APU Stream, el programa de la Agencia Paco Urondo que sale los sábados de 11:30 a 14 hs por el canal de Youtube y Twitch de Gelatina, dialogó con Juan Courel. El analista y consultor político abordó distintos aspectos de la actualidad del gobierno nacional.
Agencia Paco Urondo: ¿Cómo analiza la actualidad del gobierno nacional?
Juan Courel: Creo que está intentando demostrar que no importan los funcionarios, que no hacen falta, que el Estado no necesita ningún cargo, que son todos irrelevantes. Casi que ni hace falta tener un presidente para que la cosa ande, es como un avión sin motores flotando y experimentando. Ahora, ¿hasta dónde llega antes de ponérsela? Después de seis meses lo que me interesa, por lo menos, es tratar de sacar alguna conclusión respecto del comportamiento político de este personaje que es Javier Milei, que ni él sabe cuál es, porque es reciente es su incorporación a todo esto que es una primera magistratura.
Hay ciertos patrones de conducta que ya podemos este definir. Esta idea de que era un loco sacado e irreflexivo, que era incapaz de reconocer un límite o filtro inhibitorio, parece ser que no es tan así. Sigue siendo un sacado que insulta y se pelea con todo el mundo, pero de repente, cuando la realidad se le impone, frena, recula, retrocede y toma decisiones para tratar de mitigar un impacto mayor. Hay muchos ejemplos: las modificaciones de la Ley Bases, que son un montón, la hacen muy diferente a la versión original que con tanta prepotencia anunció, el Pacto de Mayo, cambiar funcionarios más allá del costo político.
APU: Lo que implica ir contra su propio discurso.
JC: Sí, entra en contradicciones que, básicamente, en política es muy importante saber contradecirse porque si crees que con tus dogmas la realidad no importa, después te la pones de sombrero. No es tan idealista. Lo que pasó con el Papa, China y Brasil, intervenir en el mercado de las prepagas, la marcha universitaria, hay millones de ejemplos. Cuando la política o la realidad se le ponen peliagudas regula, no es tan valiente el león. Eso para mí es positivo. Creo que está bien que suceda y además te da un curso de acción un poco más operacionalizable para la oposición, que si no está masticando bronca porque dicen que la gente prefiere un loco antes. No es tan así, es diferente, podés hacer más cosas que quejarte.
APU: ¿Es sostenible a largo plazo o esa lógica puede colapsar?
JC: Creo que puede pasar, no depende de nadie sino de la debilidad económica. Más que de Milei incluso, de él depende en el sentido de que crea poca estabilidad política. El mero hecho de hacer un plan de ajuste brutal, como el que está haciendo, no necesariamente conduce a eso. Hay muchos ejemplos en la historia donde se hicieron planes de ajuste, o de estabilización, como prefieras llamarlo, y muchas veces son exitosos.
Es pronto todavía para juzgarlo, a los seis meses la mayoría de los presidentes miden bien y están cómodos. Alberto Fernández en esa instancia empieza a tener problemas, con Vicentín, pero ni siquiera fueron tan graves como un año después. Si la idea es la ansiedad de que se desmorona porque no sabe, el Estado está mal herido pero todo de alguna manera sigue funcionando, precariamente, pero no necesariamente tiene que colapsar tan rápido.
APU: ¿La crisis por la negativa a entregar alimentos puede ser un hito mayor?
JC: Es otro ejemplo de recule, puede significarlo pero, frente a esa crisis que tiene, él toma decisiones, no las niega. En política eso pasa mucho, vas acumulando y eso te puede llevar a dos conclusiones. Si tenés buen timing, tomas bien las decisiones y listo. Otras veces termina siendo muy zigzagueante y no haces absolutamente nada. Todavía no podría decir que es lo segundo, estamos viendo que tiene cierta debilidad cuando efectivamente se le arma algo. Fue una buena investigación periodística, estuvo bien presentado, se armó una buena estrategia periodística alrededor, más que política, y funcionó. Capaz si se acumulan este tipo de cosas empieza a demostrar que no tiene ninguna fuerza real para oponerse a las resistencias que se le aparezcan.
De todas maneras, hay que ir esperando y no dar por sentado que porque exprese valores tan diferente a los que han sido más hegemónicos en la cultura política argentina durante los últimos cuarenta años alcance para debilitarlo. Antes bien, diría que es al revés ganó por eso y, por más que le vaya mal en el gobierno y pierda elecciones, representa y va a seguir representando. Como son personas en sus primeros veinte van a durar un montón de tiempo, no necesariamente con potencia para ganar elecciones pero sí para hacer ruido y construir política. Eso me parece incluso más grave que tener este presidente ahora.
APU: ¿Considera que es un presidente que toma decisiones ponderando la evaluación de la opinión pública sobre medidas, funcionarios e, incluso, sobre sí mismo?
JC: No lo sé, pero imagino que sí. Si es cierto que Santiago Caputo, que es una persona que trabaja en consultoría política y se basa mucho en esa herramienta, tiene tanto peso en las decisiones de gobierno quiere decir que, por lo tanto, indirectamente, los estudios de opinión pública van a tener mucho peso en las decisiones de gobierno, lo que es un riesgo. Trabajo con esto y aporto parte de la información que hay que tener a la hora de evaluar qué hacer, pero es una parte de los muchos otros aspectos que tienen que influir en una decisión.
Imagino que Milei debe estar satisfecho porque, en el público al que le habla, por lo menos en los estudios que veo, está sólido y tranquilo. Da la sensación de que el problema, más que por esas cuestiones comunicacionales, lo va a tener por la realidad económica. No terminó de bajar la inflación, o no empezó a bajar, y ya está teniendo un problema con el desempleo. ¿Cómo sostenes las dos peleas al mismo tiempo? No lo sé.
APU: Mientras tanto, el escándalo de los alimentos, que podrían ser ese último dique de contención.
JC: Sí, totalmente, pero además está el tema de la energía. Ya dijo que el recorte de los subsidios no va a ser tan grande, entonces eso te va a implicar que el déficit cero no lo vas a pulverizar tan rápido. Todos esos problemas son más este más gravitantes. La lectura en relación a la energía es que es gente que no sabe absolutamente nada. Es difícil gestionar. No sabe nada y hasta ahora no le importó tampoco saber. Hay poco interés, por lo menos actitudinal y performativo, de aprendizaje y mucha soberbia.
Van a tener millones de estas porque es gente que no tiene ni la menor idea de cómo funciona el Estado. ¿Eso es lo que determina la opinión? No, hay otros temas. Es decir, probablemente un día sin GNC no sea lo peor que le puede pasar a un gobierno, aunque sea una un papelón, como tampoco lo de los alimentos, que es una vergüenza. Tampoco es que el gobierno se va a evaluar sólo por eso. Cuando la gente empiece a reconocer una conducta o se empiece a impacientar con la falta de resultados todo esto va a ser pesado, ya sea la inexperiencia o las contradicciones entre lo que dice y lo que efectivamente hace. Todas esas cosas sí son defectos y, en algún momento, te juegan en contra.
APU: Parece que, en mayor o menor medida, está perjudicando a todos los sectores a la vez y, a la larga, la retórica del gobierno puede dejar de ser efectiva en el tiempo.
JC: En algún momento le va a costar, no tengo dudas. Entiendo la paciencia que le tienen los que lo votaron, porque es razonable y cree realmente que las cosas se vienen haciendo mal hace mucho tiempo, por lo tanto pueden aguantar algo de tiempo. En el menemismo no era tan diferente en cuanto a que Carlos Menem era un personaje, que tenía otro estilo porque no salía a pelear sino que, al revés, era un seductor, pero con todas las excentricidades de la farándula política. En un momento le costó, pero tardó diez años, o empezó a deteriorarse a los seis, cuando la convertibilidad comenzó a crujir en el segundo mandato.
APU: ¿Y la tradición partidaria?
JC: Milei se sostiene mucho en el apoyo que él tiene, sobre todo, en el resto de las provincias, entonces para los gobernadores peronistas, por ejemplo, que ya no son tantos como el año pasado, es un tema plantarse como oposición al gobierno porque, en muchos casos, Milei tiene mejor imagen que el propio gobernador en esas provincias. Con el desacople electoral después, para el peronismo, eso vuelve a centrar todo de nuevo, y me aburre un poco, en la provincia de Buenos Aires. Sí, el único lugar donde rinde mucho ser muy opositor a Milei es ahí, en el resto rinde menos, entonces la fortaleza política opositora va a estar ahí otra vez.
APU: ¿Cómo se puede pensar esa estrategia de oposición cuando los costos caen sobre los gobiernos provinciales y no sobre el presidente? ¿Convive con el intento de hacer equilibrio?
JC: No sé, es difícil. Hay un ejercicio de paciencia y espera. Lo que están haciendo la mayoría, y de ahí el dictamen de la Ley Bases, es negociar. No es muy diferente a lo que hacen siempre, tampoco es que los gobernadores en el kirchnerismo estaban alineados y totalmente comprometidos ideológicamente con las causas de Cristina Fernández de Kirchner. Cuando estaba Mauricio Macri también pactaron. Es así, van esperando y, en la mayoría de los casos, lo que tratan de hacer son las estrategias de desacople, cerrarse y alambrar sus provincias. El ejemplo más paradigmático es Córdoba, que está siempre aislada de lo que pasa en lo nacional pero en sus elecciones les va bien. En lo nacional la gente vota otra cosa. En el caso de Misiones no lograron pasar ni un poquitito del costo político de todo este despelote al gobierno. Creo que hay un cálculo y esperar un poco más.
APU: ¿De qué manera las figuras del ex Frente de Todos pueden construir oposición?
JC: Sergio Massa también está en la estrategia de espera. Decir “si salgo fortalezco a Milei” parece que tiene sentido. Es muy probable que después cuando él quiera volver esté un poquito fuera de la mente de la gente, entonces aparecen otros actores más relevantes en la conversación pública. Por ejemplo, los panelistas. Leandro Santoro, Guillermo Moreno y debe haber alguno más que, como tenemos un presidente panelista, tenemos opositores panelistas que construyen, se sostienen, tienen buena imagen, que no necesariamente se traduce en intención de voto, fijan agenda y dan discusiones, con buenas argumentaciones, cada uno desde su lugar.
Después, es algo natural, el gobernador de la provincia de Buenos Aires es siempre el que puede ser presidente. Siempre aparecen primero en la lista, sobre todo cuando son opositores, de los presidenciales. Axel Kicillof, desde antes de ser gobernador, es el único que dentro de la burbuja del kirchnerismo logró construir una imagen propia fuera de Cristina y Néstor Kirchner. Eso está, está esa interna, que existe, y después está el liderazgo de Cristina que, por más que algunos piensen que ya es hora de que se jubile, sigue siendo Cristina. No es la misma de antes y, de repente, quizás hay gente consustanciada con sus ideas que dice que ya no pero al final de cuentas ella habla y marca bastante la agenda.
APU: ¿Y Alberto Fernández?
JC: Lo de Alberto hay que pensarlo en términos de objetivos políticos. No va a volver a ser presidente, está agradecido a la vida de lo que le pasó y no lo puede creer. En todo caso su intención, que habría que preguntársela a él, es tratar de no ser el chivo expiatorio de todo el sistema político argentino que desencadenó en Milei. Ese es moderadamente su objetivo y tiene una herramienta para eso, que es que, para la oposición es difícil discutir con Milei sin decir que lo que hubo antes era mejor.
El único que está dispuesto a decir explícitamente que lo que hubo antes era mejor, sin fisuras y sin peros, es Alberto Fernández. Tiene cierta facilidad para articular un discurso comprensible y claro que los demás no tienen porque entran en la trampa de decir peros. Es difícil así, no se preocupen tanto que ya no es más presidente. Creo que despertó tanta bronca en tantos que les molesta mucho tener que hacerlo. El problema de Alberto es que después lo gana su personalidad. Mete un par de tweets que funcionan, después da una entrevista y lo hacen meme. Eso es una característica suya. No es que durante una hora dijo cualquier cosa, pero en dos minutos se va a y es muy fácil. Es injusto tal vez, pero tendría que saber que ahí tiene un límite.
APU (Agencia Paco Urondo)