CORONAVIRUS EN LA ARGENTINA. EL ARGUMENTO CIENTÍFICO DETRÁS DE LOS DICHOS DE ALBERTO FERNÁNDEZ PARA VOLVER A FASE 1

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Inesperadamente, a poco de haberse flexibilizado el aislamiento social preventivo y obligatorio en el área metropolitana de Buenos Aires, la zona más “caliente” del país, y tras haberse registrado el récord de casos diarios desde que comenzó la epidemia, con 1141 nuevos confirmados, el presidente Alberto Fernández hizo temblar las estanterías cuando opinó en un programa radial que habría que volver a la Fase 1 de cuarentena absoluta por el ritmo que tomó la transmisión del virus.

La visión de infectólogos e investigadores sobre este punto es divergente. Mientras algunos miembros del comité asesor consideran que los dichos del presidente tienen por objeto hacer un llamado a la responsabilidad individual, los científicos que auscultan la curva de la epidemia advierten que el aumento de los casos puede ser aún mayor de lo que se está dando a conocer.

Para Pedro Cahn, miembro del comité asesor de Presidencia, no se trata más que de volver sobre lo que siempre se dijo: “Un pie en el acelerador y otro en el freno, en palabras de Ginés González García. Lo hicieron Córdoba , Necochea, Olavarría.”.

Tomás Orduna, del Hospital Muñiz y también miembro del comité asesor, opinó: “Esto es muy dinámico, pero todavía estamos con margen. Los números de ayer por supuesto que golpean. Estos más de 1000 casos son infecciones adquiridas hace una semana, veremos cómo sigue. Yo creo que fue más un alerta y un llamado a la responsabilidad individual para que no tengamos que volver atrás”.

Pero entre los investigadores la preocupación es creciente. El químico analítico de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, Roberto Etchenique, calcula que el número de reproducción (R, que indica a cuántas personas les transmite el virus un infectado) promedio de los últimos 40 días en CABA es de aproximadamente 1,5; es decir, que sin una intervención adecuada, el número de confirmados irá aumentando inexorablemente.

Rodrigo Quiroga, bioinformático de la Universidad Nacional de Córdoba, lo inquietan otros indicios. Por ejemplo, que anteayer a las 17.45, había 2620 muestras del área metropolitana de Buenos Aires tomadas entre el 3 y el 7 sin procesar, más 1800 de ese mismo día. “Esto indica que nos estamos perdiendo casos positivos porque estamos retrasados con los testeos”, dice Quiroga.

Por otro lado, la positividad está altísima. Según el informe de esta mañana del Ministerio de Salud de la Nación, fue del 41,7% en CABA y del 25,1% en la provincia de Buenos Aires. “Seguramente hay más casos que no estamos detectando -agrega Quiroga-. Otro dato preocupante es que en la Provincia (no tenemos el de CABA), hay 47% de transmisión comunitaria y 26% de transmisión por contactos estrechos. En comparación, en Córdoba hay 2% de contagios comunitarios y 56% de contactos estrechos”.

Para el matemático de la UBA, Guillermo Durán, director del Instituto de Cálculo y coordinador de un grupo de más de 50 especialistas en ciencias de la computación y científicos de datos, aunque está claro que es todo muy difícil y que la logística es muy compleja, “si no se avanza con una presión fuerte sobre el rastreo, esto se dispara”.

“Por lo que se lee en las redes, hay gente que no se está aislando -subraya Durán-. Todo es entendible, pero la situación se puede descontrolar. Estamos un par de semanas atrás de Chile en el mismo camino. Tenemos que evitarlo”.

Por: Nora Bär/La Nación

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