GANARON TRUMP Y MUSK Y MILEI ESPERA UN TRATO DIFERENCIAL ANTE LA ESCALADA PROTECCIONISTA

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La política exterior del republicano podría aliviar al Gobierno argentino en el FMI, pero sus políticas plantean nuevos desafíos.

“¡Queda menos de un año! ¿Para qué? Para invertir a precios bajos en Argentina. Se está dando todo para que el país despegue. En menos de un año serán las elecciones legislativas. Cuando LLA gane arrasando, se eliminarán los últimos obstáculos de los que quieren evitar el cambio”. Eufórico, el jefe de asesores económicos de Javier Milei, Demian Reidel, volcó su optimismo en X, luego del triunfo de Donald Trump. “Estados Unidos es un aliado clave para Argentina. La victoria de Trump es una gran noticia para el país. Hasta Elon Musk, que formará parte del gobierno, es amigo de Milei”, siguió. El presidente lo retuiteó.

Reidel es uno de los más entusiastas cortesanos económicos de Milei y su enlace con el mundo Silicon Valley y otros enclaves de empresas tecnológicas. En dos tuits, comenzó a cobrar esa apuesta que hizo parte del gobierno por el triunfo de Trump y por el ascenso político del magnate dueño de Space X, Starlink, Tesla y X. La posibilidad concreta de que Musk gane influencia en la Casa Blanca también tiene a todo el Gobierno exultante.

La lectura lineal es que Trump allanará el camino para un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que sea rápido, que modere las presiones devaluatorias del staff y que suponga nuevos desembolsos (algunos estiran la cuenta hasta USD 12.000 millones). Aunque Estados Unidos tiene poco más del 16% de los votos del directorio y reunir voluntades supone un trabajo de diplomacia con otros países, su influencia es determinante. Si bien la administración demócrata se mostraba favorable hacia Argentina, la especulación es que Trump ayude a eliminar las resistencias de los técnicos que quieren que se cumpla el manual del FMI: fondos a cambio de unificación cambiaria y tipo de cambio libre.

La realidad puede ser más compleja, como ya lo padeció la Argentina abierta al mundo de Mauricio Macri durante la primera presidencia del republicano. Trump fue clave para que el FMI le prestara hasta USD 55.000 millones a su viejo amigo. Pero también impuso sanciones por dumping a la exportación de biocombustible argentino -USD 1000 millones al año, de los principales envíos a ese país- y luego subió aranceles al acero, en una pelea con China que pegó de rebote en el resto de los países.

Entre el Fondo y los aranceles

“El impacto de Trump puede ser ambivalente”, dijo Alejandro Díaz, CEO de AmCham, la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Argentina. “Probablemente, acelere los procesos en el FMI para un nuevo programa, si es que Argentina lo solicita”, añadió. “Por otro lado, si continúa la política proteccionista que implementó en su momento, productos que se están exportando, como espárragos, mosto y vinos, pueden sufrir limitaciones, por impacto de algún lobby sectorial”, agregó.

Matías Surt, economista de Inveq, tuvo una lectura similar. En el corto plazo, continuaría el rally alcista de los activos argentinos. Para el largo plazo hay incertidumbre. “El mercado compró que, si ganaba Trump, será más fácil que Estados Unidos destrabe fondos. Eso se sumó al impulso del blanqueo” en las subas de bonos y acciones argentinas de estas semanas, indicó. “Pero si Trump lleva a cabo el aumento de aranceles del que habla, podría complicar el proceso de desinflación en Estados Unidos y, por lo tanto, el descenso de las tasas de interés. Y, pensando en el financiamiento argentino, podría ser negativo para los movimientos de capitales hacia Argentina”, añadió.

“Las políticas de Donald Trump son políticas que a la Argentina no le convienen porque ponen foco en el proteccionismo, en la baja de impuestos y el agravamiento del déficit fiscal, lo que va a traer tasas más altas”, dijo Javier Timerman, Managing Partner de Adcap.

Dear Elon

Y ahí es donde entra el efecto Musk como factor diferencial respecto de la primera presidencia de Trump. El empresario nacido en Sudáfrica dijo que se incorporará al equipo de asesores del presidente electo. El dueño de Tesla tiene intereses concretos en que el litio argentino fluya sin trabas a Estados Unidos, para su industrialización. La agenda de minerales críticos y vehículos eléctricos pasa a ser más importante que en el periodo 2016–2020. No es que vaya a haber una “agenda verde” ni mucho menos, pero la electrificación ya llegó, China ganó mucho protagonismo y Estados Unidos quiere recuperar terreno.

Así lo interpretó una fuente del sector minero. En la puja con China, Estados Unidos se alineó con Europa y otros países de la OCDE para detener a la potencia asiática en la región. Bajo la administración demócrata, esa entente fue a través del Mineral security Partnership (MSI), un programa que, por ahora, trajo más soft power (viajes, becas, acuerdos) que financiamiento. Pero los proyectos no chinos tienen ahí una ventana de dinero, dicen en las empresas.

«Elon fue el gran ganador”, afirmó un consultor acostumbrado a conectar diplomáticos, empresarios y funcionarios estadounidenses y latinos desde Washington. “El mercado anota el apoyo que hizo Elon Musk para la campaña de Trump y Tesla subió 15% en el premercado”, dijo Jorge Harker, analista de Mercados Internacionales de Adcap. Según Forbes, que estima la variación de grandes fortunas en tiempo real, Musk se enriqueció en USD 20.600 millones de un día a otro, por la variación de las acciones de sus compañías. El hombre más rico del mundo tenía, este miércoles, un patrimonio de USD 285.000 millones.

El magnate tuiteó un meme suyo en la Casa Blanca, entre tantas otras celebraciones. Marcos Galperin reposteó. Es un clima de época en el que los millonarios creen que los gobiernos de derecha privilegiarán sus intereses. En el caso de Musk, esto implicaría mantener o profundizar los aranceles a las importaciones de autos eléctricos chinos que impuso Biden, pero allanar el camino a quienes pueden ser socios complementarios, como Argentina.

En la mañana de este miércoles, con el resultado confirmado antes de lo previsto, los activos financieros volaban. Las acciones subían con fuerza en Nueva York, el bitcoin y otras criptomonedas escalaban por distintas promesas desregulatorias que Trump hizo en campaña (entre ellas, echar al jefe de la Securities & Exchange Commission — SEC- e impulsar las criptos) y la tasa de interés de los bonos del Tesoro subía, lo que fortalecía al dólar.

“Este panorama positivo para los mercados estadounidenses tiene una contracara en los mercados emergentes, como Brasil, China, México, y genera dudas sobre su impacto en Argentina. En particular, está subiendo el rendimiento de los bonos norteamericanos, lo que implica un aumento en las tasas de interés, haciendo más costoso pedir préstamos y elevando el valor del dólar frente a otras monedas”, dijo Maximiliano Donzelli, líder de Estrategias de Inversión de IOL Inversiones.

Las monedas de la región se debilitaban, con excepción del peso. La America Great Again tendrá tasas y aranceles más elevados, lo que es una mala noticia para Argentina si quiere volver al mercado de capitales. Pero la apuesta del mercado es que las relaciones personales allanen ese escollo. “Se puede decir que la relación Trump-Milei puede destrabar algún tipo de desembolso, pero también hay que pensar que Estados Unidos va a contribuir menos al multilateralismo y seguramente los organismos multilaterales de los que Argentina necesita fondeo van a quedar desfinanciados”, dijo Timerman, de Adcap.

Es el momento de probar si los vínculos de la extrema derecha local con Trump y Musk redundan en un trato preferencial o si el America First es para todos por igual.

Cenital

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