JUICIO EN DOLORES: “YO NO ESTABA AHÍ; NO SE ESFUERCEN EN HACER OTRA PREGUNTA”, LA SORPRESIVA DECLARACIÓN DE LUCIANO PERTOSSI

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Por primera vez desde el comienzo del debate por el homicidio de Fernando Báez Sosa, uno de los ocho acusados rompió el silencio e hizo una aclaración después de que peritos de la Policía Federal Argentina (PFA) lo ubicaran como uno de los agresores de la víctima

Todo sucedió rápido. Habían pasado una hora y 45 minutos del inicio de la novena jornada del juicio. El licenciado en Criminalística Andrés Bruzzese, perito de la Policía Federal Argentina (PFA), respondía preguntas de Fernando Burlando y Fabián Améndola, abogados de los padres de Fernando Báez Sosa, Silvino Báez y Graciela Sosa, sobre situaciones puntuales de una filmación que era reproducida en una pantalla de TV. Cuando, a partir de las imágenes, el testigo ubicó a Luciano Pertossi en la escena del ataque a la víctima como uno de los agresores, el joven aludido levantó una de sus manos y su letrado defensor, Hugo Tomei, le comunicó a la presidenta del tribunal, la jueza María Claudia Castro, que su asistido quería hacer una aclaración. Chano, como lo conocen al imputado de 21 años, se dirigió a una de las sillas ubicadas en el medio de la sala de audiencias y, después de sentarse, espetó: “Yo no estaba ahí”. No quiso responder preguntas. Era la primera vez uno de los imputados rompía el silencio.

La decisión de Luciano Pertossi de romper el silencio fue sorpresiva para todos, salvo para Tomei. Hasta el momento en que levantó una de sus manos y el letrado le explicó a los jueces Castro, Christian Rabaia y Emiliano Lazzari, integrantes del Tribunal en lo Criminal (TOC) N° 1 de Dolores, que su asistido quería hacer una aclaración, nada hacía prever que algunos de los imputados rompiera el silencio.

”Quiero aclarar algo”, sostuvo Luciano Pertossi. Y, dirigiéndose a la presidenta del tribunal, preguntó: “¿Lo hago?”.

“Yo venía de ese lado, pero no estaba ahí”, aseguró en referencia a la situación que Bruzzese, a partir de la filmación, definió como una “gresca”, una “agresión”.

Rápido, el fiscal Gustavo García, uno de los representantes del Ministerio Público en el juicio, lo interrogó: “¿Dónde estabas en ese momento?”. Pertossi no se dejó arrinconar y respondió: “No te lo voy a aclarar. No te voy a responder”

La fiscalía insistió: “¿Quién es la persona que estaba adelante?”, preguntó García. El imputado volvió a repetir: “No te voy a responder”.

Los abogados que representan a los padres de la víctima también preguntaron: “¿Quién es la persona de negro que está atrás del auto?”. “No quiero responder ninguna otra pregunta, no se esfuercen en hacer otra pregunta porque no voy a responder nada mas”, dijo Luciano Pertossi.

En ese momento, la presidenta del tribunal cortó el interrogatorio. “Ya dejó en claro que no va a responder”, sostuvo la jueza Castro, palabras más, palabras menos. La secuencia duró diez minutos. Tras su aclaración, Luciano Pertossi volvió a sentarse en el mismo lugar donde estaba cuando comenzó la audiencia, a la derecha Máximo Thomsen, de 23 años, otro de los imputados.

Los otros seis acusados son Blas Cinalli, de 21 años; Ciro Pertossi, de 22; Lucas Pertossi, de 23; Ayrton Viollaz, de 23; Enzo Comelli, de 22, y Matías Benicelli, de 23.

Todos están acusados de “homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas”.

En el requerimiento de elevación a juicio, la fiscal Verónica Zamboni, había sostenido que Luciano Pertossi, su primo Lucas y Viollaz, previo acuerdo y distribución de tareas con los otros sujetos activos [por los cinco imputados], también participaron premeditadamente de la agresión con el fin de dar muerte a la víctima, posibilitando fundamentalmente la comisión del hecho, ya que rodearon tanto a Fernando Báez Sosa como a los amigos que estaban junto a él, impidiendo de ésa forma que éste pudiese defenderse por sí solo e incluso recibir defensa por parte de sus amigos y/o terceros. Para ello, estos tres sujetos activos agredieron físicamente a los amigos de Fernando, los cuales estaban parados junto a él, aplicándoles golpes de puño y patadas mientras pretendían ayudar a la víctima, causándole a alguno de ellos lesiones corporales, especialmente”.

La respuesta de Bruzzese donde ubicó a Luciano Pertossi en la escena del ataque a Báez Sosa llegó después de Burlando insistiera en su interrogatorio para identificar “al sujeto número 11 de la filmina 75″. Fue cuando el testigo identificó a Chano.

“No ha sido feliz la participación de [Luciano] Pertossi en la diligencia de hoy. Lo único que hace es ratificarme la postura que tenemos desde el primer día. Él vio cierta debilidad en que no podía distinguirse su rostro en la escena del crimen y trató de llevar esta coartada adelante”, sostuvo Burlando después de la declaración de uno de los ocho acusados.

El abogado de los padres de la víctima sostuvo que el imputado “tiró la piedra y escondió la mano”. Y especuló: “Eso lo hacen los cagones. Después de lo de hoy, probablemente esta noche pase algo entre ellos”.

A las 12.25, tras las palabras de Luciano Pertossi, la jueza Castro dispuso un cuarto intermedio. Los ocho acusados fueron esposados y retirados de la sala de audiencias. El abogado Tomei, en ese momento, se acercó al asiento donde estaba María Elena Cinalli, la madre de Luciano y Ciro Pertossi, para intercambiar unas palabras. La mujer era una de las sorprendidas por la declaración de su hijo.

Tras el cuarto intermedio, Tomei se acercó a Luciano Pertossi y, después de rodearle la cabeza con sus brazos la cabeza, le preguntó cómo estaba. “Bien”, fue la respuesta, según pudo reconstruir LA NACION. Aunque, aclararon fuentes cercanas a la defensa, vivió momentos de nerviosismo cuando se sentó para hacer la aclaración que quería.

La declaración de Luciano Pertossi fue tan inesperada que también se sorprendió Emilia, su hermana abogada, que participa en la defensa junto con Tomei.

El abogado defensor sostuvo que fue una decisión “espontánea” la de declarar de su asistido y que lo hizo para “aclarar” algunas cuestiones

“Estábamos viendo una situación que no era la correcta y surgió la oportunidad de aclarar. Fue espontánea. La dinámica del proceso lo va a indicar”, a varios medios de comunicación en la puerta del Palacio de Tribunales.

Fueron tantos los nervios que el imputado aprovechó un cuarto intermedio para cambiarse la chomba con la que había llegado por una camisa. Tuvo tiempo, también, para cruzarse miradas con su madre. Con barbijo puesto, dirigió la vista hacia ella, y le levantó las cejas.

Bruzzese declaró en simultáneo con tres compañeros de la PFA: Yanina Cuenca, Agostina Matticoli y Ricardo Pisoli. Los cuatro son especialistas en análisis facial forense.

Fueron los encargados de analizar las filmaciones incorporadas al expediente e identificar a los acusados, ya sea por su vestimenta o partir del reconocimiento facial.

Los peritos hicieron un informe donde ubicaron las posiciones de los acusados en referencia al lugar donde quedó desvanecida la víctima.

Además de a los ocho imputados, los peritos de la PFA situaron en la escena del ataque a Alejo Milanesi, de 22 años, y que estuvo imputado y finalmente fue sobreseído en abril de 2021, y a otro amigo de los sospechosos, identificado como Tomás Colazzo, que nunca estuvo imputado y que en el momento de los hechos era menor de edad.

Tras un cuarto intermedio, Tomei le preguntó a los cuatro peritos asegurar que era su asistido la persona que ubicaron en la escena del ataque a Fernando. La respuesta lo dejó conforme: “Presumiblemente sea Luciano. No podemos asegurarlo categóricamente”.

Gabriel Di Nicola/La Nación

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