Siempre llamó la atención que Mauricio Macri hiciera terapia, una práctica que inició después del secuestro que sufrió en el 1991 cuando estuvo 12 días cautivo en un sótano de 2 x 2, luego de haber sido trasladado en un ataúd.
Aún ejerciendo la presidencia siguió con su rutina de consultas, casi siempre en el consultorio del médico sobre avenida Las Heras, donde era habitual ver a personas muy humildes esperándolo con cartitas que tenían la oportunidad de entregarle personalmente. Ultimamente se conoció que Jorge Macri también hace terapia.
Lo contó el mismo en una entrevista que dio a Radio Rivadavia en el contexto de una entrevista donde una oyente le pidió cambios en la ley de salud mental. Tampoco se sabía que el mismísimo Horacio Rodríguez Larreta estaba en terapia.
Se decidió a hacerlo después de la derrota en las PASO, aunque hay quienes dicen que era un asunto que venía procesando hace meses, tal vez años.
La que no hace terapia es Patricia Bullrich. “No hace ni hizo”, aseguran a su lado. Parece que nunca consideró que la ayuda terapéutica podía curar sus dilemas personales, mucho menos los políticos. ¿Cómo se cura las heridas? “Yendo para adelante, siempre para adelante”, agregan.
El Cronista
