Cafiero reunió a los jefes de gabinete de la Ciudad y la Provincia para debatir la próxima etapa. Si los datos confirman una baja de contagios, podrán retornar algunas actividades.
Todos los funcionarios miran por estas horas y con sumo detalle los números de contagios y muertes por coronavirus. Fracasado el intento de aprobar entre gallos y medianoche la ley de “Emergencia Covid” en el Congreso, que hubiera liberado a la Casa Rosada de volver a pelear con los gobernadores para establecer y hacer cumplir medidas restringidas y así confiarse al peso de la ley, el Gobierno determinará en las próximas horas el alcance de otra prórroga del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que introdujo criterios y acciones a tomar según la gravedad de la pandemia en cada aglomerado urbano del país.
Para atender la situación del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), el jefe de gabinete Santiago Cafiero reunió a sus homólogos de la Ciudad, Felipe Miguel, y de la Provincia, Carlos Bianco, para analizar los datos epidemiológicos y así confirmar un “descenso paulatino” de los casos, que prepara el terreno para aliviar las prohibiciones implementadas desde el 22 de mayo pasado.
Cafiero, Bianco y Miguel reivindicaron el alto impacto de la campaña de vacunación y su ritmo creciente, además de los resultados positivos que generaron los nueve días de confinamiento más estricto durante este último período. Pero habida cuenta de la resistencia y cansancio de la gente, ven difícil replicar medidas similares.
A la espera de la opinión de los epidemiólogos convocados en la tarde del jueves por el Gobierno nacional, hasta última hora se continuará debatiendo este viernes los alcances, restricciones y la duración del DNU para la nueva etapa en todo el país, que comenzará este sábado 12 de junio.
Tomando en cuenta la resistencia de los sectores productivos y otras corporaciones perjudicadas por el confinamiento dictado, y en atención al leve descenso de casos, ayer funcionarios de las tres administraciones se entusiasmaban con “rebajar” la calificación de riesgo del AMBA desde la actual “alarma epidemiológica y sanitaria” a la de “alto riesgo”, que supone desde ya un ablandamiento de las restricciones.
De suceder así, el AMBA mantendría en suspenso las actividades de industrias del entretenimiento, la cultura y el esparcimiento; las reuniones privadas en domicilios, el deporte en espacios cerrados, y las reuniones sociales para más de diez personas en espacios públicos al aire libre, y pasaría a tener limitaciones de servicios gastronómicos de 23 a 6.
El Cronista