CÍRCULO ROJO

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Con esa mezcla de lejanía, paz y opulencia que brinda la majestuosidad del Llao-Llao, el Círculo Rojo se cerrará una vez más en una de las auténticas cumbres anuales de las que se realmente se puede decir que “pertenecer tiene sus privilegios”. El aura de impenetrabilidad que el hermetismo con el que históricamente se manejó el Foro del Llao-Llao, como se bautizó al cónclave empresario que todos los años se congrega en ese soñado rincón de Bariloche, se potencia con el calibre de los invitados, protagonistas de la política presente pero, sobre todo, futura, convocados a un espacio de intercambio íntimo, cálido, casi personal.

Empresarios como Eduardo Elsztain, de IRSA -anfitrión y faro espiritual del evento-, Marcos Galperin (Mercado Libre), Gustavo Grobocopatel (Los Grobo), Martín Migoya (Globant), Marcos Bulgheroni (PAE), Martín Eurnekian (Aeropuertos Argentina 2000) o Carlos Miguens (Central Puerto) tendrán la oportunidad de escuchar, de primera mano, lo que piensan quienes aspiran al inquilinato de Balcarce 50, la “casa central” de esa gran organización, la República Argentina, de la que sus empresas, por más grandes o chicas que sean, en mayor o menor medida, de una forma u otra, no dejan de ser filiales.

Del lunes al miércoles, los principales candidatos a lucir la banda presidencial desfilarán por el coloso que diseñó Alejandro Bustillo. Horacio Rodríguez Larreta renovará credenciales como la apuesta segura. Patricia Bullrich mostrará si su prédica, más cercana al corazón de varios presentes, también convence al bolsillo. Javier Gerardo Milei tendrá la oportunidad de ratificar simpatías -ideológicas y personales- y diluir temores, frente a un auditorio en el que además de empresarios –“benefactores sociales”, como suele distinguirlos el Libertario- también habrá, a tono con la cercanía con Nahuelito, algún ejemplar de los “empresaurios” a los que suele criticar. 

Del oficialismo, en cambio, dirá presente otro interlocutor sigiloso de muchos de los asistentes: Eduardo “Wado” De Pedro. Otra escala en el peregrinaje que el Ministro del Interior emprendió hace tiempo para moldear su ambición. Pero, fundamentalmente, Sergio Tomás Massa, el Ministro de Economía. Quien, tal vez, en la paradisíaca distensión de la confluencia de los lagos Moreno y Nahuel Huapi, rodeado por la inmensidad de los cerros Tronador y López, deslice si el dato de inflación de marzo (7,7%) resultó un golpe que lo contiene o, al contrario, lo envalentona, para, finalmente, dar el salto del tigre hacia la candidatura presidencial. 

El Cronista

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