Cuatro encuestas muestran cómo la división entre hombres y mujeres emerge como un factor clave en la política nacional, con unos inclinándose por el presidente y otras, por la expresidenta.
Nunca en la historia de la democracia reciente en Argentina, hombres y mujeres habían tenido como ahora una diferencia tan marcada de preferencias y expectativas políticas. Al dato consolidado de que Javier Milei es más popular entre los varones, en especial entre los jóvenes, se suma la novedad de que Cristina Kirchner, la principal figura de la oposición, tiene mejor imagen en el electorado femenino. El clivaje de género, determinante en las elecciones que dieron el triunfo a Donald Trump en Estados Unidos, empieza a instalarse como una variable ineludible para el análisis de la batalla política en Argentina.
La información surge de las encuestas de opinión que circulan en la Casa Rosada, en el Instituto Patria y en el Partido Justicialista (PJ), nueva área de influencia de Cristina Kirchner. El último estudio de Opina Argentina, un trabajo cerrado la semana pasada de 1060 casos en todo el país, arroja un diferencial de diez puntos porcentuales promedio en la imagen del presidente y de la expresidenta, según el género de los consultados. Javier Milei, con una popularidad del 49%, tiene un 53% de respaldo entre los hombres y un 43% entre las mujeres. En espejo, Cristina Kirchner, con una popularidad del 38%, tiene un 34% de apoyo entre los varones y un 43% entre las mujeres. Es decir, si la decisión fuera solo femenina, Milei y Cristina estarían empatados. El mandatario saca casi 20 puntos de ventaja entre los hombres. Los resultados son similares cuando se pregunta por la intención de voto a un espacio político. La Libertad Avanza (LLA) recoge el 40% de las preferencias, con once puntos de diferencia según el género: 44% entre los hombres, 33% entre las mujeres. En el electorado potencial de Unión por la Patria (UP), la brecha es de nueve puntos: 34% de intención de voto, 30% en el público masculino, 39% en el femenino.
“El clivaje de género estuvo siempre presente en el apoyo a Milei, pero no se había dado con ningún otro presidente antes, al menos desde el 83 para acá. Es un signo de estos tiempos. El diferencial de apoyo a Cristina es una novedad de los últimos meses. No se daba entre el kirchnerismo y Cambiemos. Es por efecto espejo del apoyo mayoritario que tiene Milei entre los varones”, dice Facundo Nejamkis, director de Opina Argentina.
El diferencial de género se ve de manera todavía más marcada en la última encuesta de Aresco, una consultora con mucha circulación en la Casa Rosada. La imagen positiva del presidente, con un 44,1% de promedio, se eleva al 50,1% entre los hombres y desciende al 38,3% entre las mujeres. Casi 12 puntos de distancia. “Una diferencia tan marcada no se había visto con otros presidentes. De hecho, en las elecciones del año pasado, Milei no ganó entre las mujeres, empató. La diferencia la sacó entre los hombres: dos tercios en varones menores de 35 años y un tercio en mayores de 35”, dice Federico Aurelio, director de Aresco, y arriesga una hipótesis: “Las formas de Milei son peor vistas entre las mujeres. Influyen también sus críticas a las políticas de género, como el voto en la ONU [contra un compromiso de políticas para combatir la violencia de género], y, sobre todo entre los más jóvenes, la crítica que se ha instalado al feminismo, que es visto por ese sector como un condicionante en su vida cotidiana”.
La consultora Trespuntozero, de Shila Vilker, confirma la tendencia, aunque con una distancia en torno de los 7 puntos según el género. Para Vilker, el fenómeno se explica casi de manera exclusiva por la diferencia que saca Milei entre los varones menores de 30 años, grupo en el que el mandatario “arrasa”.
El último estudio de Opinaia, otra de las consultoras más consumidas en Casa Rosada, registra una brecha de género de apenas cinco puntos para Milei, con una popularidad de 47% entre los hombres y de 42% entre las mujeres, pero aporta un dato que ayuda a entender la distancia en las preferencias. Ante la pregunta: “En relación a un año atrás, ¿la situación económica del país está mejor, igual o peor?”, afloró la divergencia. Mientras que, entre las mujeres, el 52% respondió “peor” y el 20% dijo “mejor”, entre los varones, el 43% contestó “peor” y el 31% optó por “mejor”. De nuevo, unos diez puntos de diferencia según el género.
La brecha de género, coinciden los analistas, se extiende a todos los países que tienen entre sus actores políticos principales a un dirigente de ultraderecha. Quedó plasmado hace doce días en el triunfo de Trump. Según encuestas de boca de urna del consultor Ian Bremmer, el candidato republicano le sacó 20 puntos de ventaja a Kamala Harris entre los hombres blancos (59% a 39%) y apenas 5 entre las mujeres blancas (52% a 47%). El clivaje de género también se expresó en el electorado afroamericano. Entre los varones negros, Harris se impuso 78% a 20%. Entre las mujeres negras, 92% a 7%.
“Lo que está pasando en Argentina tiene un corte más marcado que en los Estados Unidos, porque, aunque por poco, Trump ganó entre las mujeres blancas, que son la mayoría. El discurso de la nueva derecha, en especial el de Milei, es tradicionalista y patriarcal, y eso genera más resistencia entre las mujeres jóvenes”, explica Juan Manuel Abal Medina, politólogo, exjefe de Gabinete y vicepresidente del PJ porteño. “Por primera vez en Argentina, el principal predictor del voto no es el nivel socioeconómico, sino el género y la edad. Es difícil saber si este nuevo clivaje se va a sostener en el tiempo, porque si el gobierno de Milei no logra resultados económicos puede haber una decepción de los varones jóvenes que hoy tanto lo apoyan”, agregó. El dirigente quedó sorprendido de un dato que recogió en una de sus últimas visitas a un comedor popular. Le consultó a las mujeres que trabajaban en la cocina si conocían a votantes de Milei. “Sí, nuestros hijos”, le respondieron.
En el Gobierno trabajan con el dato como un insumo consolidado, pero aseguran que no hacen nada por profundizar o revertir la tendencia. “No hacemos targeting”, afirman. Los funcionarios consultados prefirieron no responder en ON dado lo “delicado” del tema. Un diputado del oficialismo, también bajo reserva de identidad, dio su interpretación de esta novedad política. “Hay un contraciclo del feminismo. Hay muchos hombres jóvenes que se sintieron atacados por los pañuelos verdes. No son pibes machistas, son pibes que quieren competir con las mujeres de igual a igual, con una justicia igual para todos”, dijo. A juzgar por las políticas de género y el discurso del presidente, el fenómeno podría profundizarse y hasta tener una expresión electoral el año que viene si Cristina Kirchner se lanza de nuevo a la aventura electoral como contrafigura de Milei.
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