LOS PAÍSES RICOS QUE RECHAZAN LA SUPRESIÓN DE PATENTES DE LAS VACUNAS COMPRAN MÁS DE LA MITAD DE LAS DOSIS DISPONIBLES

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Nueve de cada diez personas de casi 70 países de ingresos medios y bajos corren el riesgo de no vacunarse en el próximo año a medida que los países ricos avanzan hacia su ruta de escape de la pandemia. La solución para una distribución más equitativa y rápida es la exención de patentes que piden los países pobres en la Organización Mundial del Comercio.

Muchos dirigentes internacionales han afirmado durante esta pandemia que las vacunas contra la covid deben de ser un bien público global, pero la amarga realidad muestra que no es así, que no hay vacunas para todos y que los Gobiernos no están haciendo lo suficiente para que esta idea sea efectiva. Países que suponen el 14% de la población mundial ya disponen del 54% de las dosis previstas para los próximos meses. Esto significa que la mayoría de la población de los países más pobres se quedaran sin vacunas. Hay algo que se puede hacer para evitar esta desigualdad global: la supresión de las patentes de las vacunas contra la covid. Pero los países ricos también se oponen a esta medida que sí reclaman los más pobres.

India y Sudáfrica han impulsado una propuesta en la Organización Mundial del Comercio (OMC) para que se suspendan los derechos de propiedad intelectual sobre cualquier tecnología, medicamento o vacuna contra la covid mientras dure la pandemia. Hay una mayoría de países que apoyan esta medida: los que tienen rentas más bajas, los que no tienen capacidad para comprar vacunas. En contra de esta propuesta están los de rentas más altas como Estados Unidos, Japón o la Unión Europea. La posición de cada país se puede ver en el siguiente mapa difundido por Médicos Sin Fronteras con datos de Third World Network.https://www.google.com/maps/d/embed?mid=1ziXSn04hdvXwSETXTMPUcwM07cTEDFhC

Hay muchas iniciativas a favor de esta propuesta. The People Vaccine’s es una de las que recoge a más organizaciones internacionales como Oxfam o Amnistía Internacional, o nacionales como Salud Por Derecho. Según los análisis de esta alianza, nueve de cada diez personas de al menos 70 países pobres no podrán vacunarse durante 2021. A su vez, los países ricos han acumulado dosis suficientes como para vacunar a su población casi tres veces. Canadá es el país que encabeza la lista de acaparamiento de dosis teniendo vacunas suficientes como para vacunar a cada canadiense 5 o incluso 6 veces

Más ventajas

Los datos son aún más estremecedores si se ve el reparto por vacunas. La alianza realizó un informe utilizando los datos recopilados por la empresa de análisis e información científica Airfinity para analizar los acuerdos realizados entre los países y las ocho vacunas líderes: 67 países de ingresos bajos y medios bajos corren el riesgo de quedarse atrás a medida que los países ricos avanzan hacia su ruta de escape de esta pandemia. Cinco de los 67 países (Kenia, Myanmar, Nigeria, Pakistán y Ucrania) han informado de más de 1,5 millones de casos entre ellos. Datos que reflejan una cruel realidad, como dijo la directora de políticas de salud de Oxfam, Anna Marriott: “Nadie debería verse impedido de recibir una vacuna que le salve la vida debido al país en el que vive o la cantidad de dinero en su bolsillo”.https://datawrapper.dwcdn.net/5242n/1/

Estas cifras coinciden con las recopiladas por el Centro de Innovación en Salud Global de la Universidad de Duke (Estados Unidos). Según los investigadores, no habrá suficientes vacunas para cubrir a la población mundial hasta 2023 o 2024. Antes de que comenzara a vacunarse en Reino Unido, los países de ingresos altos o medios ya tenían compradas 7.300 millones de dosis, con otras 2.500 en negociación o reservadas.

“Estos acuerdos directos realizados por países de ingresos altos (y algunos de ingresos medios) dan como resultado una porción más pequeña del pastel disponible para una asignación global equitativa. No hemos podido encontrar evidencia de acuerdos directos realizados por países de bajos ingresos, lo que sugiere que los países de bajos ingresos dependerán por completo de la cobertura de población del 20% de COVAX.”, indica el trabajo. COVAX es un mecanismo internacional formado por una coalición de 172 países con el objetivo de distribuir dosis equitativamente.

Esto provoca que ya estemos viviendo las dos velocidades que muchos expertos avisaban respecto a las vacunas. Raquel González, responsable de Relaciones Externas de Médicos Sin Fronteras, lamenta el tiempo que tendrán que esperar los países de rentas bajas para disponer de vacunas al tener que esperar a que COVAX tenga las vacunas, decida donde las distribuya y comience el proceso: “El acopio de vacunas es muy lícito. No se trata de demonizar a los países que están comprando y reservando, pero esto es una pandemia mundial en la que tienen que establecerse mecanismos para que las vacunas lleguen a todos”, indica a Público.

Por esto mismo, países y organizaciones están en plena campaña para pedir a los países ricos un cambio de posición y apoyo a la propuesta de India y Sudáfrica. “Los países que se oponen son los que primero tienen o van a tener las vacunas y, viendo los datos, no hay capacidad de producción para todos los países. Hemos escuchado a muchos líderes internacionales hablar de las vacunas como bien público global y la exención de patentes es la manera de hacer efectivo esto. O estamos protegidos todos o no lo está nadie. Es un ejercicio de salvar vidas en todo el mundo“, añade sobre esta propuesta la investigadora de Salud Por Derecho, Irene Bernal.https://datawrapper.dwcdn.net/Ygwd1/1/

Médicos Sin Fronteras y Salud Por Derecho han puesto en marcha una campaña concreta para pedir al Gobierno de España que se desmarque de la posición de la Unión Europea (UE) y apoye la suspensión de patentes. “Hemos intentado acercarnos al Gobierno. Hemos intentando un diálogo, pero no ha sido posible”, lamenta Bernal. Público avanzó la posición de España, contraria a la suspensión de patentes, ante el silencio de las autoridades sobre este asunto en nuestro país.

La suspensión de patentes sería así la solución para estos 67 países pobres que corren el mayor riesgo de quedarse atrás y de tener acceso a cualquier vacuna solo a través de COVAX, una iniciativa de la Alianza Gavi para las Vacunas (Gavi), la Coalición para la Promoción de Innovaciones en pro de la Preparación ante Epidemias (CEPI) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), para llevar vacunas a los países en desarrollo. Hasta el momento, COVAX ha asegurado 700 millones de dosis para la población de 92 países: 3.600 millones para cada país y, teniendo en cuenta que hay vacunas que necesitan dos dosis, en algunos sitios solo se podría vacunar a la mitad de personas.

¿Habrá votación en la OMC sobre las patentes?

La Organización Mundial del Comercio (OMC) funciona por consenso, pero esta propuesta ha roto en dos al Consejo de los Acuerdos de Propiedad Intelectual (ADPIC): 99 de los 164 se muestran muy reticentes a cambiar de opinión y apoyar la iniciativa. Este jueves se debatió el asunto en una reunión del grupo de los ADPIC. El objetivo era elaborar un informe que se tratara en la próxima reunión del Consejo General del 17 de diciembre, fecha en la que se preveía que se refrendara o no la decisión. Sin embargo, no ha habido acuerdo en la reunión de este jueves y todo apunta a que se alargarán las conversaciones. Como señala Bernal, la propuesta se presentó el 3 de octubre y hay un plazo de 90 días que marca la OMC por lo que aún puede haber plazo. Si continúa sin haber el consenso, se podría forzar una votación, aunque todavía no se ha llegado a este punto. Existe, además, la posibilidad de que se vuelva a extender el plazo de debate en el Consejo de los ADPIC y debatir en el próximo Consejo General previsto para marzo.
Herramientas como COVAX tienen limitaciones porque no aumentan la producción como lo haría la suspensión de patentes

Los países miembros de la UE, como España, y otros ricos como Estados Unidos o Japón insisten en que ya hay iniciativas como COVAX destinadas a que haya equidad. COVAX tiene el objetivo de conseguir proporcionar dosis suficientes para el 20% de la población de los países financiados, es decir, de los de más bajo ingreso. Es una herramienta útil, pero limitada en este sentido porque no aumenta la capacidad de fabricación como para que llegue a todos los países no solo de rentas bajas, también medias. Participan en esta iniciativa hasta 187 países, entre los que destacan la falta de EEUU o Rusia. Pero es la opinión de los países ricos, no de los que están acostumbrados ya a vivir la desigualdad en la salud a nivel global.

Otro de los argumentos de los países ricos para rechazar la suspensión de patentes, como también ha reflejado la Unión Europea en una respuesta a la petición de Médicos Sin Fronteras, es que los acuerdos de los ADPIC ya tienen determinadas “flexibilidades” que mejoran las condiciones comerciales que dejan margen de acción para diferentes medidas. “Para hacer uso de las flexibilidades el problema es que se tiene que hacer país por país y producto por producto. Es mucho más lento y, además, hay países que tienen limitaciones por su legislación nacional, carecen de capacidad institucional o hay presiones de socios comerciales que dificultan todo el proyecto. Son disposiciones muy estrictas que hacen que sea muy difícil. La exención no es excluyente de las flexibilidades pero, además, es que es una respuesta mucho más rápida, abierta y automática.”, explica González.

La portavoz de Médicos Sin Fronteras recuerda casos que se han vivido durante la pandemia para entender por qué las patentes y los monopolios pueden convertirse en un obstáculo en el acceso a la salud. Pone el ejemplo de Holanda y la farmacéutica Roche durante los primeros meses de pandemias. La alta demanda de kits de pruebas para el coronavirus provocó que la farmacéutica suiza no pudiera atender a toda la necesidad que había. Los laboratorios holandeses dependían de Roche para obtener los suministros y hacer pruebas de detección. Por la escasez que había al tener la farmacéutica el monopolio, Holanda no pudo realizar pruebas durante los primeros meses de pandemia. El Gobierno pidió a Roche que compartiera la fórmula e intentó hacer una licencia obligatoria. El tiempo pasaba y finalmente la farmacéutica cedió, pero el tiempo que pasó fue fundamental para salvar vidas.

“Aprobar la exención de las patentes de las vacunas permitiría que no se perdiera tiempo y que todos los miembros de la OMC pudieran elegir si utilizan esta exención o no. España puede no utilizarla pero sí debería apoyar que otros países en desarrollo lo hicieran, también porque la fabricación será mucho más rápida”, añade González.

Público

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