MILEI CONTRA LOS GOBERNADORES: LOBBY DESESPERADO ANTE LA AMENAZA DE UN JUEVES NEGRO

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“Quieren romper todo”. Para Javier Milei, la avanzada de los gobernadores busca directamente desestabilizar al Gobierno. El paquete de leyes que intentará aprobar este jueves el Senado, alentado desde las provincias, tiene un costo fiscal que el Ministerio de Economía mide en más de tres puntos del PBI. Un mazazo para un modelo tambaleante, que atraviesa su peor momento y al que en el horizonte no le asoman caminos claros para sortear la zozobra. Ese paquete, además, evidencia que el Excel libertario cierra con la plata de las provincias y la de los jubilados. Sin eso, no hay equilibrio fiscal. Si, como dice Martín Menem, cada vez que abre el Congreso “sube el riesgo país”, el ministro Luis “Toto” Caputo encontrará cada vez mayores problemas para rollear la deuda si la bronca federal se convierte en votos. 

La motosierra tuvo un costo. El juego electoral de La Libertad Avanza (LLA) en algunas provincias, también. En la Casa Rosada saben que se viene una parada brava. “Va a ser un día pésimo para el Gobierno”, admitió un operador libertario. Otros ya hablan de un “jueves negro”.

Con la pólvora mojada.

El Ejecutivo lanzó un operativo para intentar obturar la sesión en la que el Senado busca convertir en ley los expedientes jubilatorios que ya pasaron por Diputados -el aumento del mínimo y del bono y la moratoria previsional- y la emergencia en discapacidad y también darle media sanción a lo que firmaron los 24 gobernadores: la coparticipación plena de lo que se recauda por el impuesto a los combustibles y el acumulado en el fondo de Aportes del Tesoro de la Nación (ATN). 

Dos gobernadores confirmaron a Corta que, al menos hasta entrada la tarde del miércoles, nada hacía prever que pueda caerse la convocatoria a senadores y senadoras. “Ningún atisbo de no avanzar”, se entusiasmó uno de ellos.

El apriete vía Fantino.

“Nos están apretando vía (Alejandro) Fantino”, advirtió otro gobernador peronista. El conductor de Neura contó en su programa que habló una hora con Caputo y que el ministro le adelantó que se avecina un gravísimo escenario económico, con el dólar trepando por arriba de la banda y el riesgo país superando los mil puntos si se aprueban este jueves los proyectos para recomponer jubilaciones y para repartir los fondos de las provincias que Toto tiene pisados. Un escenario catástrofe para identificar responsables si la nave libertaria entra en fase naufragio.

Fantino explicó que todo lo que contó lo hizo violando un presunto off the record, una forma un poco naif de explicar por qué le puso su voz y su cuerpo al mensaje que, por razones obvias, Caputo no se lo puede poner. Una palomita arriba de la granada. La jugada no salió del todo bien y el propio ministro tuvo que salir a despegarse del recorte que circuló en redes y acordó una entrevista en el sillón más cómodo que tiene para él todo el sistema nacional de medios de comunicación: el programa de Luis Miguel Majul.

Lo mismo que dijo Fantino en su programa se lo están diciendo a algunos gobernadores los mediadores del Gobierno. Les ofrecen cosas -algunas cosas que ya le ofrecieron en anteriores oportunidades- y buscan convencerlos de que mantengan su apoyo al modelo, que es el camino correcto.

“Si con eso consiguen evitar la sesión, es para sacarse el sombrero”, le dijo este cronista a un gobernador. “Si con eso consiguen evitar la sesión, yo me pego un tiro en las bolas”, respondió el gobernador.

Algunas dudas y un par de certezas.

Algunos gobernadores empezaron a sentir un cosquilleo cuando sacaron las cuentas. “Es mucho”, le dijo un mandatario peronista a uno de sus representantes en el Senado. Ese mismo gobernador, la semana pasada, quería pasarle una topadora al Gobierno. 

Algunos gobernadores exploraron la posibilidad de que solo se discutan los proyectos de ellos y que se posterguen las leyes jubilatorias. La respuesta de sus delegados en la Cámara Alta fue obvia. En primer lugar, que el paquete previsional ya pasó por Diputados y ya tiene dictamen de comisiones, está listo para aprobarse; y en segundo lugar, que cambiar la agenda por un pedido de los gobernadores pondría en serio en riesgo a la sesión, que no fue oficializada por la presidenta del cuerpo, Victoria Villarruel.

Las leyes que piden los gobernadores necesitan el voto de dos tercios de los presentes para habilitar el tratamiento sobre tablas, porque ni siquiera se discutieron en comisiones. Según fuentes parlamentarias, el jefe del bloque peronista, José Mayans, ya les avisó a los gobernadores enrolados en el PJ que la agenda no se toca.

Una senadora, con larga experiencia en la política, aporta otra mirada: “Si lo que quieren los gobernadores es que el Gobierno se siente a negociar, necesita que esto se apruebe”.

El vuelto de los cierres en las provincias.

¿Cómo llegó el Gobierno a meter en un mismo barco a dirigentes refractarios como Alfredo Cornejo y Axel Kicillof? ¿Cómo consiguió que firmen un mismo papel Jorge Macri y Gildo Insfrán? Una primera respuesta es económica, es cierto. Pero hay otra, política. El juego de LLA en algunas provincias tensó vínculos que si todavía no detonaron, es porque algunos gobernadores no tienen otro lugar a dónde ir.

Un caso concreto es el de Gustavo Sáenz. El salteño fue clave el año pasado para sostener el veto a la ley de recomposición jubilatoria, junto con otros no alineados, como Alberto Weretilneck (Río Negro) o Hugo Passalacqua. Este año, entre Karina Milei y los Menem -“Lule” y Martín- le armaron una lista propia en su provincia, le ganaron la capital e instalaron mediáticamente una victoria libertaria, aunque LLA haya metido solo una de las doce bancas en juego que había en el Senado salteño. El resto las ganó todas el oficialismo salteño. “Les gritamos el gol en la cara”, se sinceró una fuente gubernamental. Este año, la principal operadora de Sáenz en el Congreso, la diputada Pamela Caletti, no solo votó a favor del nuevo aumento jubilatorio, sino que ya firmó el dictamen para la ley que busca garantizar el presupuesto de las universidades nacionales. 

El caso Salta se replica en otras provincias. Al correntino Gustavo Valdés le terminaron armando una lista de LLA, porque rompieron una negociación que parecía encaminada. Según pudo reconstruir Corta, el gobernador ofrecía dos diputados nacionales, un negoción para LLA, pero Karina y los Menem después pidieron tres diputados provinciales y encabezar la boleta local. Voló todo por el aire. 

Dos radicales con peluca, como Martín Arjol (Misiones) y Mariano Campero (Tucumán), se inmolaron por Milei. Terminaron expulsados de la UCR. Y les cerraron las puertas libertarias. Son dos votos determinantes para cuando haya que defender los vetos de Milei. “El mayor problema que tenemos hoy, es que está en riesgo el tercio que necesitamos para sostener los vetos”, confesó un hombre que atiende en Balcarce 50. 

Este miércoles se conoció que el pacto electoral entre LLA y el PRO se cerró sin mayores dificultades en la provincia de Buenos Aires. Desde el partido de Mauricio Macri confirmaron que los 13 intendentes macristas aceptaron el acuerdo con la línea violeta. Se presume que si eso se consiguió, fue porque los negociadores del Gobierno cedieron en algo. 

Si en tierra bonaerense hubo acuerdo, fue porque el presidente Milei se metió personalmente en el tema y bajó un mensaje claro. En el resto de las jurisdicciones no se metió, cedió todo el armado a su hermana y los Menem. El resultado de esas decisiones se está verificando ahora.

Corta