o cabe ninguna duda que en el actual contexto de pandemia la relación entre las administraciones de Axel Kicillof y Horacio Rodríguez Larreta viene adquiriendo una inusual relevancia estratégica. Los ojos de la sociedad están puestos en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y hay un organismo que suele ser el termómetro del clima político de la región: la Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado (Ceamse), una empresa pública mixta que transporta todos los días la basura de 52 municipios bonaerenses y la ciudad de Buenos Aires.
Este preciado botín de la política metropolitana es reclamado desde el 10 de diciembre del año pasado por varios intendentes del Gran Buenos Aires, pero Kicillof, tal como dicen propios y extraños, se viene resistiendo a “lotear” la estructura orgánica del distrito y mucho menos abrirle el juego a los barones del conurbano. De acuerdo con fuentes del PJ, el primero que se anotó para controlar la Cemse fue el intendente de José C. Paz, Mario Ishii, debido a que la universidad local fue el refugio de varios funcionarios bonaerenses durante los cuatro años de macrismo, como el secretario general de la Gobernación, Federico Thea, Agustina Vila, titular de la cartera de Educación y el ministro de Hacienda, Pablo López.
Kicillof tuvo gestos con Ishii, como avalar que su ex secretario de Gobierno, José Pérez, encabezara la lista de diputados provinciales de la Primera Sección Electoral, pero nunca se sintió en deuda, como repite el jefe comunal del oeste, según sus allegados. Incluso, comentan que habló de la Ceamse en dos oportunidades con Máximo Kirchner para transmitirle su malestar por el supuesto incumplimiento, temiendo que esa designación terminara en manos de sus colegas del sur de la Tercera Sección Electoral. Todo parece indicar que el “premio mayor” no sería para una zona del GBA sino para un intendente en particular.
Según fuentes del Instituto Patria, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner quiere “reconocer la lealtad” del alcalde de Avellaneda, Jorge Ferraresi, ofreciéndole el control del organismo. Sin embargo, el inicio de la cuarentena impidió el desembarco de una funcionaria de confianza del intendente kirchnerista, como Alicia Capellini, para ocupar la presidencia del organismo. Capellini trabajó en Ceamse y es muy cercana a Ferraresi. Lo concreto es que luego de tantas dilaciones el gobernador sigue sin remover a las autoridades que heredó de sus antecesores en el cargo.
Con lo cual, y pese al cambio de signo político en la provincia de Buenos Aires, aún continúan las mismas autoridades en la Ceamse, que son elegidas por el gobierno bonaerense y el porteño. El gobernador de Buenos Aires designa un director en representación de su distrito, igual el jefe de gobierno capitalino, y tiene además la potestad de nombrar al presidente. Por ahora el titular del organismo sigue siendo Eduardo Ricciuti, nombrado a fines de 2018 por Rodríguez Larreta en consenso con la exgobernadora María Eugenia Vidal. El actual titular del organismo iba a presentar su renuncia con las actuales autoridades, pero siguió en el cargo, a pesar de haber sido designado por el PRO a instancias del vicejefe de gobierno porteño, Diego Santilli, a fines de 2018.
El peso de Moyano
De todas formas, en la Ceamse pesa mucho la opinión de Hugo Moyano y su alfil en el organismo, Jorge Mancini, secretario general de la organización sindical de los trabajadores de la empresa mixta. Mancini fue diputado provincial por Cambiemos y tiene una buena convivencia con el director que sigue representando a la administración porteña, Claudio “Chiqui” Tapia, y que además ejerce la vicepresidencia. La permanencia del presidente de la AFA en el cargo demuestra que los Moyano siguen teniendo un buen vínculo con el PRO a través de Santilli. “El Chiqui ya es un dirigente con peso propio, sobre todo dentro en Ceamse, es mucho más que el yerno de Hugo”, dicen dentro del organismo.
Mientras tanto, el jefe de gabinete de Kicillof, Carlos Bianco, ha construido una excelente relación con el actual titular de la empresa. “Ricciuti podrá venir del macrismo, pero ha logrado administrar muy bien pese al retraso de muchos intendentes a la hora de pagarle el canon a Ceamse”, dicen en La Plata. Se estima que el presidente del organismo podría seguir hasta fin de año, siempre de acuerdo a la dinámica de la pandemia. Pero el gran misterio es que el director en representación de la provincia de Buenos Aires siga siendo Patricio Peralta, nombrado por Vidal a sugerencia de Roberto Gigante, ex ministro de Infraestructura.
Según fuentes del oficialismo, el mandatario bonaerense postergó esa definición porque Moyano está haciendo lobby con alguien de su entorno para ingresar al directorio en representación del distrito bonaerense. “Si Hugo pone a alguien más en Ceamse, además del Chiqui, sería todo muy desprolijo”, comentan algunos intendentes del Frente de Todos en el GBA. El nombre que más suena para reemplazar al vidalista es el vicepresidente segundo del Independiente, Carlos Montaña. El hombre que está en la sucesión de Hugo y Pablo en el club de Avellaneda es funcionario de Desarrollo Social y presentó su renuncia cuando explotó el escándalo en esa cartera por la compara de alimentos.
En medio de este contexto indefinido en una de las estructuras que más fondos le dan a la política metropolitana, se escuchan versiones confiables respecto a la intención de la intendenta de Moreno, Mariel Fernández, de tercerizar el servicio de recolección de basura en ese distrito del oeste del GBA. La jefa comunal derrotó al camporista Walter Festa y viene de la militancia social en el Movimiento Evita. Precisamente, la movida contra la Ceamse sería darle el negocio de la basura a una cooperativa conformada por las organizaciones sociales, escenario que preocupa a las autoridades del organismo y sobre todo al gremio de Mancini y a los camioneros. Aquí se mezcla la interna entre Emilio Pérsico, el Chino Navarro y el establishment del peronismo, intendentes y sindicalistas. “El Barba” Gutiérrez cuando era intendente de Quilmes estuvo en guerra con los Moyano por querer sacar a Covellia de la recolección de basura.
Un cocktail de intereses políticos, mezclados con el fútbol y la política. Todos detrás de una caja multimillonaria. La Ceamse es la expresión en menor de escala de todos los intereses que están en juego en la apasionante zaga de la política del área metropolitana.
Por: Beto Valdez/La Nación