Datos preliminares oficiales muestran que superaron la barrera de los u$s 7000 millones. Compras estaciones de combustible, porotos para procesar y la industria automotriz. Más financiamiento privado y pagos en yuanes
Las importaciones volvieron a ubicarse por encima de los u$s 7000 millones en junio, a pesar de la escasez de divisas, según datos preliminares que maneja el Gobierno. Mediante la ampliación del crédito comercial y el pago en yuanes -que se disparó el mes pasado y seguirá en ascenso- el Banco Central y Economía se las ingeniaron para mantener las compras externas en valores que permitan sostener niveles de actividad en medio de la sequía.
En junio, las importaciones se acercaron a los u$s 7200 millones, de acuerdo con los informes que circulan por despachos oficiales. Estuvieron casi 3% debajo del nivel de mayo (u$s 7357 millones, según reportó el Indec), pero se registró el segundo valor más alto del año. Mayo y junio son meses de fuerte importación de energía para cubrir la demanda estacional del invierno.
En comparación con junio de 2022, las compras al exterior fueron u$s 1500 millones más bajas y cayeron 17%. Si bien hubo una contracción generalizada, el grueso de la caída lo explicó el menor valor de la energía que se importa. El mes pasado se usaron la mitad de divisas que hace un año para pagar combustibles y lubricantes: unos u$s 1000 millones.
Por sectores
La importación del resto de los bienes se mantuvo por encima de los u$s 6100 millones, una cifra que resultó 4% más baja que la de mayo y 7% inferior a la del mismo mes del año pasado. La adquisición de bienes de capital cayó 10% interanual y la de bienes de consumo y bienes intermedios, 8%, cada una. En cambio, la importación de automóviles sigue creciendo: 15% anual.
Los insumos requirieron u$s 2900 millones en junio. La cifra es 4% superior a la de mayo, pero 8% inferior a la de hace un año. El único rubro que se encuentra en terreno positivo, en la comparación anual, es la adquisición de alimentos para la industria.
Traducido: la compra de porotos de soja para que la industria aceitera pueda mantener niveles mínimos de producción en medio de la sequía y la retención de oleaginosa por parte de los productores, a la espera de una mejor paridad cambiaria. Esto insumió casi u$s 900 millones en junio, o el doble que en el mismo mes de 2022. Del otro lado, se contrajo 24% la compra de suministros industriales elaborados, una partida de peso en la balanza comercial. En junio se destinaron casi u$s 1900 millones a estos embarques.
Las compras de bienes de consumo cayeron 8% anual, hasta valores que rondan los u$s 660 millones, contra los u$s 709 millones de mayo y los u$s 720 millones de junio de 2022. También bajó la adquisición de bienes de capital, un 10% anual, hasta casi u$s 1000 millones. La adquisición de piezas y partes se mantuvo en torno a los u$s 1300 millones, cifra algo inferior a la hace un año.
Con excepción de los sectores productores de oleaginosas y autos -también de fuerte impronta exportadora- las importaciones caen en la mayoría de las actividades económicas. La adquisición de vehículos y autopartes se mantiene estable en comparación con 2022, en torno a los u$s 1200 millones mensuales. En parte, esto explica el déficit comercial con Brasil en niveles históricos y la necesidad del Gobierno de que el país vecino financie esas compras.
Pero otros ramos de peso y con fuerte demanda de divisas, como la industria química y la petrolera, muestran contracciones de 21 y 34% anual en junio, respectivamente. Las compras del Comercio caen casi 30%. Entre los tres sectores de fuerte volumen importador, las compras fueron u$s 900 millones inferiores a las de junio de 2022. Un ahorro similar al de la energía -en este caso, por precio.
Sostener la actividad como se pueda
El Gobierno discute con el FMI de qué manera contener más las importaciones, por la falta de divisas para poder costearlas. En el Ministerio de Economía se analiza la manera de encarecerlas sin devaluar, por ejemplo, mediante la aplicación del impuesto PAIS a determinados sectores no esenciales. Pero son aquellos que ya deben programar pagos a 180 o 360 días.
Mientras tanto, el Banco Central avanzó con normativa que permite a las multinacionales usar prefinanciación de exportaciones para pagar importaciones actuales, con la expectativa de que la mejor balanza comercial de 2024 cubra las necesidades de estos meses. En mayo, el 13% de las importaciones de bienes se pagaron con crédito comercial. En junio, el uso de yuanes para pagar compras a China saltó al equivalente a u$s 1114 millones, contra los u$s 152 millones del mes previo.
El Cronista