El plenario de comisiones parece avanzar hacia una propuesta a favor, otra en contra, y la tercera con modificaciones, que podría recibir el respaldo del bloque de Pichetto y un sector del radicalismo.
En el Congreso abundan las calculadoras. La suma y resta de voluntades para respaldar u oponerse al proyecto de Ley Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos se volvió una mecánica casi frenética en las últimas horas de tratamiento en comisiones del texto de más de seiscientos artículos que envió el Ejecutivo, que podría tener una resolución a inicios de la semana que viene.
Todos los bloques tienen en claro que no habrá un único dictamen, a contramano de lo esperado por el oficialismo que en las últimas horas volvió a mostrarse reacio a modificaciones. Las versiones entre los diferentes diputados difieren en número, pero todos se manejan con la idea de que la comisión parirá entre tres y cuatro posiciones, en contra, a favor y con modificaciones.
En este punto, todas las miradas están puestas en la posición que tomará la Unión Cívica Radical y el nuevo bloque Hacemos Coalición Federal (HCF). Ambos espacios, que se posicionan como los moderados y dialoguistas del recinto, no tienen una postura tajante frente al megaproyecto. Como se vio a lo largo de estos tres días, sus diputados tratarán artículo por artículo y abrazarán sólo aquellos en los que se sientan representados. Las negociaciones están abiertas, pero en ambos sectores recalcan que no habrá margen para que el texto salga como entró. “Si es a todo o nada, será nada”, insistieron varios legisladores.
Los movimientos de Miguel Ángel Pichetto son seguidos con interés en el peronismo. El presidente de la coalición que alberga cordobesistas, socialistas y huérfanos del ex Juntos por el Cambio mantiene constantes reuniones con todos los espacios, incluídos los que están fuera del edificio del Parlamento.
Esta semana el diputado se reunió con los líderes de la CGT y compartió la preocupación de la central trabajadora frente al avasallamiento de los derechos en materia laboral y las trabas al funcionamiento sindical. Fuentes de ambos sectores señalaron a Tiempo la satisfacción por este encuentro, que tiene como principal motivación el freno institucional a la nueva gestión, lo que podría traducirse en un apoyo estratégico dentro del recinto por parte del diputado a los frenos que busca poner la CGT.
El dirigente adelantó que su espacio no acompañará la reforma jubilatoria, la extensión de la declaración de la emergencia económica que plantea el ejecutivo y se opondrá a una parte de las privatizaciones, un guiño bien recibido por parte de sus nuevos aliados.
El radical Facundo Manes está en la misma situación. El diputado también se reunió con la central obrera y compartió la misma voluntad que su par, una decisión que pone en jaque las relaciones dentro su propio espacio. La interna que libra con el diputado y jefe del bloque boina blanca Rodrigo de Loredo podría impactar en la decisión del bloque y no contar con una posición unificada de las 34 voluntades.
En este escenario, los más optimistas creen que podrá gestarse un dictamen unificado entre el radicalismo y la versión legislativa de la ancha avenida del medio. De concretarse, en el inicio del tratamiento del plenario la próxima semana, se concretarían tres dictámenes diferentes.
Al igual que en los últimos dos días, el tratamiento de esta tarde no estuvo exento de discusiones. En su exposición, el Ministro de Infraestructura de la Nación, Guillermo Ferraro, arremetió contra la ex titular de Migraciones, Florencia Carignano, quien cuestionó la política de nula obra pública que llevará adelante el proyecto. “Quiero señalar que es mentira que las obras se paralizaron por culpa de esta administración. Están paralizadas hace meses porque se contrataron obras de las que no existía el presupuesto. Así es muy fácil. Nos encontramos con 2500 de 7500 obras que estaban paralizadas”, lanzó el titular de la cartera.
Tal como vienen resaltando, el Ejecutivo no tiene previsto la extensión de las sesiones extraordinarias. A pesar de las críticas por el tratamiento express a una reforma de tamaña profundidad, en Casa Rosada insisten en que los tiempos están dados para que “todo pueda terminarse antes de fin de mes”. En el Congreso, sin embargo, le escapan al optimismo libertario. “Todo a los bifes no se puede”, sintetizó un legislador a este medio.
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