TENSA CALMA

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“Este no es tu segundo tiempo, es el primer tiempo de Javier”. Las palabras de Santiago Caputo a Mauricio Macri en un encuentro privado resumen el momento que atraviesa esta sociedad táctica que permitió el triunfo libertario y que, diez días después, navega en una tensa calma tanto entre Macri y Milei como dentro del PRO, fundamentalmente entre Patricia Bullrich y el ex Presidente. El Calabrés repite a quien quiera escucharlo que Bullrich, en lugar de negociar en bloque, “se cortó sola”. Bullrich responde que ese bloque lo quería vender Macri “llave en mano” y, luego del duelo, parece haber incorporado que fue tan víctima del fundador del PRO como Horacio Rodríguez Larreta. Su arribo al gabinete libertario fue, al igual que el de Luis “Toto” Caputo, negociado directamente con el presidente electo.

Lo de Macri con Milei no alcanza a ser enojo, pero se ubica en la órbita del fastidio. En el entorno del libertario recelan del vínculo que Macri teje con Victoria Villarruel, casi vaciada de poder -al menos por ahora- vía el ascendente Nicolás Posse. Milei ve en Macri y Villarruel un polo de conspiración en potencia y, por eso, se recuesta incipientemente en el peronismo no K. Macri lo advierte y patalea. Mira de reojo a Posse y a Guillermo Francos, el nexo de LLA con el schiarettismo y sus satélites. Es una incógnita saber cómo se va a resolver el coqueteo, pero generó las primeras reflexiones en el entorno de Milei. “Es el gobierno de unidad nacional, le dimos ANSES y queremos darle la presidencia de la Cámara a un espacio que sacó siete puntos”, reflexionaba con cierto cinismo ante #OffTheRecord un estrecho colaborador del presidente electo.

La discusión sobre quién presidirá la Cámara de Diputados debería definirse esta semana. Florencio Randazzo es el preferido de Milei. Macri lo advierte: con él, son 50 diputados. Sin él, se negocia ley por ley. “No tiene lo que vende”, responden cerca del libertario. Tanto el entorno de Milei como los emancipados de JxC sostienen que Ritondo acerca un bloque de, máximo, 30 legisladores. Es treinta veces más de lo que garantiza Randazzo, líder de la agrupación Vengo por la mía y rebautizado como Hirō Onoda, el último japonés en la selva, por su pelea imaginaria con Cristina Kirchner.

“El Presidente electo tiene derecho de poner sobre la mesa el nombre de la persona que considere más oportuno, no tomar en cuenta su opinión en este sentido no es una buena actitud”, sorprendió Rogelio Frigerio el sábado en Radio con Vos. Al gobernador electo de Entre Ríos lo une mucho más que un hilo invisible con Randazzo. Sin embargo, la posición no era de apoyo al Flaco sino de impugnación a Ritondo. El ex ministro de Seguridad de María Eugenia Vidal tiene un problema. Se pintó de violeta después de las generales y, luego del triunfo de Milei, subió a sus redes una foto en la que se lo ve sosteniendo una motosierra. Una decisión extravagante.

Macri y Ritondo están, entonces, en una trampa. Dijeron que el apoyo a Milei era “incondicional”. ¿Qué dirán, ahora, si el presidente electo no entrega la presidencia de la Cámara? ¿Vuelve Juntos por el Cargo? Hoy habrá una reunión de gobernadores a la que, aparentemente, asistirá Ritondo. El protoperonista espera un apoyo. Tres gobernadores de JxC con los que habló #OffTheRecord aseguran que la declaración dirá, palabras más, palabras menos, que tener la presidencia de la Cámara es co-gobernar: “No nos votaron para eso”.

Mientras tanto, en Brasil, Diana Mondino se reunió con quien será su contraparte, Mauro Vieira, en un intento patrocinado por el Embajador argentino en Brasilia, Daniel Scioli, de acercar posiciones tras los agravios de Milei a Lula Da Silva durante la campaña y la invitación a la asunción del 10 de diciembre cursada a Jair Bolsonaro y su familia. El deseo de Mondino -expresado públicamente- de que Scioli continúe en el cargo excede los históricos lazos del ex-gobernador con Milei -que incluyen al próximo ministro del Interior- y el asesoramiento del propio presidente electo en algunos temas durante su gestión, y se centran en la experiencia de Scioli reconduciendo el pésimo vínculo personal y nula sintonía política entre Alberto Fernández y Bolsonaro.

La relación estratégica entre Argentina y Brasil sobrevivió sin daños permanentes durante tres años para atestiguar la llegada al gobierno de Lula, el favorito de Fernández y recuperar las coincidencias. Para el gobierno de Milei la necesidad -en espejo- es, como mínimo, la misma. Con una diferencia relevante: desde el comienzo de la campaña presidencial, Fernández sabía y repetía que estaba condenado a la razonable convivencia con quien fuera que ocupara la presidencia de Brasil. Milei prometió ni siquiera conversar con quien calificó de comunista y corrupto y, si bien la corrección que impulsó la propia Mondino sobre aquella promesa fue rápida, las posiciones estructurales de Milei complican la posibilidad de una relación armónica.

Mientras la fuente de legitimidad de Fernández, además de los votos, la daba la presencia y la capilaridad territorial, legislativa y de densidad social del peronismo, Milei llegó como un ideólogo y teórico outsider, que tiene en sus apoyos internacionales una de sus escasas fuentes de densidad política. El apoyo de Bolsonaro -una figura cuya toxicidad para el presidente brasileño y su entorno excede el haberlo enfrentado en una elección- al igual que el de figuras como Donald Trump y otras como Nayib Bukele y Viktor Orban desborda las afinidades ideológicas y provee a Milei de una plataforma, un corpus de ideas y apoyos en el cual sostenerse y referenciarse más allá de sí mismo y de nuestras fronteras. Algo que “el primer presidente liberal libertario de la historia” necesita como el agua.

La invitación entregada firmada de puño y letra del presidente electo al brasileño fue, con todo, bien recibida aunque nadie espera que Lula viaje a la asunción, salvo que sucediera una muy improbable desinvitación a Bolsonaro que hoy no está en carpeta. En lo sustancial, el acuerdo del Mercosur con la Unión Europea se encuentra en la última etapa de negociación, con destino incierto. La fecha límite del 7 de diciembre, cuando Brasil transferirá la presidencia pro témpore del Mercosur a Paraguay, podría estirarse algunos días si hubiera un acercamiento claro de posiciones entre las partes, que hoy no está del todo claro.

Como indica la invitación de Lacalle Pou a que el bloque comience conversaciones para un acuerdo comercial con China, las prioridades en el Mercosur y en Europa requerirán de mucha cintura para alcanzar un rápido entendimiento. En línea con la orientación aperturista, y a diferencia del gobierno saliente, Mondino se muestra entusiasta con la posibilidad de firmar un acuerdo con la Unión Europea y ese también podría ser un factor de acercamiento con un Lula que, con algunas condiciones y vaivenes, lo impulsó en mucha mayor medida que el peronismo en la Argentina.

En Washington, Milei también pondrá a prueba los límites de sus afinidades políticas construidas antes y durante la campaña, aunque en este caso, el argentino prescindió de los agravios personales al presidente Joe Biden -al que apenas caracterizó de “socialismo light”- y dejó en claro su intención de alinearse no con un gobierno en particular sino con los Estados Unidos. Al contrario de los consejos del presidente Fernández, los planes de Milei en la relación con el FMI no deberían encontrar objeciones en el tesoro estadounidense, que estaría encantado con una reducción agresiva del déficit fiscal sin importar sus consecuencias recesivas, mientras los lectores más avezados del Departamento de Estado se ocuparían de advertir por la estabilidad de un país cuya sociedad civil organizada difícilmente tolere grandes ajustes de manera pasiva.

Es de esperar que el apoyo de Estados Unidos a la Argentina en el Fondo Monetario Internacional se refuerce si la agenda de ajuste de Milei avanzara. Asimismo, que en la reunión que el presidente electo tendrá con el Asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, se refuercen las advertencias amigables sobre la cuestión ambiental y, en particular, la lucha contra el cambio climático como un punto nodal en la agenda internacional en la que los Estados Unidos espera de la Argentina cooperación, compromiso y cierta disciplina. Un mensaje que será replicado también en las principales capitales europeas.

El primer acercamiento político se produjo ya en Nueva York, donde al margen de la búsqueda de 20 mil millones de dólares de nueva deuda en dólares -cuya utilidad y posibilidad es una incógnita- Milei se encontró con Bill Clinton y Christopher Dodd, respectivamente una eminencia partidaria y uno de los dirigentes políticos veteranos más cercanos al presidente Biden, en un encuentro que permitió transmitir mensajes prescindiendo de las formalidades y el ceremonial de la comunicación entre gobiernos. Quien ofició de enlace para el encuentro fue Gerardo Werthein, presentado como el próximo embajador de Argentina ante los Estados Unidos de América. Werthein, que aparece como un candidato competente para el lugar propuesto, tiene una relación que data de muchos años con la familia Clinton a punto tal que se ocupó de Chelsea, la única hija del matrimonio, en un viaje a la Argentina lo que le galvanizó el cariño de Hillary con el ex titular del Comité Olímpico Argentino y su familia. Años después, Werthein fue el único argentino que asistió al casamiento de la hija presidencial junto a su pareja de entonces, la modelo y conductora Barbie Simons.

Por último, habrá que contar entre las particularidades que posibilitaron la grieta que, mientras el actual gobierno -que mantuvo excelentes relaciones con Israel que se plasmaron en un viaje presidencial y de altos funcionarios como Wado De Pedro- puede ser señalado por grupos parlamentarios de Juntos como próximo a la acción iraní o al terrorismo, el ex presidente Macri se permitió ponderar públicamente a su ”gran amigo, el emir Tamim bin Hamad Al Thani” por su rol en la mediación que permitió la liberación de parte de los rehenes israelíes, mujeres y niños, secuestrados por la organización terrorista Hamas tras la matanza del 7 de octubre. Qatar es, junto a Irán, el principal financista de Hamas, y cobija al principal líder de esa organización, Ismail Haniyeh, que reside en Doha. A lo largo de la última década canalizó cientos de millones de dólares para el funcionamiento de la organización en la Franja de Gaza.

Bonus track:

  • La fascinación que indudablemente ejerció sobre Milei el judaísmo, Israel y en particular la influencia del rabino Axel Wahnish eran datos conocidos durante la campaña. Como presidente electo, sus manifestaciones públicas sobre el tema se incrementaron e incluyeron una ceremonia. No corresponde a nadie pronunciarse sobre las convicciones religiosas del presidente, que pertenecen a la órbita privada, pero sí es pertinente señalar que la colectividad judía en Argentina es víctima de prejuicios afincados que, si no aparentes, surgen de manera subrepticia en diversos estudios y encuestas que demuestran una prevalencia del antisemitismo que excede con mucho sus manifestaciones públicas.

    Los judíos votan con la misma diversidad que el resto de los ciudadanos argentinos y el judaísmo cultural, que excede al religioso, incluye a figuras tan disímiles como Waldo Wolf y Axel Kiciloff. Sería prudente, en este marco, que los referentes de organizaciones judías -particularmente aquellas que sostienen alguna representatividad de la colectividad en su conjunto- mantuvieran una saludable distancia de las manifestaciones exageradas de fervor religioso del presidente electo y que, más temprano que tarde, Milei recupere la relación discreta que mantuvieron con sus convicciones religiosas los presidentes de la democracia, desde Raúl Alfonsín a esta parte. Además de la obvia importancia de mantener la representatividad de la diversidad de opiniones existentes en la colectividad judía, el riesgo en caso de no mantener distancia, es que, ante el primer cambio del volátil humor social, se termine por alimentar los peores prejuicios antisemitas que todavía anidan en una parte importante de la sociedad.

La llegada de Javier Milei a la presidencia nos propone tiempos interesantes. Y nosotros queremos ayudarte a entender lo que viene. Por eso, además del dossier urgente sobre La Argentina libertaria del que ya te hablé, estos días seguimos haciendo zoom en los modelos preferidos por el presidente electo. En la última entrega de #TramaUrbana, Fernando Bercovich se mete en los temas centrales de su metier: ¿qué pasará con la obra pública, las políticas de vivienda y la ley de alquileres? Juan Manuel Telechea, en #Rollover, anticipa algunas posibles medidas económicas y advierte: abróchense los cinturones.

Iván Schargrodsky | Cenital

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