El Presidente, en su primer discurso ante la Asamblea General, confirmó que la Argentina no firmará la agenda 2030, a la que calificó como “un programa de gobierno de corte socialista”
En su primera participación ante la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), Javier Milei brindó un discurso cargado de críticas al foro multilateral adonde denunció que ya perdió de vista sus principios fundacionales para transformarse en un organismo que busca “imponer una agenda ideológica global”, especialmente bajo la llamada Agenda 2030, la cual calificó como un “programa de gobierno supranacional de corte socialista”.
A pocos metros del Presidente, en la zona diplomática asignada a la Argentina, se ubicaron Karina Milei -secretaria General-, la canciller Diana Mondino y el ministro de Economía, Luis Caputo. Y una fila hacia atrás estaban Gerardo Werthein -embajador argentino en Estados Unidos-, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el representante ante la ONU, Ricardo Lagorio.
Antes de iniciar su crítica puntual a la involución de la ONU, Milei reconoció su pasado histórico basado en la difícil convivencia multilateral en un mundo que atravesó la Guerra Fría, la implosión de la Unión Soviética y el surgimiento del nacionalismo europeo.
“La Organización de Naciones Unidas nace del horror de la guerra más cruenta de la historia global, con el objetivo principal de que nunca volviera a ocurrir”, señaló al comienzo de su discurso. Y continuación cuestionó su ambivalente actualidad geopolítica: “En algún momento, esta organización dejó de velar por los principios esbozados en su declaración fundante y comenzó a mutar”.
“La organización grabó en piedra sus principios fundamentales en la declaración universal de derechos humanos. Ahí se consignó un acuerdo básico en torno a una máxima: que todos los seres humanos nacen ‘libres, e iguales en dignidad y derechos’. Bajo la tutela de esta organización, y la adopción de estas ideas, durante los últimos 70 años la humanidad vivió el período de paz global más largo de la historia, que coincidió también con el período de mayor crecimiento económico de la historia. Se creó un Foro Internacional donde las naciones pudieran dirimir sus conflictos a través de la cooperación, en vez de recurrir instantáneamente a las armas y se logró algo impensado: sentar, de manera permanente, a las 5 potencias más grandes del mundo en una misma mesa, cada una con el mismo poder de veto, a pesar de tener intereses totalmente contrapuestos”, expresó y remató: “Todo esto no hizo que el flagelo de la guerra desapareciera pero se logró, por ahora, que ningún conflicto escalara a proporciones mundiales”.
Tras esta descripción del rol de la ONU durante las últimas décadas del siglo XX, el presidente planteó su cuestionamiento ideológico a una foro multilateral que está buscando una nueva identidad global. De hecho, el denominado Pacto del Futuro -que Milei critica- se propone reformar su arquitectura institucional.
El presidente argentino afirmó que la ONU se transformó en un “leviatán de múltiples tentáculos que pretende decidir no solo qué debe hacer cada Estado-nación, sino también cómo deben vivir todos los ciudadanos del mundo”. Esta transformación, acorde al pensamiento de Milei, habría llevado a la ONU a imponer una agenda ideológica en múltiples aspectos de la vida social y económica de los países miembros.
En este contexto, Milei fue explicito: las Naciones Unidas busca “imponer un modelo de gobierno supranacional de burócratas internacionales”.
Cuando concluyó su cuestionamiento a la actual coyuntura de la ONU, el jefe de Estado avanzó sobre la Agenda 2030 y el Pacto del Futuro, que se presenta como la próxima hoja de ruta del organismo multilateral. Para Milei, este programa no es más que un intento de imponer un modelo colectivista a nivel global.
“La Agenda 2030, aunque bienintencionada en sus metas, no es otra cosa que un programa de gobierno supranacional que atenta contra la soberanía de los Estados-nación y violenta el derecho a la vida, la libertad y la propiedad de las personas”, sostuvo el presidente argentino.
Y agregó: “Es una agenda que pretende solucionar la pobreza, la desigualdad, y la discriminación, con legislación que las profundiza. La historia del mundo demuestra que la única manera de garantizar la prosperidad, es limitando el poder del monarca, garantizando la igualdad ante la ley; y defendiendo el derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad de los individuos”.
Milei, apoyado en su mirada libertaria del mundo, completó con un concepto personal que nunca había sido presentado en el recinto de la Asamblea General. “Hemos visto cómo una organización que nació para defender los derechos del hombre, ha sido una de las principales propulsoras de la violación sistemática de la libertad, como por ejemplo con las cuarentenas a nivel global durante el año 2020, que deberían ser consideradas delitos de lesa humanidad″.
Antonio Guterres, secretario General de la ONU, tuvo una gestión con grises y contradicciones. Y empuja el Pacto del Futuro para tener un legado personal al momento de abandonar su cargo diplomático. Habitualmente, los mandatarios que llegan a New York para estas fechas piden una audiencia con Guterres. Milei no lo tuvo en cuenta, ya que cuestiona su creación intelectual que es la agenda 2030 y su proyección hacia adelante.
“Lo que se está discutiendo esta semana aquí, en Nueva York, no es otra cosa que la profundización de ese rumbo trágico que esta institución ha adoptado”, señaló al aludir a las discusiones sobre el Pacto del Futuro, un documento que promueve compromisos más estrictos sobre la Agenda 2030.
Milei amplió su crítica hacia lo que considera como una falta de coherencia en la ONU. Uno de sus señalamientos más duros estuvo relacionado con la composición del Consejo de Derechos Humanos de la ONU. “En esta misma casa, que dice defender los derechos humanos, han permitido el ingreso al Consejo de Derechos Humanos a dictaduras sangrientas como Cuba y Venezuela, sin el más mínimo reproche”, afirmó el mandatario argentino.
También destacó lo que consideró como un doble estándar en la defensa de los derechos de las mujeres, cuestionando la inclusión de países que castigan a las mujeres por mostrar la piel en el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer. “En esta misma casa, que dice defender los derechos de las mujeres, permiten el ingreso al comité a países que castigan a sus mujeres por mostrar la piel”, remarcó Milei.
Otro aspecto clave en el discurso de Milei fue su crítica a las políticas económicas impulsadas por la ONU, a las cuales acusó de ser intervencionistas y de dañar a los países en desarrollo. “Se han promovido políticas colectivistas que atentan contra el crecimiento económico, violentan los derechos de propiedad y entorpecen el proceso económico natural”, sentenció.
“Regulaciones y prohibiciones impulsadas precisamente por los países que se desarrollaron gracias a hacer lo mismo que hoy condenan”, agregó, y habló de una relación “tóxica” entre las políticas de gobernanza global y los organismos de crédito internacional, que según él, imponen restricciones a las naciones menos desarrolladas, convirtiéndolas en “deudores perpetuos” de las élites globales.
Al momento de ejecutar un análisis económico de las disposiciones generales de la ONU, Milei se ciñó a sus ideas libertarias. Una perspectiva que explica la posición actual de la Argentina al momento de votar las resoluciones diplomáticas que se proponen en la Asamblea General.
“En el plano económico, se han promovido políticas colectivistas, que atentan contra el crecimiento económico, violentan los derechos de propiedad, y entorpecen el proceso económico natural, llegando a impedirle a los países más postergados del mundo, gozar libremente de sus propios recursos para salir adelante. Regulaciones y prohibiciones impulsadas precisamente por los países que se desarrollaron gracias a hacer lo mismo que hoy condenan”.
Hacia el final de su discurso, Milei hizo una apelación política a todos los integrantes de la ONU:
“Todavía estamos a tiempo de apartarnos de este rumbo. Quiero ser claro con algo para que no haya malas interpretaciones: la Argentina, que está viviendo un profundo proceso de cambio en la actualidad, ha decidido abrazar las ideas de la libertad. Esas ideas que dicen que todos los ciudadanos nacemos libres e iguales ante la ley, que tenemos derechos inalienables otorgados por el creador, entre los que se encuentran el derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad”, expresó.
Y añadió: “A partir de este día, sepan que la República Argentina va a abandonar la posición de neutralidad histórica que nos caracterizó, y va a estar a la vanguardia de la lucha en defensa de la libertad”, concluyó.
A diferencia de otros presidentes, desde Raúl Alfonsín a Alberto Fernández, Milei terminó su discurso y regresó al recinto de la Asamblea. Se sentó al lado de Mondino, en la primera fila asignada a la Argentina. Allí también estaban Karina Milei, Caputo, Werthein, Bulrrich y Lagorio.
El presidente escuchó a su colega de El Salvador, Nayib Bukele, que había tenido el gesto de cambiar su lugar en la lista de oradores para evitar que Milei no se cruzara con el mandatario iraní Masoud Pezeshkian. Irán es responsable de los atentados a la AMIA, la embajada israelí en Buenos Aires y los ataques a Israel cometidos el 7 de octubre de 2023.
Cuando terminó Bukele, Milei y su comitiva tenían en agenda los encuentros bilaterales con el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, y Comisaria de la Unión Europea, Ursula von der Leyen.
A las 21 (hora de New York), el presidente regresa a la Argentina.
Infobae