Proyectos ferroviarios con financiamiento internacional, como la modernización del Roca o el viaducto del Belgrano Sur, fueron transferidos a la Secretaría de Transporte. Hasta ahora, las obras estaban a cargo de una dirección general que había quedado en el limbo y acéfala desde el cambio de Gobierno. Incertidumbre por la continuidad de la renovación de la línea Mitre y la electrificación del San Martín, que no fueron traspasadas.
La Secretaría de Transporte de la Nación será la encargada de manejar las obras ferroviarias que se ejecutan con crédito internacional.
Hasta ahora, esos proyectos estaban a cargo de la Dirección General de Programas y Proyectos Sectoriales y Especiales (DGPPSE) del ex Ministerio de Transporte, organismo que había quedado en el limbo y acéfalo tras el cambio de Gobierno, ocurrido hace ya ocho meses.
El cambio quedó formalizado este martes, con la publicación en el Boletín Oficial de la resolución 746/2024, que lleva la firma del ministro de Economía, Luis Caputo.
El traspaso de las obras, cabe destacar, se da luego de varios meses de una parálisis prácticamente total de los proyectos ferroviarios que se ejecutaban con créditos de organismos multilaterales (ver detalle debajo).
La situación de indefinición en la que había quedado el área -su página web fue incluso dada de baja durante varias semanas, hasta que fue puesta en línea nuevamente- llegó incluso al Congreso, donde el diputado nacional Eduardo Toniolli (UxP, Santa Fe) manifestó su preocupación por el hecho al secretario de Transporte Franco Mogetta en su reciente exposición ante la Cámara de Diputados.
Qué obras pasarán a Transporte
La resolución abarca el traspaso a la Secretaría de Transporte de cinco programas que antes se encontraban en la órbita de la DGPPSE.
Por un lado, el proyecto de modernización y electrificación de la línea Roca, que se ejecuta con fondos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). En este caso, se traslada tanto el crédito original -otorgado en 2013- como la ampliación del financiamiento obtenida en 2021.
Vale notar que recientemente, y tras varios meses de parálisis, fueron retomadas las obras de renovación de la estación Darío Santillán y Maximiliano Kosteki (ex Avellaneda), que son financiadas con este último tramo.
El segundo proyecto de importancia traspasado a Transporte es el viaducto del Belgrano Sur a Plaza Constitución.
En este caso, se trasladan los dos créditos asociados a esta obra, provistos por la Corporación Andina de Fomento (CAF) y FONPLATA.
Vale notar que, si bien las obras del viaducto -que tiene un alto porcentaje de avance- llevan varios meses frenadas, recientemente se pudieron observar algunos movimientos de obreros, lo que da cuenta de que se mantiene una actividad al menos nominal.
El tercer proyecto que será absorbido por Transporte es otro crédito de la CAF que contempla la construcción de diversos cruces ferroviarios a distinto nivel en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), por 75 millones de dólares.
No obstante, al menos dos programas de importancia en los que la DGPPSE tenía intervención no han sido transferidos de momento.
Uno de ellos es el proyecto de modernización integral de la línea Mitre, que posee financiamiento proveniente del Banco Mundial (BM), y cuya ejecución, si bien era supervisada por la DGPPSE, había sido delegada en Trenes Argentinos Infraestructura (ADIF).
No obstante, el futuro de la iniciativa es incierto: las obras de Retiro Mitre se encuentran paralizadas, al igual que la renovación de vías del ramal Tigre, mientras que al mismo tiempo ha sido dada de baja la licitación para electrificar el sector Victoria – El Talar.
Otra obra no transferida es el proyecto de modernización y electrificación de la línea San Martín, que cuenta con un crédito asignado del BID y que era gestionada en forma directa por la DGPPSE.
En este caso, sólo se había avanzado con la licitación de uno de los aspectos del proyecto -la renovación de vías y señalamiento entre Retiro y Pilar-, cuya adjudicación fue cajoneada por las autoridades.
Meses atrás trascendió que la intención oficial es no dar curso ni a esa licitación ni a la electrificación de la línea, ya que consideran que el proyecto “no es prioridad”. Atento a esto, el Gobierno solicitó al BID reasignar el crédito aprobado para otras iniciativas no ferroviarias.
Más allá de la situación de estos dos últimos proyectos, la decisión de trasladar las obras a la Secretaría de Transporte habilita la posibilidad de que tanto los organismos internacionales como las propias empresas adjudicatarias de las obras paralizadas comiencen a tener interlocutores dentro del Gobierno. El camino a la reanudación de los trabajos, no obstante, podría ser más complejo: valga como ejemplo la emergencia ferroviaria, que ya fue aprobada hace varios meses, pero que aún se encuentra en pasos administrativos.
EnelSubte
