastre macrista, que fueron de U$S 2.800 millones entre 2016 a 2019.
Los programas Potenciar Trabajo y Potenciar Jóvenes buscan mejorar la empleabilidad y la generación de nuevas propuestas productivas para quienes se encuentran en situación de vulnerabilidad social y económica.
El presidente Alberto Fernández mostró estar a la altura de las circunstancias, sorteando una situación inédita que nos toca transitar. Nuestro gobierno tiene un rumbo político claro y preciso que se expresa en sus acciones, con un modelo de País que incluye a Todas y Todos; dónde la redistribución de la riqueza, seguridad alimentaria, la generación de empleos decentes y el desarrollo productivo, serán ejes de la agenda que viene.
Por Hernán Torres Guerrero[i]
[i] Subsecretario de Articulación Comunitaria del MDSN; Presidente Partido del Trabajo y la Equidad de la Pcia. de Buenos Aires