La sangría de reservas no se detiene y así no hay colchón de dólar soja que aguante. En los primeros cuatro días de noviembre, el Banco Central tuvo que aportar casi u$s 250 millones al mercado oficial de cambios para atender la demanda importadora, la mitad de todo lo que tuvo que vender en octubre en términos netos.
A pesar del refuerzo al cepo a las importaciones y el lanzamiento del dólar tarjeta para extranjeros, por el que el Gobierno espera ingresos por u$s 1100 millones en último bimestre, en el mercado hay escepticismo acerca de si se podrá cumplir con la meta de reservas del FMI.
El “operativo cuidar las reservas” no está funcionado como el Ejecutivo quisiera y las entradas del agro no son las esperadas. Durante octubre se registró una contracción de 83% en la liquidación del campo respecto a septiembre bajo el esquema cambiario de dólar soja.
De hecho, la liquidación de octubre pasado fue la más baja para ese mes desde 2015, situación que también tiene que ver con que en septiembre se anticiparon ventas para aprovechar el tipo de cambio diferencial
El SIRA, el dólar Qatar y el tarjeta para extranjeros parece que no alcanzarán para que el Gobierno llegue a la meta de acumulación de reservas porque el ingreso por exportaciones está siendo más magro de lo previsto.
Ya en octubre la devaluación se aceleró y sin un fuerte poder de fuego de reservas, se anticipa un verano cambiario caliente: no exento de mayores restricciones y con aún mayores presiones al tipo de cambio.
El Cronista