Los índices del Indec acusaron en junio bajas de 6,9% y 11,8%, respectivamente. No pudieron repetir la recuperación que habían mostrado en los 2 meses previos, se contrajeron 1,8% y 4,2% respecto de mayo
Los indicadores de actividad en el agregado del sector manufacturero industrial, como de la construcción, no pudieron sostener en junio la suba intermensual que habían mostrado en abril y mayo y acumularon 14 meses en recesión en el primer caso y 10 en el segundo, en comparación con el año anterior.
Así surge de los índices del Indec que dieron cuenta de una nueva contracción del ritmo fabril de 6,9% respecto de junio de 2018, y de 11,8% en el caso del agregado de los emprendimientos de los desarrolladores inmobiliarios y obras de infraestructura por parte de los sectores público y privado.
El Índice de Producción Industrial de FIEL había arrojado para junio sendas declinaciones de 1,3% en el mes, ajustado por estacionalidad, y 5,6% en el cotejo interanual, en contraste con IPI del Centro de Estudios Económicos de la consultora Orlando Ferreres, que arrojó un repunte en el mes de 1,4% que posibilitó recortar el receso a 1% en comparación con el año previo.
Pero la mayor cobertura del relevamiento del Indec volvió a poner de manifiesto que la crisis fabril es más marcada en los establecimientos medianos y pequeños que no son plenamente cubiertos por las encuestas privadas.
Las bajas más pronunciadas en el sector manufacturero se mantuvieron en las ramas automotriz, donde el plan promocional de ventas no ha logrado la suficiente vitalidad para absorber los stocks que se habían acumulado en la cadena comercial, y las exportaciones acusan los efectos de la debilidad de la demanda de Brasil; y la textil, vinculada con la lenta recuperación del poder de compra de los salarios, tras una marcada pérdida de poder de compra en los 10 meses previos.
Por el contrario, de la mano de la recuperación del agro, la industria alimenticia acusó una leve suba de 1,3%, aunque insuficiente para revertir la contracción de 2,2% en el semestre, donde la molienda de oleaginosas sobresalió con repunte de 26,5%; la fabricación de galletitas, pastas y productos de panadería 10,1% y la preparación de frutas, hortalizas y legumbres 7,6 por ciento.
En tanto, que la maduración de las inversiones en energías no convencionales, renovables y no, posibilitaron cerrar junio con crecimiento del sector de la refinación de petróleo con alza de 2,8 por ciento.
En la construcción pesaron el fuerte receso en la demanda de sanitarios de cerámicas 25,3%; pinturas 23,4%; placas de yeso 19,7%, vinculados con la notable disminución del inicio de obras en los últimos dos años, y el agotamiento de los edificios que se encontraban en la etapa final. También cayó fuerte la compra de hormigón elaborado, 18,2%; acero y hierro redondo 17,7% y asfaltos 16,9%, a tono con el freno de muchas obras por restricciones presupuestarias para poder cumplir el Gobierno con la meta fiscal.
Expectativas para el corto plazo
Los índices líderes y coincidentes del profesor emérito de la Universidad Nacional de Tucumán, Juan Mario Jorrat, que anticipan en más de 6 meses el ciclo de actividad, indican que el punto mínimo se había tocado en marzo “aunque aún no se note, pero la gente lo va a percibir en los próximos meses”.
Y si bien en la comparación interanual persisten las variaciones negativas, el economista destacó: “El cambio se percibe en la desaceleración de las tasas de caída interanual; el repunte de las cantidades exportadas; el cierre de la brecha negativa entre la recaudación tributaria y la inflación; y en la suba del Estimador Mensual de Actividad Económica en mayo“.
(De Infobae)