CUATRO MINUTOS EN ZONA HOSTIL Y LAS TRES ANCLAS QUE ARRASTRAN A MILEI

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Una caravana de campaña libertaria terminó mal. Un operativo con francotiradores y el informe de inteligencia que recomendó no exponer al presidente. Un mal momento que sintetiza la pésima situación del Gobierno.

La caravana duró 150 metros y 4 minutos. Javier Milei no llegó a la plaza principal de Lomas de Zamora, escala pautada por La Libertad Avanza (LLA), cuando un revuelo de empujones, puteadas y piedrazos lo obligó a suspender su gira de campaña y enfilar, a las apuradas, a Olivos. La bajada a Lomas fue, temporalmente, más corta que la excursión a Villa Celina, en La Matanza, que visitó de incógnito para sacarse una foto de campaña. En aquel turno, estuvo 22 minutos.

El operativo de custodia del presidente, que organizó y ejecutó la Casa Militar, incluyó un escuadrón antidisturbios de Gendarmería Nacional, cuatro brigadas de civil recorriendo la zona, equipos GEOF, unidades antidisturbios de la Policía Federal, personal de Riesgos Especiales y Explosivos, y hasta un puñado de “sniper” de la PFA. La caravana se frustró rápido, apenas la camioneta en la que se movía Milei llegó a la avenida Yrigoyen en la esquina Laprida.

Junto a su hermana Karina, Milei se trepó al vehículo en Yrigoyen unos metros antes de Gorriti. Si esperaba estar rodeado de leales y fans, no ocurrió: una foto del inicio de la caravana muestra la escasez de militantes libertarios. “Había más uniformados que gente”, contó una fuente que siguió, de cerca, el operativo. Pasó algo más: el corte de esa avenida neurálgica en el conurbano sur generó problemas en el tránsito y malestar entre los comerciantes.

La recorrida, desde el principio, dejó en claro que el clima era áspero. Casi sin militantes –quizá una falencia de los organizadores políticos–, el presidente recorrió el primer tramo raleado de gente. Hasta se entreveró con una persona que desde la vereda le gritó “chorro, corrupto”. “Corrupto son los tuyos, corrupto son los tuyos”, bramó Milei desde la camioneta que era escoltada por dos cordones de uniformados.

Una hora antes, el intendente de Lomas de Zamora, Federico Otermin, advirtió que era una “idea absurda” cortar la avenida un día laborable. “Nada más casta que aparecer para una foto unos días antes de las elecciones. Nos encantaría que venga a laburar, a inaugurar una obra, a traer patrulleros, a ayudar a alguien”, reprochó Otermin con un posteo en X donde llamó, además, a no hacer una contramarcha.

Tierra hostil

En el Gobierno eligieron, quirúrgicamente, Lomas de Zamora porque sus encuestas muestran que es uno de los territorios donde peor le va a LLA. Por la misma razón eligieron, a principio de semana, hacer un acto de campaña en Junín donde el intendente es Pablo Petrecca, un dirigente del PRO que no aceptó pactar con los libertarios y armó un frente con la UCR y otros intendentes. En Junín también hubo incidentes.

Antes de que la custodia lo baje de la camioneta y lo suba a un auto, Milei pronunció una sola frase: estuvo dirigida a Diego Spagnuolo, el exfuncionario, alguna vez su amigo y abogado, que denunció una trama de coimas que involucran a la cima del poder libertario. “Todo lo que dice es mentira y lo voy a llevar a la Justicia”. Fue la primera mención del presidente sobre el escándalo más duro que enfrenta su gobierno desde que asumió.

Para entonces, la situación estaba fuera de control: ya habían volado piedras, una persona se lanzó sobre el capot de la camioneta y hasta le lanzaron un guante que pasó. Manuel Adorni, el portavoz, dijo después que no hubo heridos. Pudo haber. Milei no llegó a la plaza Grigera, la central de Lomas, donde lo esperaba una contra caravana de casi 5 mil personas. Allí estaban, para custodiar el paso del presidente, el escuadrón antidisturbios.

En Casa Rosada contaron a Cenital que había existido un informe ambiental, de los que suelen elaborar las áreas de inteligencia de las fuerzas de seguridad, que recomendaba no exponer al presidente en una caravana de ese tipo. El fin de semana, Milei hizo un acto más chico en La Matanza y se desarrolló sin problemas. Una recorrida, durante varios kilómetros, y a cielo abierto en un territorio políticamente hostil supone otro tipo de riesgos. Se decidió mantener en pie la caravana con el argumento de que quedan pocos días para la elección bonaerense.

“El gobierno vive ajeno al mal clima que hay contra Milei o se expusieron, a propósito, para que pase lo que pasó”, especuló, sorprendido, un dirigente peronista que conoce en profundidad el conurbano. Demasiado riesgo. Una especulación temeraria es que un posible conflicto tenía, para el Gobierno, un beneficio: sacar de la agenda el monotema de estos días referido a las supuestas coimas en discapacidad que embarran a Karina Milei. Altísimo riesgo.

Las tres anclas

En las últimas seis semanas, desde que el 10 de julio desarmó las LEFI y la economía entró en un clima de incertidumbre creciente, Milei comenzó a deslizarse por un tobogán en la opinión pública. Un estudio de la consultora TresPuntoZero, de Shila Vilker –que Noe Barral Grigera detalla en esta nota– señala que desde entonces el presidente perdió 12 puntos de imagen hasta estacionarse, por primera vez desde que gobierna, por debajo de los 40 puntos. Algo más: dejó, también por primera vez, de encabezar el ranking de imagen de dirigentes y quedó atrás de Axel Kicillof y de Cristina Kirchner.

La caída, inédita, tiene una explicación: en este mes y medio, Milei concentró tres problemas: la economía se volvió incierta con la suba del dólar y la parálisis de la actividad y el consumo; se alteró el frente político con un cierre de listas que rompió lanzas con gobernadores aliados y presentó personajes poco taquilleros, que derivó en una seguidilla de derrotas en el Congreso, además de la tensión interna en LLA; y, en ese contexto, estalló el escándalo de las coimas en discapacidad, que se da como una continuidad del caso de las muertes por fentanilo contaminado, que sin bien por ahora no se demostró que hubo desmanejo, sí mostró una falla profunda vinculada a la administración del gobierno.

Unidas, son las tres anclas que hunden a Milei y que proyectan una sombra no solo sobre las elecciones del 7 de septiembre en la provincia de Buenos Aires, sino que su impacto podría verse este domingo en Corrientes, donde el candidato de LLA, Lisandro Almirón, va por las suyas y aparece, según las encuestas que consumen en el gobierno, muy lejos en el cuarto lugar. Hay que leer esa elección en clave guerra fría libertaria: Almirón, respecto a Martín Menem y su candidatura, fue producto de una negociación de Eduardo “Lule” Menem, que decidió confrontar con Gustavo Valdés –gobernador de Corrientes–, quien puso a su hermano Juan Pablo como sucesor.

Si esa elección sale mal para LLA, el sector de Santiago Caputo volverá a la carga contra los Menem a los que atribuyen –para evitar imputárselo a Karina– haber desplegado una mala estrategia de acuerdos electorales que ponen al gobierno frente a malos resultados. Lo mismo en provincia de Buenos Aires donde la queja fue por no pactar con referentes locales como Petrecca (Junín) o los hermanos Santiago y Manuel Passaglia, en San Nicolás.

Con la micro economía frenada, el dólar tensionado, crisis política interna y, encima, un escándalo de corrupción que involucra a los Milei, que LLA saque buenos resultados electorales sería casi un milagro.

Cenital