EL PERONISMO DE JAVIER MILEI

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Los gobernadores de Tucumán y Catamarca volvieron a ser decisivos para blindar el veto del presidente. A la extrema derecha no le alcanzaba el apoyo de Macri. El cálculo del peronismo libertario.

Una vez más, el peronismo de los gobernadores colaboró para fortalecer a Javier Milei y blindar el ajuste más grande de la historia de la humanidad. Los tres votos que aportó el tucumano Osvaldo Jaldo y la negociación de Guillermo Francos con el catamarqueño Raúl Jalil le dieron a La Libertad Avanza las voluntades que necesitaba para rechazar un aumento del presupuesto para las universidades nacionales y prolongar la euforia en los mercados. Así la extrema derecha pudo festejar una muestra de autoridad del presidente y dejar firme el veto a una ley que no movía el amperímetro del ajuste. Esta vez, a diferencia del veto contra los jubilados, el objetivo principal del Gobierno no era la defensa del superávit fiscal sino el mensaje ideológico en contra de las universidades y a favor de un ajuste selectivo, que es innegociable. 

El martes a la noche, en la Casa Rosada ya respiraban aliviados. Francos había cerrado los acuerdos para confirmar el apoyo del gobernador de Tucuman y partir el bloque de Unión por la Patria con la ausencia de Fernanda Ávila, la ex secretaria de Minería de Sergio Massa que se ausentó de la votación. Ávila ya había votado a favor del regreso del Impuesto a las Ganancias y la exención del pago de Bienes Personales, junto a los catamarqueños Sebastian Noblega, Dante López Rodríguez.

La presión del gobierno nacional fue fuerte y logró su objetivo, pese a que los conversos del peronismo todavía reclaman por las promesas incumplidas de la ultraderecha. “El gobierno estaba muy ajustado y jugó muy fuerte”, afirmó a El Destape un diputado que vio el despliegue del oficialismo para adquirir voluntades. 

Pese a que se había puesto en duda el alineamiento de Jado, los tucumanos del Bloque Independencia Agustín Fernández, Gladys Medina y Elia Fernández de Mansilla terminaron levantando la mano junto a los diputados de Milei y Mauricio Macri para ratificar el veto. La confluencia de Jaldo y Jalil es motivo de orgullo en la Casa Rosada, donde desde hace tiempo los nuclean bajo  el mote de Peronismo Ja-Ja. A ellos se suman el apoyo de los diputados de Misiones, donde el radical Hugo Passalacqua es la cabeza de un frente de peronistas y radicales que tiene como verdadero hombre fuerte al ex gobernador del PJ Carlos Rovira. Por indicación de Rovira, los cuatro diputados de Misiones también decidieron esfumarse para inclinar la cancha a favor del ajuste a las universidades. 

El gobernador de Tucumán está al frente de una provincia con fuerte presencia universitaria pero tiene una alianza de hierro con Milei. En la base de la conveniencia no solo están los beneficios que pueda obtener sino las encuestas que muestran al presidente con un alto grado de adhesión en la provincia. Son los mismos sondeos que miran los doblados del radicalismo que lidera Mariano Campero, el ex intendente de Yerba Buena que ahora votó en contra de las universidades y quiere ser candidato a gobernador con el apoyo de Milei y Patricia Bullrich. Campero blindó el veto de Milei junto a sus correligionarios Luis Picat, Martín Arjol y Federico Tournier. Los últimos dos dieron un nuevo salto olímpico porque habían votado a favor de la ley aprobada  por Diputados. Picat y Campero, en cambio, habían decidido abstenerse. 

En medio de un proceso recesivo que se estira, con una caída brutal del consumo y casi 25 millones de personas bajo la línea de la  pobreza, Jaldo y Jalil son parte de un peronismo que se inclina por la continuidad de Milei en el poder. El viraje del catamarqueño es todavía más obsceno porque en 2023 fue uno de los principales promotores de la candidatura unitaria de Massa para enfrentar a Milei. La apuesta del Gobierno es la de construir un peronismo libertario, un sector del PJ que abreve de alguna manera en el menemismo para justificar su desembocadura en la extrema derecha. Es la conversión que defiende Daniel Scioli, cuando intenta explicar su propia transformación. El ex vicepresidente de Néstor Kirchner, ex gobernador bonaerense, ex candidato a presidente del Frente a la Victoria y precandidato de Unión por la Patria en 2023 hoy es un fervoroso creyente del proyecto de Milei y La Libertad Avanza.

Con el documento que difundió el lunes último para defender su candidatura a presidente del PJ nacional, Cristina Fernández de Kirchner había dejado a Jaldo y Jalil afuera de las fronteras del peronismo. La ex presidenta afirmó que el PJ hoy tiene 5 gobernadores en todo el país, a los que podría sumarse el radical sui generis Gerardo Zamora. Así consideró a los mandatarios provinciales de Tucumán y Catamarca como socios o partidarios de Milei. Con su mensaje de este martes ante un grupo de estudiantes de la Federación Universitaria de La Plata, Axel Kicillof también demarcó una línea que dibuja al peronismo de Milei. “Hay que dejarle en claro a los legisladores que el día de mañana a los que no voten, que los consideramos traidores, a un pueblo y, lo que es  peor, a la historia. No nos vamos a olvidar de los que mañana cobardemente y con una tal vez asumida impunidad voten en contra de algo tan importante”. El peronismo de Jaldo y Jalil hoy está en otra cosa y juega para Milei. 

El Destape

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