MARCHA FEDERAL UNIVERSITARIA: EN TODO EL PAÍS, ESTUDIANTES SE UNEN A LA LUCHA CONTRA EL AJUSTE DE MILEI

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Tras el congelamiento del presupuesto y ante el peligro inminente de la paralización de las universidades nacionales, los estudiantes se levantan y se pliegan al mayor plan de lucha en años. 

Después de que el presidente Javier Milei atacara hasta el cansancio a la educación pública y desoyera los repetidos pedidos de asistencia financiera, las universidades nacionales darán su primera gran respuesta este martes. La situación es tan dramática que la voz cantante de los reclamos la llevaron hasta ahora las propias autoridades universitarias y los docentes. Sin embargo, el movimiento estudiantil también está en alerta y se movilizará en todo el país en el marco de la Marcha Federal UniversitariaAnte el congelamiento del presupuesto con una inflación interanual del 287%, centros de estudiantes coordinan acciones con gremios docentes, organizan clases públicas y llaman a que se movilicen todos los que defienden la educación pública. 

Este 2024, se dio la particularidad de que al principio de la cursada los docentes de prácticamente todas las universidades nacionales, según testimonios de estudiantes, advirtieron desde la primera clase del peligro que corre la educación superior en el país. Sin embargo, no se veía una reacción clara de los alumnos, que sí habían estado comprometidos en otras situaciones, como en las tomas y medidas de fuerza de 2018, cuando el macrismo proponía un fuerte recorte pero que no llegaba a los talones del que está haciendo Milei, o durante 2001, cuando el entonces ministro de Economía, Ricardo López Murphy, quiso hacer un recorte masivo. 

La movilización empezó hace tiempo en las universidades

El martes 16 de abril, estudiantes de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA) comenzaron a alertar en sus redes sociales que las luces del establecimiento ubicado frente a la Plaza Houssay estaban apagadas; luego el mensaje se replicó en estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales, que tiene su edificio en Constitución. Ese mismo día, la universidad publicó un comunicado en el que explicó las “medidas extremas para mitigar los gastos de funcionamiento”: la no utilización de aires acondicionados salvo en los hospitales universitarios y el apagado de la iluminación en aulas y oficinas “que cuenten con luz natural y en espacios comunes de circulación durante el período diurno y hasta 30 minutos antes del comienzo de la actividad académica del día y 30 minutos posteriores a su finalización”, entre otras cosas. 

El congelamiento del presupuesto afecta a todas las universidades públicas de la Argentina, y así se lo explicó a El Destape Macarena Videla, estudiante del profesorado y de la licenciatura en Psicología en la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) y militante del Movimiento de Participación Estudiantil (MPE): “La verdad es que recién ahora también se empieza a sentir la situación porque, por ponerte un ejemplo, en la Facultad de Química, Bioquímica y Farmacia ya empiezan a faltar reactivos para hacer trabajos prácticos. Entonces tal vez en el sector docente y no docente lo sienten mucho en el bolsillo pero para quienes somos estudiantes hay algunas situaciones que por supuesto que nos vienen atravesando que tienen que ver en muchas universidades con la no apertura del comedor, el tema del transporte y demás. Por ahí cuando hay un salario de por medio tal vez es mucho más tangible la crisis. Ahora, para el movimiento estudiantil la crisis está un poco más desperdigada, porque tenemos el problema de pagar el alquiler, tenemos el problema de la continuidad de las becas, de los aumentos del comedor, que empiezan a faltar insumos en la universidad”. 

Con una marcha ya sabemos que no lo vamos a resolver, por eso es que estamos haciendo ya desde hace semanas asambleas estudiantiles para ver cómo podemos organizar la marcha y ver cómo seguimos interpelando al que todavía está un poco fingiendo demencia. Pero también es difícil exigirle a la juventud que participe, que esté y se problematice cuando es una realidad que a las juventudes en general no se les viene dando espacio en la toma de decisiones”, opinó también Videla. 

Hay otras medidas que suelen tener repercusión en redes sociales, como las clases públicas, destacó en diálogo con este medio María Agustina Perrotta, militante de la agrupación Remediar en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de la Plata (UNLP) y ex vicepresidenta del centro de estudiantes de esa facultad. “Venimos articulando mucho con docentes, de hecho le llevamos la propuesta de hacer clases públicas y se sumaron”, contó. Además, señaló que vendrán a la Ciudad de Buenos Aires para la movilización central en AMBA del martes, que desembocará en Plaza de Mayo. 

En Rosario, la Federación Universitaria (FUR) de esa ciudad resolvió distintas actividades para los días previos al 23 de abril, como la concentración “en defensa de la Educación, la Universidad Pública y la Ciencia Nacional” en las escalinatas del Parque España, que será el domingo a las 15. Sin embargo, el martes la Federación y quienes se movilicen con ella viajarán a la Ciudad de Buenos Aires. En diálogo con El Destapela presidenta de la FUR, Flor del Alba Cruz, explicó el motivo: “Uniendo a los diferentes espacios y diferentes provincias, confluyendo en un mismo lugar, podemos llegar a tener mucha más potencia para reclamar un presupuesto acorde a las necesidades que tenemos“. 

Sin embargo, en cada ciudad del país habrá una protesta en contra del ajuste de Milei. Por ejemplo, en General Roca, provincia de Río Negro. Allí, como en La Plata y tantas otras universidades, los docentes, los no docentes y los estudiantes están unidos en defensa de la educación. “Venimos articulando la lucha con los docentes a través de un frente sindical universitario. Este frente sindical universitario de la ciudad estaba compuesto hasta hace poco por todos los gremios docentes y no docentes de la ciudad”, contó a este portal Aitiana Tebes, presidenta del Centro de Estudiantes de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional del Comahue (UNCo) con sede en General Roca. Luego, explicó que hay tres sedes de universidades que confluyen en la zona, por lo que generaron una “coordinadora amplia” de estudiantes entre las tres sedes educativas, y contó: “Este frente sindical universitario ya venía teniendo acciones en conjunto y recientemente nos agregaron a las conducciones de los centros de estudiantes”. 

Además, hizo una comparación con el clima de lucha en la facultad en 2018“Notamos que hay menos movilización estudiantil, menos estudiantes participando de estos espacios que en aquel momento. Pero ha incrementado el nivel de politización, acá al menos, en los últimos años. La Universidad Nacional de Río Negro (UNRN) hace un par de años que no tenía centro de estudiantes y a partir de esta situación los estudiantes se quisieron agrupar y ya conformaron una lista para llamar a elecciones de centro, lo cual es muy positivo“, subrayó. 

Militantes y no militantes, todos a la calle

El próximo martes, la expectativa del movimiento estudiantil es que las calles y en especial la Plaza de Mayo se llenen de estudiantes que militan y que suelen participar de este tipo de movilizaciones, pero también de jóvenes que cursan y caminan los pasillos de las universidades públicas todos los días pero no tienen pertenencia política. Para citar solo un ejemplo de los miles, Patricio Agosti, estudiante de la carrera de Comunicación en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, contó a este portal por qué marchará el martes, aunque no milita en ninguna agrupación política universitaria: “Es la primera vez desde que soy estudiante y desde que tengo memoria que hay una verdadera intención de deshacerse de la universidad pública, de dejarla de lado, de reducirla lo máximo posible, en este caso que se dejen de dictar clases. Y me parece que nuestro rol, ya ni siquiera como estudiantes, porque siento que debería surgirle a cualquier persona que defienda las cosas básicas de la sociedad, como es la educación, debería ser decir: ‘Che, me tengo que movilizar’. Yo verdaderamente lo siento como una obligación”. Y concluyó: “Para la gente que no suele ir a marchas, que no se suele movilizar, es el momento y el lugar para decir: ‘Loco, es ahora o nunca'”. 

Como si hubieran escuchado las palabras de Patricio, las adhesiones a la Marcha Nacional Universitaria se multiplican por estas horas, incluso desde sectores que no se ven afectados directamente por la desfinanciación de la educación pública. Por ejemplo, estudiantes de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), que se agruparon en un centro de estudiantes “extraoficial” (Ceuade), anunciaron esta semana que el 23 de abril marcharán. “Desde Ceaude creemos que no podemos callar en estas circunstancias, porque el silencio es complicidad. Invitamos e insistimos a que otras universidades privadas se unan para marchar”, dijeron en Instagram. En la misma red social, explicaron por qué tomaron esta decisión: “Como estudiantes universitarios entendemos la preocupación que miles de compañeros sufren tras quedarse con sus estudios a mitad de camino en caso de que muchas facultades se vean en la necesidad de cerrar sus puertas. Lamentamos este momento histórico y, si bien entendemos que no compartimos esta problemática, empatizamos y nos solidarizamos frente a la causa”. 

La defensa de la educación pública superior, como el reclamo de Memoria, Verdad y Justicia, se está convirtiendo en un reclamo transversal, que incluye tanto a diferentes identidades partidarias como a personas tradicionalmente no movilizadas por la política. La dimensión que adquiera la Marcha Nacional Universitaria definirá si el Gobierno de Milei tiene que dar una nueva marcha atrás. Como quedó tantas veces demostrado, esta lucha es imposible sin el movimiento estudiantil.

El Destape

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