CELULARES, HUMO Y TENSIÓN EN LA UNIDAD PENITENCIARIA Nº 6 DE RÍO CUARTO

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Una requisa disparó un motín y un incendio en el pabellón 6. Desesperados, familiares reclamaron información. Según las autoridades, no hubo lesionados.

Tres vehículos de Bomberos Voluntarios de Río Cuarto ingresaron este jueves al mediodía en la Unidad Penitenciaria N° 6. Desde el exterior, se advertía una columna de humo y algunas corridas de los penitenciarios en la cima del centenario edificio.

Con la noticia de una requisa, presuntamente violenta, familiares y allegados a los internos se habían concentrado a media mañana en la puerta del edificio. “Que salga alguien a explicar qué pasa. Dicen que les requisaron y les han roto todo, no tienen derecho, que alguien de la cara”, coincidían en expresar los manifestantes, con indignación.

A los gritos, madres, hermanas y padres de las personas privadas de su libertad reclamaban a los guardiacárceles respuestas. “No tienen piedad”, imploraban, en medio de la tensión que causaba el ingreso de bomberos y de uniformados.

En un video que se habría filtrado del pabellón 6, internos con el rostro semitapado protestan por una requisa y denuncian que habría personas enfermas a las que no les dan la atención que necesitan. “No me sacan a enfermería (…) no nos sacan al patio, tenemos gente enferma y no la sacan. Nos verduguean (sic) a la visita, no la dejan entrar. Nosotros también somos humanos y tenemos derechos”, afirma, desde el interior del pabellón 6 un interno, con una herida en el rostro.

Las distintas versiones de los familiares coinciden en señalar que todo comenzó en el pabellón 6 tras una requisa en la que, según los internos, les habrían roto pertenencias, desparramado y mezclado comida con productos de limpieza.

“Les robaron golosinas, cigarrillos. Están viviendo entre cucarachas, con chinches, no les dan atención”, denunció una madre. En el pabellón 6 se alojan unos 70 internos procesados, sin condena.Los trascendidos oficiales dan cuenta de que en ese lugar, durante la mañana hubo un secuestro de una docena de celulares ingresados ilegalmente a la cárcel, que podrían estar siendo utilizados para cometer estafas telefónicas. Según fuentes de la penitenciaría, por eso se disparó el conflicto.

“No habría heridos”

Minutos antes de las 15, el director de Seguridad del Servicio Penitenciario de Córdoba, Darío Tello Pajón salió a la vereda de la cárcel y dio explicaciones a los familiares. El jefe, llegado desde la Capital en horas del mediodía, admitió los disturbios en el pabellón 6 tras la requisa, pero negó incidentes mayores.

“Yo les quiero llevar tranquilidad, no hay lesionados (…) Demoramos en salir porque ellos tenían una barricada no podíamos entrar ni siquiera para controlarlos. Prendieron fuego unos colchones y hubo necesidad de llamar a Bomberos para que no hubiera daños mayores”, afirmó.

“¿Cómo sabemos?, queremos entrar a verlos”, retrucaron algunos familiares que, desde las 10 esperaban noticias frente al penal. “Los está controlando el médico, no hay nadie grave, no hay lesionados”, insistió Tello.

El director negó que se hayan roto elementos de los internos, dijo que se trató de una requisa de rutina y que los internos no dejaban entrar a los controles. “Nos tiraron lavandina, agua, palos. Nosotros no hemos tirado nada”, expresó, mientras los allegados a los presos insistían con que los penitenciarios les rompieron televisores y otros objetos.

Según trascendidos, las autoridades secuestraron unos 12 celulares, droga y elementos punzantes a los “plumas” o referentes del pabellón. Cuando quisieron trasladar a cuatro personas del pabellón 6, dedicado a procesados, algunos se amotinaron. Pusieron los colchones contra las rejas e intentaron incendiarlos. Como los colchones serían de un material ignífugo, no hubo llamas pero sí mucho humo. Finalmente los impulsores del motín fueron reducidos. En el incendio sí se habría quemado parte de la instalación eléctrica del pabellón, por lo que había sectores sin luz.

Familiares dejaron trascender una grabación en la que internos comentan sobre el traslado de una persona en el interior del penal, tras los incidentes. “Lo están cagando a palos”, dicen. La madre de uno de los detenidos, convencida de que hubo malostratos y agresiones, exigió: “Por favor, llamen a los Derechos Humanos, que haya alguna inspección, que alguien los escuche”.

Fuentes del Penal aseguraron que los efectivos del Grupo de Intervención Rápida (GIR) ingresaron con cámaras (Go Pro), con lo que podrían demostrar que el procedimiento fue el correcto.

“Los tuvimos que sacar para que los revise el médico, para saber si hay lesionados, asfixiados, golpeados. Están controlándolos”, agregó Tello ante los familiares. Ante la inquietud de los presentes, admitió que se evaluará la posibilidad de trasladar a otro penal a los responsables del conflicto. Prometió que los internos podrán comunicarse con sus allegados para devolverles la tranquilidad y recordó que todo el accionar de los uniformados está siempre bajo la lupa del Tribunal de Conducta policial y penitenciario.

Los distintos registros fílmicos que vecinos hicieron llegar a los medios, revelan que, aunque están prohibidos, sigue habiendo teléfonos celulares dentro de la cárcel de Río Cuarto. El centenario edificio está ubicado en Sabatini al 2600, en una zona muy poblada de la ciudad, que no es la primera vez que está en vilo, en medio del humo de las cubiertas quemadas y con las calles cortadas, por una revuelta.

“Fueron cuatro”

A las 17.30 en un parte oficial, el Servicio Penitenciario informó que la “violenta revuelta” se inició a las 10 tras una requisa. “Un grupo de cuatro internos pertenecientes al Pabellón 6, vociferaban de manera disconforme, comenzando inmediatamente con los disturbios, bloqueando el acceso al personal al interior del pabellón con distintos elementos y quema colchones”, resumieron.

Precisaron que intervino el G.O.T.P (Grupo de Operaciones Tácticas Penitenciarias) que, con la colaboración de bomberos desalojó el ingreso al pabellón 6 y tomó el control de la situación. Destacaron que el resto de los internos allí alojados mantuvieron una actitud pacífica, no participaron de los hechos.

La Voz

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