INVESTIGAN UN EPISODIO OCURRIDO EN CÓRDOBA HORAS ANTES DEL ATENTADO A CRISTINA KIRCHNER

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Sería una conversación en un bar de esta ciudad a media mañana, el 1 de septiembre de este año. “Cristina presa o muerta”, fue la consigna que se escuchó, en medio de diatribas dirigidas no solo a la vicepresidenta y funcionarios del Gobierno nacional, sino también al gobernador Juan Schiaretti y a la senadora Alejandra Vigo.

El episodio ocurrió el 1 de septiembre pasado, a las 10.45. Un ocasional cliente en un bar fue testigo de diatribas a viva voz por parte de dos personas sentadas en una mesa, en particular de uno de ellos que hablaba por teléfono. Se escucharon frases como las que se transcriben a continuación:

◆ Vas a tener noticias. Ya vas a ver qué le va a pasar a esa hdp…

◆ La primera vez será una advertencia. Todo depende de qué haga la Justicia. Después vendrá la acción de verdad.

◆ Cristina Kirchner afecta los intereses del país. Hemos estado con gente de la embajada de Estados Unidos y ella molesta.

◆La decisión es presa o muerta.

La información a la que accedió PERFIL CÓRDOBA permitió reconstruir algunas de las afirmaciones vertidas en los diálogos presenciales y telefónicos. El tenor de los discursos fue el expresado en esas cuatro frases.

No solo habrían existido referencias a la vicepresidenta. También a autoridades de la Provincia de Córdoba. El interlocutor (que no hablaba por teléfono) lanzaba improperios al gobernador, Juan Schiaretti, y sobre él decía: “Se está terminando la paciencia”. En relación a la senadora nacional Alejandra Vigo, el trato era soez y denigratorio en su calidad de mujer.

¿Fue una conversación casual? ¿O puede haber un nexo de las personas sentadas en ese bar y el fallido magnicidio a Cristina Fernández de Kirchner? Esa es la incógnita que debe desentrañar la investigación judicial.

El dato aquí informado está incorporado en un expediente reservado, dentro de la causa principal donde son investigados los integrantes de la llamada “banda de los copitos”, Nicolás Gabriel Carrizo, Fernando Sabag Montiel y Brenda Uliarte.

Sabag Montiel fue a quien se vio el 1 de septiembre último a las 20.52 con una pistola Bersa semiautomática calibre 32 en la mano. Gatilló dos veces a 15 centímetros de la cabeza de Cristina Kirchner, pero la bala no salió. Ella llegaba a su departamento y solo advirtió lo que había pasado cuando vio las imágenes, ya en el interior de la vivienda. La pericia de Policía Federal confirmó que la pistola estaba cargada con cinco municiones pero no tenía bala en la recámara, por eso no se ejecutó el disparo.

Aquella noche, él se había dirigido a la vereda del departamento de la vicepresidenta acompañado de su novia, Brenda Uliarte.

El diálogo que se escuchó en el bar de Córdoba sucedió 10 horas antes, el mismo día.

Carrizo, Sabag Montiel y Uliarte están procesados con prisión preventiva por intento de homicidio calificado agravado por el uso de armas, alevosía y el concurso premeditado de dos o más personas. Agustina Díaz, quien fue detenida a mediados de septiembre por los chat que se encontraron con Uliarte, fue desvinculada de la causa por una resolución de la Cámara Federal porteña.

Similitudes con Casablanca. Este medio accedió a la información que aquí se publica a mediados del mes pasado, antes aún de que tomara estado público la incorporación del testimonio de Jorge Abello, colaborador del diputado santafesino Marcos Cleri, respecto a una situación similar que habría ocurrido en el bar Casablanca, cerca del Congreso de la Nación en la ciudad de Buenos Aires.

En aquel testimonio Abello involucró al diputado Gerardo Milman, quien dos días antes el atentado habría dicho a dos colaboradoras: “Cuando la maten yo voy a estar camino a la Costa”. Además de investigarse el contenido de esa advertencia, también se abrió una investigación contra Abello por un posible falso testimonio.

Cuando PERFIL CÓRDOBA comenzó a chequear si el episodio ocurrido en nuestra ciudad el 1 de septiembre era motivo de investigación por parte de la jueza federal María Eugenia Capuchetti, la fuente consultada pensó que se trataba del mismo hecho, por la similitud de las situaciones.

Los testimonios de lo ocurrido en esta capital fueron tomados en los tribunales federales del Parque Sarmiento, a partir de un cuestionario enviado por Capuchetti. No obstante, los testigos podrían ser convocados a Buenos Aires para ratificar su declaración. Además, hay mensajes enviados minutos después de que escucharon la conversación que podrían acreditar sus dichos. Son conversaciones ocurridas 10 horas antes del atentado, por lo tanto constituirían pruebas independientes.

Este medio conoce el bar donde aconteció el evento narrado, pero lo mantiene en reserva hasta tanto avancen las medidas probatorias, con el fin de no interferir en la investigación. Sí comprobó que las personas señaladas, que deben ser identificadas por la Justicia, son asiduos concurrentes al local gastronómico.

Investigación delegada en el fiscal. El episodio Milman fue uno de los elementos que invocaron los abogados de Cristina Kirchner, José Manuel Ubeira y Marcos Aldazábal, para tildar de imparcial la actuación de la jueza federal Capuchetti. La querella lo formuló en duros términos ante la Cámara Federal. “Si le pasa algo a la vicepresidenta o a sus hijos, la magistrada será responsable”, advirtieron los letrados. Están disconformes porque solicitaron que se analice el contenido de los chat de Milman que contiene su teléfono y que amplíe la imputación a Carrizo. En su celular se encontró un mensaje horas después de intento de magnicidio que decía: “Recién intentamos matar a Cristina”.

CONFIRMAN A CAPUCHETTI Y LE ORDENAN AVANZAR CON ´LA PISTA MILMAN´

La Cámara Federal porteña rechazó apartar a la jueza María Eugenia Capuchetti de la investigación del intento de magnicidio contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y a la vez que la ratificó, le ordenó avanzar con medidas de prueba en la llamada ‘pista Milman’, vinculada al legislador Gerardo Milman.

Los abogados de la querella de la vicepresidenta reclamaron ante la Cámara Federal porteña que la jueza Capuchetti sea apartada de la investigación por el intento de asesinato de la exmandataria. “Si nos frustraron la posibilidad de la prueba es porque había gato encerrado”, expresó el abogado José Manuel Ubeira en la audiencia del miércoles ante el juez de la sala I del tribunal de apelaciones, Leopoldo Bruglia.

Finalmente se conoció que, en dos resoluciones, el Tribunal de Apelaciones dispuso que Capuchetti ordene nuevas medidas de prueba para corroborar o descartar los dichos del testigo que aseguró haber escuchado a Milman decir la frase “cuando la maten, yo estoy camino a la Costa”, dos días antes del intento de asesinato del 1 de septiembre pasado, según la resolución a la que tuvo acceso Télam.

“En tal sentido, se evidencia como indispensable la convocatoria a prestar declaración testimonial al diputado Marcos Cleri –quien presentó al legajo una certificación notarial de una captura de pantalla– en la que el testigo le refirió haber escuchado esa frase en el bar Casablanca. En dicha resolución también se asentó que “resulta necesario que se amplíe la declaración testimonial recibida a Jorge Alberto Abello, con el objeto de averiguar si, además del mensaje que le envió a Cleri, ha comentado lo que escuchó a terceras personas, ya sea en forma presencial” o “mediante un mensaje”.

Los camaristas Leopoldo Bruglia, Pablo Bertuzzi y Mariano Llorens hicieron lugar de manera parcial a un planteo de la querella de la vicepresidenta, representada por los abogados José Manuel Ubeira y Marcos Aldázabal, quienes habían reclamado que se periten los teléfonos celulares de dos asesoras de Milman que estuvieron con él en la mesa del bar cuando el testigo Abello dijo que escuchó la frase, el 30 de agosto pasado.

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