El Senado recién el jueves le daría media sanción a la propuesta oficial para administrar las restricciones por la pandemia y el viernes vence el actual decreto con restricciones. No hay aún agenda del Presidente con Larreta y Kicillof. En PBA descartan ahora un regreso a la presencialidad
De su peregrinaje europeo, si en algún momento le flaqueó, Alberto Fernández regresó con una mayor convicción sobre las medidas restrictivas. No sólo por su charla con su par español Pedro Sánchez, que sufrió un revés parlamentario a su estado de alarma que el argentino usó como analogía doméstica; también cuando no encontró ningún café parisino abierto durante su caminata por la Avenue des Champs-Élysées, con una Francia que padece ya la tercera ola de coronavirus.
Desde la gira, primero, el secretario de Comunicación albertista, Juan Pablo Biondi, subió un video de una París sin circulación.
Sin la “ley de la Pandemia”, un nombre poco marketinero que Juntos por el Cambio aprovechó para instalar la idea de que son “superpoderes”, con su respectivo metamensaje, el Presidente avanza en soledad en una nueva prórroga del DNU con restricciones en el AMBA que vencen el viernes. No tiene, por ahora, ninguna cita tripartita agendada con Horacio Rodríguez Larreta ni Axel Kicillof.
En el mejor de los escenarios, recién un día antes, el jueves, el Senado le daría media sanción al proyecto oficial, que sufrirá cambios en su texto para negociar su tratamiento en Diputados, un recinto donde necesitan votos aliados, la próxima semana. Una de las concesiones: que su vigencia no esté atada a la emergencia sanitaria, que hoy vence el 31 de diciembre pero que podría ser, otra vez, prorrogada.
El poder de vetar la presencialidad de las clases en las zonas declaradas en alerta epidemiológica no está en la mesa. Es justo ese punto el que desató la resistencia porteña y generó las fricciones. En la provincia de Buenos Aires analizaban la semana pasada un pronto regreso a las aulas en el conurbano, lo que hubiera mancomunado la estrategia en el AMBA. “Era la idea pero desde el jueves hay un repunte de casos que enciende todas las alarmas”, advierten ahora en la gobernación.
Con el Congreso en debate, la única salida para Fernández es volver a estirar el DNU actual. La única duda es por cuánto tiempo hacerlo.
El Cronista