En medio de la escalada entre la exministra de Seguridad y Larreta por las definiciones en la Provincia, el expresidente debió involucró personalmente en las negociaciones. Qué le propuso el libertario al diputado del PRO que sueña con ser gobernador
Cristian Ritondo sabe que está en una semana excepcional. No fue el elegido por ninguna de las tribus del PRO para competir por la gobernación de la provincia de Buenos Aires, un destino por el que sueña y trabaja desde que María Eugenia Vidal se retiró de esa pelea, allá por el 2019. Pero su nombre puede volverse clave para destrabar la compleja trama bonaerense tras la escalada entre los precandidatos nacionales Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta.
El jefe del bloque PRO en Diputados quedó atrapado -incluso- por las indecisiones políticas de Vidal: candidata a Presidente, a nada, a jefa de Gobierno de la Ciudad, vaivenes personales consistentes con la búsqueda de un nuevo PRO, pero sin liderazgos claros, entre el modelo tradicional y otro más disruptivo.
Hay quienes cuentan que Patricia Bullrich fue enfática en la última reunión de la mesa chica del PRO cuando Vidal planteó que todavía estaba en análisis la posibilidad de que se postulara a la Ciudad.
“No”, dicen que le espetó la presidenta del partido en uso de licencia. “Eso te lo planteé en diciembre y dijiste que todavía había tiempo para pensarlo. Ahora ya no hay. La Ciudad tiene dos candidatos, Jorge Macri y Fernán Quirós, tiene que ser uno u otro”, le dijo.
Ese tono no cayó nada bien en las huestes vidalistas. La exgobernadora se encerró en los suyos, viajó a Salta con parte de su equipo a una reunión de legisladores provinciales de todo el país que organizó el diputado provincial bonaerense Alex Campbell, y así comenzó a abrirse una brecha en un vínculo que estaba hasta ese momento muy aceitado.
Qué pasó después del viaje de Vidal
Junto con eso sucedió otro episodio en ese desayuno donde justamente Vidal convocó a la mesa chica: Horacio Rodríguez Larreta anticipó que no compartiría la candidatura a gobernador de Diego Santilli.
Fue su jugada para aprovechar a su favor el posicionamiento del ‘Colo’ en la provincia de Buenos Aires, en muchos casos tan alto o incluso mejor que el del Jefe de Gobierno. Y además dejar debilitada a Bullrich en el territorio donde se disputa, en última instancia, las presidencias en la Argentina.
Fiel a su estilo, Patricia redobló la apuesta. Dijo que iba con candidato propio y que los intendentes deberían elegir entre ella u Horacio, no había Y (griega) posible, todo a la I (latina), es decir, dos listas a Presidente, gobernador, legisladores nacionales, legisladores provinciales: todo.
Eligió a Néstor Grindetti, del grupo de los primeros tres mosqueteros que la apoyaron con mayor experiencia de gestión en el conurbano y del grupo fundador del PRO para dar la batalla con “casco puesto” en la interna, a todo o nada.
Ese fue el momento en que el mismísimo Javier Milei llamó por teléfono a Ritondo para ofrecerle que sea su candidato a gobernador. Lograron conocerse y hasta anticipar jugadas en el Congreso y confiarse mutuamente.
La calidez de Milei siempre es valorada en esos momentos, es alguien aprendiendo en materia de vínculos personales. Como era previsible, Ritondo le agradeció pero no aceptó más compromisos que forjar mayorías parlamentarias sea quien gane las elecciones.
También lo llamó Horacio Rodríguez Larreta, quien dio la orden de ayudarlo en todo lo que necesite. Hasta le pidió a Santilli que lo consulte, que vea qué quiere, que intente sumarlo de algún modo, que lo escuche, que se pongan de acuerdo. Lo hicieron, se reunieron, se hicieron ver juntos. El Cronista los detectó una mañana temprano desayunando en Selquet, sin ocultarse.
Pero las conversaciones con Patricia ya estaban empezadas. Incluso hay quienes sospechan que ya estaba por anunciarse un acuerdo, con foto incluida, el mismo día en que se informó que Grindetti sería su candidato a gobernador. Obviamente, se optó por un mensaje por vez.
El rol de Sebastián García de Luca, monzoísta bonaerense de talento para la construcción política es quizás el mayor responsable de esta estrategia audaz y definitiva, que fue mechando con Grindetti, siempre más componedor, un nexo con Ritondo.
La idea del intendente de Lanús fue incorporar al hoy diputado nacional en un rol legislativo nacional -eventual presidente de la Cámara de Diputados de la Nación si Bullrich gana la presidencia- pero con despliegue territorial bonaerense, como siempre pidió Emilio Monzó en tiempos de Vidal, sin obtenerlo.
El reto de Mauricio Macri a Patricia Bullrich
En paralelo, el mundo PRO, incluso ampliado a la UCR, -tal como fue anticipado por este diario- crujió. Una bomba cayó sobre el territorio bonaerense ante la decisión de Bullrich de “ir por todo” y Mauricio Macri se apuró en llamarla.
“Estás loca”, dicen que le dijo. Ella le explicó y le explicó. Pero él insistió: “estás loca”. En la tradición del PRO las disputas no se llevan a este ese punto. Mauricio, en definitiva todo el partido, necesita desentumecerse ante el énfasis de Patricia en sus movimientos, que viene de otras tradiciones.
Así, lo que parecía inminente, que Ritondo se quedaba en el bullrichismo sin más, con un anuncio que se realizaría hoy mismo, se fue dilatando. Todavía está abierto, pero ya no es igualmente sencillo.
“Cristian quedó con todo el respaldo de Mauricio, Horacio y Vidal para negociar por todos con Patricia, que no perjudique a ningún intendente ni a ningún dirigente con posibilidades competitivas. Fue el propio Mauricio a hablarlo con Horacio y con ella, por separado”, cuentan.
Lo que viene en la semana
Los pasos, al inicio de esta semana, serían más o menos así:
– Primero, estaría la definición de la Ciudad de Buenos Aires. Se supone que en 48 horas el propio Rodríguez Larreta, junto a Jorge Macri y Fernán Quirós darán a conocer el resultado de las encuestas, que daría un margen al primo de Mauricio.
– Luego, se conocería el cierre de Ritondo con Bullrich, aunque aquí quedan incógnitas, porque los acuerdos que requiere son muchos y no siempre sencillos.
– Días más tarde, se diseñaría una presentación que incluya a Santilli y que permita cerrar con los radicales un modelo de acuerdo que sea competitivo y con perspectivas, lo cual implica todo otro problema, ya que la UCR pasa por un período de fuertísima interna también.
A un mismo tiempo, la campaña sigue. El domingo 11 de junio se vota en Tucumán y se espera la visita de Macri a los candidatos Roberto Sánchez (UCR)-Germán Alfaro (aliado PRO). Hasta esa meca viajarán, en esta última semana, todos los referentes del PRO y la UCR para respaldar una fórmula competitiva, alcanzada con gran esfuerzo de la dirigencia nacional de los dos grandes partidos, siempre al tanto del enorme poder del peronismo local y sus tácticas clientelares, fuertemente arraigadas.
El domingo 25 se vota en Córdoba y se espera una gran presión de Juan Schiaretti sobre el PRO nacional para acordar la participación del peronismo disidente en Juntos por el Cambio hasta el 24 de junio, una manera de asegurar la continuidad de Hacemos Córdoba en su provincia.
Pero también hay viajes de los principales candidatos a Chaco, Corrientes, San Juan, Chubut. Y la agenda nacional, siempre exigida.
¿Lo lograrán? ¿Podrán evitar que siga la caída de imagen en medio de las fuertes internas? ¿Cómo saldrán de las PASO? ¿Fortalecidos o debilitados? En fin. ¿Entrarán en el balotaje? ¿O ganarán en primera vuelta, como todavía hay quienes lo creen posible?
Navegar en el mar incierto de lo desconocido es el tiempo que le toca a la principal oposición. Y quizás a toda la Argentina.
El Cronista