Juntos por el Cambio y otros bloques impulsan el modelo que se aplica en Córdoba; buscarán ponerlo en marcha en las PASO de 2023; cómo sería el diseño de la nueva boleta, que critica el Frente de Todos
Hermanados por un objetivo común, los distintos bloques de la oposición en la Cámara de Diputados avanzan en la redacción de un dictamen acordado para aplicar la boleta única de papel como instrumento de votación en todo el país, en reemplazo de las tradicionales boletas partidarias. Confían en que la iniciativa sorteará la valla de la Cámara baja y empiezan a mirar hacia el Senado, donde podría abrirse una oportunidad.
Los principales ejes del dictamen común ya están definidos. Se aplicaría el modelo de boleta única de Córdoba, con lo se concentraría, en la misma papeleta, toda la oferta electoral a nivel nacional (presidente y vice, diputados y senadores nacionales). Este modelo le permitiría al elector una selección diferenciada de cargos y partidos (lo que neutralizaría el “efecto arrastre”), pero se incluiría en la papeleta un casillero especial con la opción de votar la lista completa, es decir, a una misma agrupación para todos los cargos en disputa.
Otro punto de acuerdo es que la boleta única sea aplicada también en las elecciones primarias, no solo en las generales. En un primer momento hubo dudas al respecto por las dificultades que implicaría incluir, en una misma boleta, la cantidad de listas que suelen presentarse en esta instancia.
El diseño de la boleta es clave. En los cargos legislativos (diputados y senadores nacionales), la papeleta exhibiría los nombres de los cinco primeros candidatos de las distintas nóminas con las fotos de los dos primeros –en línea con la ley de paridad de género-. En las provincias donde se eligen más de cinco candidatos –Buenos Aires, Capital, Córdoba y Santa Fe- se colocarán “fichetas” en los locales de votación y en el cuarto oscuro que expondrán la totalidad de la oferta electoral.
¿Qué sucedería si las elecciones nacionales, provinciales y locales son simultáneas, es decir, se celebran el mismo día? Cabe aclarar que la ley de boleta única, de aprobarse, sólo regiría para los cargos nacionales; los cargos provinciales (gobernador y vice) y municipales (intendentes y concejales) no estarían a priori incluidos en la papeleta. Es que cada distrito tiene la facultad de dictar su propio régimen electoral y el Congreso no puede inmiscuirse.
Ante una situación de elecciones simultáneas, el proyecto habilitaría la figura de la “concurrencia”. Por ejemplo, si en una provincia rige la boleta partidaria, la concurrencia permitiría que, en el cuarto oscuro, el elector elija a sus candidatos nacionales por boleta única y a los candidatos locales por la boleta tradicional, para luego depositarlas en urnas diferenciadas. Ambos sistemas compartirían las autoridades de mesa y el mismo padrón.
Si bien aún no está cerrado, el proyecto de consenso está muy avanzado, anticipó la diputada Silvia Lospennato, de Juntos por el Cambio. Los opositores están convencidos de que, así planteada, la iniciativa implicará un salto de calidad democrática por cuanto le garantiza al elector que la oferta de candidatos esté completa en el cuarto oscuro a la hora de votar. Adiós al robo de boletas y otros vicios del actual sistema, aducen.
El oficialismo refuta el planteo con un argumento, a su juicio, de sentido común: ¿por qué cambiar de cuajo un instrumento de votación cuando el actual sistema funciona bien? “La Argentina no tiene ni tuvo un problema de fraude estructural en los últimos tiempos. No ha habido en la historia reciente de nuestra República una sola elección nacional con un resultado controvertido”, enfatiza el politólogo Sebastián Galmarini, docente de la cátedra Regímenes Electorales y Partidos Políticos de la UBA.
“Actualmente no hay evidencia sistemática de que algo esté saliendo mal respecto del instrumento de votación –abona Facundo Cruz, también politólogo y profesor de la UBA y la Universidad Di Tella-. El sistema actual genera confianza en la sociedad y en la Justicia; de hecho, la Cámara Nacional Electoral no cuestionó ninguna elección desde el retorno de la democracia hasta ahora.”
Luces y sombras
La preferencia por el modelo cordobés de boleta única también genera dudas y reparos del oficialismo. La principal objeción apunta al diseño de la papeleta: con toda la oferta electoral plasmada en una misma papeleta, ésta tendría dimensiones astronómicas, sostienen. Galmarini hizo una simulación de boleta única de papel en San Isidro, su distrito. “Si se incluyeran las 24 listas que compitieron en las últimas primarias quedaría un pliego aproximado de 82 cm por 95 cm”, advierte.
Atento a esta dificultad, los impulsores de la boleta única apuntan a un diseño reducido que no incluya toda la nómina de candidatos legislativos, sino los cinco primeros. “Esto permitiría que en todas las provincias, salvo Buenos Aires, Capital, Córdoba y Santa Fe toda la oferta electoral esté exhibida en la papeleta”, sostienen. Además, insisten, la boleta única empoderará al elector, ya que éste podrá votar a distintas agrupaciones por categoría sin dejarse llevar por el “arrastre” de la boleta partidaria tipo sábana que rige actualmente.
“El incentivo a votar en cada categoría a un candidato de diferente partido amenaza la gobernabilidad, por cuanto se alienta la fragmentación partidaria”, retruca Galmarini. Esta situación podría derivar en una parálisis institucional, con un Poder Ejecutivo enfrentado a un Congreso opositor, señala.
Mientras se escuchan los argumentos a favor y en contra de la boleta única en el plenario de las comisiones de Asuntos Constitucionales, Justicia y Presupuesto, los diputados y asesores de los distintos bloques opositores avanzan codo a codo en la redacción del dictamen común. En la tarea participan Juntos por el Cambio, el interbloque Federal, los libertarios de Avanza Libertad y La Libertad Avanza y los bloques Juntos Somos Río Negro, CREO, el Partido Obrero y el Movimiento Popular Neuquino; son los mismos bloques que, hace tres semanas, se impusieron con 132 votos en el recinto para forzar el debate sobre la boleta única.
Los opositores confían en reeditar esta mayoría para darle media sanción a la iniciativa en la Cámara baja. El primer paso será presentar el dictamen el 31 de este mes en las comisiones y luego llevarlo al recinto, posiblemente el mes próximo. Sin embargo, el derrotero del proyecto es incierto ya que la mayoría del oficialismo lo rechaza en el Senado y, aun si es convertido en ley, podría enfrentar el veto del presidente Alberto Fernández, que ya se anticipó contrario a modificar el actual sistema.
La Nación