| ¿Qué costo tiene la acumulación de reservas?Ahora que estamos de acuerdo con el Gobierno en que hay que comprar reservas, el presidente del BCRA, Santiago Bausili, nos dice que no hay que hacerlo a cualquier costo. ¿Cuál es entonces el costo, entonces?En primer lugar, cuando el Banco Central le compra dólares al sector privado, a cambio, le da pesos. Esto podría llegar a ser inflacionario si el sector privado destina ese dinero a aumentar una demanda de bienes y servicios que no se puede satisfacer o a demandar nuevamente los dólares y empujar el tipo de cambio al alza.Pero en ambos casos el Banco Central podría evitarlo haciendo uso de los dólares que compró: puede usarlos para importar los bienes y servicios cuya demanda excede a la oferta o para satisfacer la demanda de dólares del sector privado y evitar una suba del tipo de cambio. De hecho, un costo adicional de la acumulación de reservas es no usar esos dólares en importar, por ejemplo, bienes de capitales para invertir.Si el Gobierno quisiera fomentar que el sector privado ahorre esos pesos que obtendría por la venta de los dólares, podría ofrecer títulos en pesos, ya sean del Tesoro o del mismo Banco Central. En ambos casos, el costo sería, justamente, los intereses a pagar a cambio de reabsorber los pesos. Si quien emite los títulos en pesos es el Banco Central, estaríamos hablando de una operación de esterilización y los intereses pagados por esos títulos pasarían a formar parte de la emisión endógena generada por los intereses de los pasivos remunerados del BCRA. En cambio, si es el Tesoro quien emite los títulos, los intereses pasan a ser gastos financieros que deterioran el resultado financiero (a no ser que esos títulos sean capitalizables, pero eso es una historia que ya contamos).Si estuviéramos en el mejor de los mundos, uno en el que el sector privado quiere esos pesos para invertir, entonces nada de lo anterior sucedería: quienes venden los dólares al Banco Central usan los pesos que obtienen para prestarle al agente del sector privado que desea realizar la inversión. Lo hacen, claro, a cambio de un interés. Eso sería un aumento en la demanda de dinero, por lo que la emisión no sería inflacionaria ni generaría un costo financiero al sector público.Aún así, hay un costo: la intervención del Banco Central en el mercado de cambios evitaría que el tipo de cambio baje y genere un efecto a la baja en los precios. Es decir, la acumulación de reservas puede ser inflacionaria o, de manera equivalente, ralentizar la desinflación.Esto trae dos reflexiones. La primera es que si la acumulación de reservas de esta nueva etapa tiene un costo, entonces la no acumulación previa a las elecciones tenía un beneficio. Este era que el tipo de cambio sea lo más bajo posible para mostrar un mejor resultado inflacionario. La segunda reflexión es que el Gobierno, tras haber llevado la economía al borde del abismo, aprendió la lección y reconoce la importancia de comprar reservas, pero no quiere que la inflación mantenga el sendero levemente ascendente que inició cinco meses atrás.¿El Tesoro o el BCRA?¿Quién debería ser el principal encargado de comprar dólares? ¿El Tesoro o el BCRA?Como tantas otras en economía, la respuesta a esta pregunta es “depende”. Lo primero que debemos preguntarnos es qué queremos hacer con esos dólares. Si los queremos para hacer frente al pago de la deuda en moneda extranjera, entonces debería comprarlos el Tesoro. En cambio, si los queremos para estabilizar el tipo de cambio y fortalecer la moneda nacional, entonces debería hacerlo el BCRA.¿Y para qué quiere el sector público argentino los dólares en este momento? En principio, los quiere para pagar la deuda, cuyo próximo vencimiento fuerte es en enero. Así, el Tesoro debería ser el principal comprador de dólares. Porque de nada habría servido la mejora en el balance del BCRA si fuera este quien compre los dólares y luego el Tesoro le colocara una letra intransferible de manera que usara esos dólares para pagar la deuda. Además, justamente para eso, el Tesoro puede utilizar su superávit fiscal.Ahora bien, si el sector privado quisiera aún más pesos de los que dispone el Tesoro en su cuenta en el BCRA, entonces en la siguiente licitación de deuda el rollover sería menor al 100% y podría suceder que el Tesoro no tenga los pesos para pagar. En ese caso, el BCRA debería comprar al menos una parte de los dólares que el sector privado venda para aumentar la oferta monetaria (nuevamente sin impacto inflacionario porque estaría satisfaciendo un aumento en la demanda).Lo paradójico del tema es que, compre quien compre, si el mercado financiero ve que cualquiera de los dos tiene dólares suficientes para pagar la deuda, entonces va a estar dispuesto a refinanciarla. En ese caso, los dólares acumulados no van a ser necesarios para el pago y quedarían para el manejo de la política cambiaria. Y ahí, la necesidad de acumulación se reduce de manera significativa.En resumen, lo más importante es que el sector público compre dólares (y, de hecho, a cuentagotas, lo viene haciendo). Quién lo haga es, en algún punto, secundario. Tesoro y BCRA tienen que trabajar mancomunadamente para calibrar cuándo y cuánto compra cada uno según el stock de pesos del Tesoro en el BCRA y el monto de los vencimientos próximos.La buena y la mala manera de acumular reservasSe impone una pregunta: ¿de dónde saca los dólares el sector privado para venderle al Tesoro o al BCRA?Una alternativa es que salga del superávit comercial. Si los exportadores venden más que los importadores, entonces los dólares que traen alcanzarían para pagar las importaciones y sobraría un poco. Dado que en Argentina hay obligación de liquidar exportaciones, ese excedente quedaría en el BCRA que, a cambio, expandiría la base monetaria.Sin embargo, al mirar la cuenta corriente argentina del último tiempo, notamos que no sobran muchos dólares por ahí. Entre junio de 2024 y mayo de 2025 fue deficitaria. Y desde entonces es superavitaria, pero únicamente gracias a la reducción temporal de retenciones primero, y ese breve período en el que se eliminaron y se adelantó liquidación por 7 mil millones de dólares (con la polémica acerca de si esta baja le llegó al productor).De hecho, con los niveles de tipo de cambio real actuales el país nunca tuvo superávit de cuenta corriente. Y si bien el déficit de cuenta corriente es muy frecuente en los procesos de estabilización, no es un hecho a festejar, sino un factor de riesgo que atender, más si el banco central no tiene reservas.Entonces los dólares tienen que entrar por la cuenta financiera. El primer paso es reducir fuertemente la formación de activos externos netos, es decir, los dólares que las personas compran para cubrirse frente a una eventual devaluación. Eso sería equivalente al aumento en la demanda de moneda nacional que mencionamos antes. Con la reducción en la expectativa de devaluación posterior a las elecciones, eso ya está sucediendo. Es necesario no volver a estimular la expectativa de devaluación y, para ello, tener reservas es esencial. |