El presidente autoriza acuerdos para lograr la Ley Bases. Los números del Senado sobre el proyecto libertario. La tregua Villarruel-Karina, y los elogios de Caputo a un expresidente peronista. La trazabilidad tóxica de la guerra del tabaco.
Presidente, acá no puede haber dudas… –dijo el diputado Juan Manuel López.
– Ninguna duda, diputado. No hay ninguna duda –respondió Martín Menem.
Con un énfasis desconocido, el presidente de la Cámara de Diputados cerró un capítulo de 35 minutos durante los que la Cámara de Diputados ardió. Fue el tramo de la sesión por la Ley Bases que arrancó a las 13:21 con una propuesta de López (Coalición Cívica) y, votación mediante, se clausuró a las 13:56 con la sentencia del riojano citada más arriba.
Pero Menem se equivocó: el trámite para incorporar y aprobar el capítulo tabaco fue un compendio de confusiones. Bloques rotos, votos mutantes, protestas, enojos y hasta la objeción sobre el conteo de votos. Con una curiosidad extra: el voto afirmativo de un puñado de diputados peronistas que antes y después se opusieron en cada uno de los renglones de la ley libertaria.
“Yo advertí que el lobby de tabacalera Sarandí y de Philip Morris (NdeR: la mayor empresa tabacalera del mundo) iban a romper no solo los bloques, sino el Congreso. Terminaron en un enchastre”, dijo en medio del griterío Cecilia Moreau cuando trató de justificar su abstención. Para un desprevenido, pudo sonar exagerado. ¿Lo fue? Todo crujió a partir de la inclusión sobre la hora, a pedido de López y con el OK del bloque que preside Miguel Pichetto (que antes integraba el lilito), los provinciales y parte de la UCR, de cambios en el impuesto al tabaco que fulmina una excepción impositiva que, con aval judicial, beneficia a la tabacalera Sarandí, del empresario Pablo Otero.
Conocido como ‘El señor Tabaco’, a Otero lo precede algo más que ese apodo ripioso y novelesco: libra una guerra comercial con las tabacaleras grandes, en particular Philip Morris, y aparece sindicado como sponsor de dirigentes de distintos partidos y colores, a la vez de contar con terminales en el Poder Judicial.
La foto de la votación de Diputados sirve para dibujar el mapa de vínculos. El bloque del PRO, que preside Cristian Ritondo, aportó treinta votos para tratar de impedir que se apruebe el capítulo y La Libertad Avanza, que capitanea el cordobés Gabriel Bornoroni, arrimó otros 34. Legisladoras como Marcela Pagano y Rocío Bonacci de LLA, o diputados como Alejandro Bongiovanni y Álvaro González, del PRO, se levantaron y abandonaron, despavoridos, el recinto.
Se trató de excepciones en dos bloques que se opusieron, casi en pleno, a introducir una reforma que termina con las ventajas de Otero que, dicen en el mercado, le permitieron crecer del 5 al 30 por ciento gracias a vender más barato. Entre los negativos –que defendían que no se incorpore la reforma de tabaco– estuvieron además Danya Tavella y Mariela Coletta, que integran el espacio de Martín Lousteau.
El multiverso radical, roto en mil pedazos, ofrece esos dobleces: el grupo de Lousteau rechazó los artículos del tabaco, el sector de Rodrigo De Loredo votó para incorporar el capítulo y Facundo Manes decidió no participar. Que se doble.
Dos versiones de Menem
El presidente de la Cámara, en un movimiento que algunos leen como una picardía y otros como una ingenuidad, facilitó la inclusión del capítulo tabaco. Creyó, quizá, lo que suponían casi todos: que no estaban los votos para incorporar, en el sprint final, los artículos que pidió López. Pero ocurrió algo inesperado: además de algunos legisladores del PRO y LLA que se ausentaron, 21 diputados de Unión por la Patria (UxP) apoyaron, en minoría, la propuesta de López frente a la abstención masiva del bloque que comanda Germán Martínez.
Resultó tan inesperado que cuando Victoria Tolosa Paz votó a favor, a viva voz, sonaron aplausos de bancas radicales, los lilitos y del pichettismo. Del mismo modo, Ritondo se incomodó con el resultado y se quejó de que la votación era incorrecta y que se hizo una sola vez cuando debió hacerse en dos turnos: primero para aceptar si se incorporaba el capítulo y luego para aprobarlo o no. Se hizo una sola vez y Menem lo validó.
Fue uno de los dos errores que le imputan al riojano. El otro, como contó Cenital el viernes, fue habilitar el voto a viva voz de legisladores, en teoría, fuera de tiempo y de reglamento, lo que abrió una polémica que podría derivar en la judicialización de la Ley Bases.
Al margen de eso algo quedó claro: sin los 21 votos de UxP, el capítulo tabaco quedaba afuera de la ley como querían el PRO, LLA y parte de la UCR. La rebeldía, que tuvo entre sus protagonistas a Tolosa Paz, Eduardo Valdés, Pablo Yedlin y Carolina Gaillard –y engrosaron Hugo Yasky y, entre otros, el cordobés Pablo Carro–, tuvo al final un efecto reparador: sin esos votos positivos, la reforma en tabaco no ingresaba al texto y la abstención masiva de UxP podía resultar funcional para las pretensiones del PRO y de LLA de que el caso tabaco naufrague.
Martínez, como jefe de bloque, había fundamentado su equidistancia. “Hay un lobby infernal de tabacalera Sarandí y hay un lobby infernal de Philip Morris. ¿No lo vamos a decir?”. En un scrum, los legisladores massistas y de La Cámpora se abstuvieron. Otros, con terminales K, se autonomizaron: Carlos Castagneto votó a favor, dato que fue observado porque sobre el extitular de la AFIP pesa una denuncia judicial, muy detallada, de Luis Guinle, presidente de la Cámara Argentina Nacional de Empresas Tabacaleras.
Los elogios de Toto
“¿Nos sacamos una foto?”. El ministro de Economía, Luis ‘Toto’ Caputo, hizo un pedido que su huésped, el gobernador de Catamarca, Raúl Jalil, no pudo o no quiso resistir a pesar de que, en esas horas, Diputados debatía la Ley Bases. La cumbre la habían programado diez días atrás, por sugerencia de un empresario minero que le recomendó a Caputo hablar con el catamarqueño. El ministro, vía su secretaria, le mandó un mail para invitarlo. Enfermo de dengue, Jalil tardó varios días en responder.
Caputo mostró, como un trofeo, la postal con el gobernador peronista. Jalil llamó a apoyar la ley Bases y se sumó a Osvaldo Jaldo, de Tucumán, el primero en cambiar de piel y volverse libertario. “En los grandes trazos, compartimos la visión”, dice a Cenital un habitante del primer anillo de Milei. En esa atmósfera, la libido está puesta en juntar los votos para el Senado.
Con un Milei que oficia de ministro, Caputo parece aspirar a dejar de ser solo un funcionario con experiencia en el mercado financiero y aportar alguna dosis de política en el ecosistema libertario. Frente a Jalil, elogió a Néstor Kirchner. “Néstor manejó muy bien las cuentas públicas. En la macro, fue distinto a Cristina, que hizo todo mal: Néstor cuidada los superávit… como nosotros”, le dijo al catamarqueño.
El gobernador le trasmitió que uno de los senadores por su provincia, Guillermo Andrada, se encamina a tener la actitud similar a la que tuvo Silvana Ginocchio, la diputada y esposa de Jalil: rechazo en general pero apoyo en capítulos específicos como el Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI) y, quizá, la restitución del Impuesto a las Ganancias.
Si esa postura se confirma, para UxP es un problema: el propósito del peronismo es rechazar la ley porque la variable de introducir cambios, para que vuelva a Diputados, no parece muy eficaz. Si la ley se aprueba con cambios, en Diputados solo se necesitan 129 votos para insistir con la redacción original y borrar las reformas introducidas por el Senado. En la votación de la semana pasada, en casi todos los capítulos, Bases tuvo más de 130.
En Casa Rosada estiman que le falta confirmar 5 votos para ir seguro a la votación. Agitan la expectativa de que a UxP se le caiga alguno de los 33 y tratarán de convencer a ‘Camau’ Espínola y a Edgardo Kueider, dos peronistas silvestres. Si no lo logra, el rechazo puede llegar al recinto con 35 votos, a solo dos de frenar la ley. “El conteo cambia todos los días y el que tiene más poder de fuego es el Gobierno”, dicen en el búnker peronista.
En la mira
El Ejecutivo sigue de cerca, sobre todo, al santacruceño Claudio Vidal, que tiene dos senadores y puede quebrar, para un lado y otro, la tendencia. Necesita, como en el caso de otros provinciales como Lucila Crexell, que vote en contra porque la abstención favorece al que tiene más votos. Abundan las dudas en torno a lo que hará Lousteau, que rechazó el DNU.
Sobre Vidal comenzó un operativo de seducción que puede poner en conflicto el corpus político-conceptual de Milei: el santacruceño pide que se firme la adenda para reactivar las represas que se hacen con fondos chinos, que no se privatice el complejo carburífero Río Turbio y YPF no se retire, como empezó a hacer, de los pozos convencionales de la provincia. Es tan así que la policía santacruceña impide que vehículos de la petrolera salgan de la provincia.
En Diputados se modificó Bases para que Río Turbio se pueda privatizar hasta el 49%, pero es una promesa gaseosa: con los superpoderes para fusionar o reordenar organismos, Milei puede desfinanciar el yacimiento y dejarle todo el peso a la provincia. Con las represas se evalúan varias alternativas: una, entre varias, es concentrarse solo en la Jorge Cepernic, que está al 40%, y proponer la posible transferencia a la provincia. Hay que ver, en ese caso, si China está de acuerdo. La canciller Diana Mondino no ayudó.
Inflaciones
Caputo anticipa que la inflación de abril estará cerca de los 8 puntos. Un estudio de Casa Tres, la consultora que coordina Mora Jozami, refleja que la mitad de los argentinos cree que la inflación “está bajando” pero la percepción cambia según el sector social: en el sector alto lo cree el 59%, mientras en el bajo el porcentaje cae a 44%.
El informe aporta otro dato que se enlaza con esa mirada: casi 6 de 10 encuestados no están dispuestos a pagar tarifas más caras aunque ese sea el costo de que mejore la economía. El porcentaje está en aumento respecto de enero. En el zoom por sectores, uno de cada tres votantes de Milei se opone a pagar tarifas más caras.
La dilación parcial –al menos en el segmento subsidios– en los aumentos de tarifas tienen una doble lógica: busca sostener la baja de la inflación –que, como muestra el sondeo de Casa Tres, es un activo político– y a la vez evita el malestar de un sector importante que no quiere pagar más caro los servicios.
En ese marco, Milei cerró abril con un repunte en el rechazo a su gestión de gobierno. Según el informe del mes de Hugo Haime, la desaprobación de la gestión pasó de 39% a 52%. Para el consultor, había un porcentaje que todavía se mostraba neutral, sin posición, pero eso se rompió el último mes y los “neutrales-no sabe” migraron masivamente al rechazo. Además se redujo, dijo Haime, el plazo de espera de “resultados”. “La gente empezó a asumir que eso no se va a resolver rápido, que va a ser largo”, afirmó.
El comportamiento que, por separado, muestran los dos estudios puede explicar el giro pragmático del Gobierno, que empezó a repartir promesas. El ministro del Interior, Guillermo Francos,negocia con las provincias y avanza con acuerdos que ejecuta ‘Lule’ Menem. Misiones es un caso testigo: Francos viajó con Lule a verse con Carlos Rovira, con quien cerraron un acuerdo. Luego, para la foto oficial, el ministro pasó a saludar al gobernador Hugo Passalacqua. El mandatario misionero, según el último ranking de CB consultores, es el de mejor imagen entre los provinciales.
Los enviados de Milei llevaron dos promesas secretas: fondos para obras por 20 mil millones para el “segundo semestre” de este año y el compromiso de que Nación respetará la lógica electoral del rovirismo. Supone bajar dos banderas del ideario mileista: una es abrir la billetera para reactivar obra pública y la otra no meterse en la pelea política en la provincia. Esto último en Misiones tiene nombre y apellido: Pedro Puerta, hijo del expresidente interino, Ramón.
La promesa de fondos para obras es recurrente en la charla con los gobernadores. El juramento de que no harán entrismo electoral parece más difícil. En los dos lados del mostrador, parecen mentiras piadosas para ganar tiempo. La urgencia hizo que hasta Karina Milei, luego de semanas accidentadas, visite a Victoria Villarruel para hacer un acting de pacificación del frente interno. La hermanísima fue un puntal contra la vice al punto que, según recuerdan en LLA, se oponía a que sea la compañera de fórmula de Milei, a pesar de lo cual el ahora presidente la eligió como vice. Aquel episodio se suele citar para reflejar que en la cuestiones política de fondo, la decisión es de Milei aunque vaya en contra de la postura de su hermana.
Cenital