“Imaginate la bronca que no vinieron ni los de (Osvaldo) Jaldo”. La frase picaresca, cuya autoría corresponde a un diputado que no integra el bloque oficialista pero se comporta como si lo hiciera, describe una de las lecturas que dejó la fallida sesión de este miércoles en la Cámara de Diputados: si el Gobierno no atiende los reclamos de los gobernadores para el Presupuesto 2025, empezarán a cobrarse el ninguneo en el recinto. La reunión convocada por los bloques oficialistas, La Libertad Avanza (LLA) y el PRO, y por la UCR oficial (ista) para debatir la ley de Ficha Limpia, se cayó porque estos mismos espacios no garantizaron presencia completa de sus bancadas y quedaron a una sola banca del quórum. Pero también se configuró un escenario de rebeldía provincial: el bloque Innovación, donde revisten los legisladores que tributan a los gobiernos de Salta, Río Negro y Misiones, no fue; las tres bancas del bloque tucumano Independencia, que hasta aquí no se habían movida ni un milímetro de su oficialismo fanático, también estuvieron vacías. Toda una declaración, sino de guerra, de notable disgusto.
El hartazgo de los gobernadores colaboracionistas encontró su pico cuando lo que estaba en juego eran los recursos para sus provincias, pero es el resultado de una acumulación por goteo. Desde el verano vienen escuchando promesas a cambio de su apoyo. Las escucharon cuando facilitaron la ley Bases, cuando no obturaron los vetos a la ley jubilatoria y la ley universitaria o cuando se prestaron a la puesta en escena del Presidente para la firma del Pacto de Mayo. Las escucharon del jefe de Gabinete, Guillermo Francos; del asesor presidencial monotributista, Santiago Caputo; y, en los últimos días, del propio presidente Javier Milei. “Siempre nos dicen que van a tomar en cuenta nuestras necesidades. Anotan en cuadernitos. Pero va casi un año y no nos dieron nada”, reconoció un operador muy cercano a un mandatario norteño.
En la zona de promesas.
Pamela Caletti, representante del gobernador salteño Gustavo Sáenz en Diputados y presidenta del bloque Innovación, lo blanqueó. “Hay una molestia muy grande porque se imputa una supuesta ruptura de los gobernadores y nuestros gobernadores estuvieron trabajando y dialogando con el Gobierno”, dijo. Y agregó: “No somos el ‘che pibe’ de nadie”. Según la salteña, se enteraron que se frenaban las negociaciones cuando escucharon que el presidente de la comisión de Presupuesto, José Luis Espert, levantaba la reunión y postergaba sin fecha la firma del dictamen.
Los gobernadores piden coparticipar la caja para los ATN y lo que se recauda por el impuesto a los combustibles, suspender la retención de Coparticipación para la ex AFIP y automatizar los giros para cubrir el déficit de las cajas previsionales no transferidas. La liga de mandatarios conciliadores y los bloques dialoguistas sostienen que Espert miente cuando dice que lo que le piden al oficialismo no garantiza el déficit cero. Según ellos, lo que reclaman es rever la distribución de recursos, no aumentar el gasto público.
¿Qué les devuelven? Por ahora, poco. Una fuente del Ejecutivo, al tanto de las negociaciones, resumía el viernes pasado: “Los gobernadores nos piden poco y no les estamos dando nada”. Entre las cosas que escucharon los mandatarios, hubo promesas de habilitarles algunos giros, pero les pedían que sea por fuera del Presupuesto. Conocedores de lo blando de la palabra del Gobierno y de lo difícil que es pelear lo que no está escrito en ningún lado, rechazaron esa opción. A otros les propusieron transferirles bienes del Estado nacional, de mucho valor. Alguno se entusiasmó y hasta mandó a valuar esos bienes. Pero después les dijeron que no eran recursos enviados en forma no tradicional sino en “compensación”. A otro le hicieron llegar idea de transferir el área de obras públicas de Economía a la Jefatura de Gabinete, intentando conseguir votos en nombre de la buena sintonía que mantiene Guillermo Francos con los caciques provinciales. “Si Caputo está sentado arriba de la caja, da lo mismo que las obras las tenga Francos, (Gabriel) Katopodis o (Juan) Grabois”, resumieron desde una gobernación friendly con Olivos.
Una chance para tomar las armas.
La semana pasada, Unión por la Patria (UxP), el bloque radical rebelde Democracia para Siempre (DPS) y Encuentro Federal, la bancada que preside Miguel Pichetto, fracasaron al no juntar quórum para tratar dos temas de su agenda: la reforma a ley que regula el trámite de los DNU y el rechazo al decreto 846, que le permite a Luis “Toto” Caputo renegociar deuda pública sin mejorar las condiciones de esa deuda. Alguien pensó en hacerla este jueves, pero viendo lo que pasó con Ficha Limpia, prefirieron dejar pasar un poco de tiempo e, incluso, achicar la agenda. Ahora, convocaron a una sesión especial para el martes, solo con el rechazo al DNU 846.
La semana pasada la sesión se cayó porque, en el marco de las negociaciones por el Presupuesto y ante promesas de la Rosada, los gobernadores ordenaron a los suyos no bajar. ¿Qué harán si se convoca a esta sesión? ¿Le darán una nueva chance al oficialismo o usarán el recinto para mostrarle los dientes a Milei? Un diputado que está en línea permanente con los mandatarios del artista antes conocido como Juntos por el Cambio (JxC) cree que rechazar ese decreto al ministro de Economía puede ser una clave para aflojarle la billetera. Teniendo en cuenta cómo reacciona el universo libertario a las provocaciones, la hipótesis podría desvanecerse.
La decisión de sacar del temario al proyecto que busca regular el trámite de los DNU y limitar las posibilidades del Ejecutivo de legislar, se debe a las evidentes dificultades que está mostrando el Congreso para funcionar. Como esta ley demanda mayorías especiales, es decir, 129 votos positivos, lo más probable es que pateen su discusión para otro contexto y “proteger el dictamen, que tanto nos costó conseguir”, blanqueó una fuente parlamentaria, antes que exponerlo al recinto corriendo el riesgo de no conseguir los votos y perderlo.
Una sesión bajo la grieta vintage.
El martes a la noche, la versión que circulaba en Diputados era que el bloque radical DPS no iba a sentarse a dar quórum en la sesión de Ficha Limpia del miércoles. Lo mismo pensaban en el bloque de Pichetto, aunque el consenso no era total y Margarita Stolbizer ya había avisado que ella, independientemente de lo que decidiera el bloque, iba a bajar. Si bien no se alcanzó el número para dar el debate, finalmente se sentaron once de los doce radicales rebeldes. Mientras que de Encuentro Federal estuvieron doce de los 16 (entre los ausentes al quórum están Ignacio García Aresca y Alejandra Torres, que no casualmente responden al gobierno de Córdoba), según los registros oficiales de la Cámara. Las dos bancadas que amenazaban con rebelarse, bajaron las banderas y dieron el presente.
¿Qué pasó? Evaluaron desmedido el costo de ser quienes iban a impedir el avance de una ley que busca prohibir que personas condenadas en doble instancia por delitos de corrupción puedan presentarse a cargos electivos. O, dicho más sencillo, no quisieron formar parte de lo que, mediáticamente, iba a interpretarse como una defensa de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. No es casual que, en la conferencia de prensa a la que convocó DPS este miércoles al mediodía, Facundo Manes dijera que “Milei y Cristina son las caras de una misma moneda” y que “los libertarios son populismo de derecha y el kirchnerismo es populismo de izquierda”.
Corta