Junio de 2022. Viajar en tren por Alemania tiene un precio: nueve euros al mes. La decisión tiene una repercusión significativa evidente: los viajes en tren se disparan y la medida tiene todo para ser un éxito. Ahora que finaliza agosto y la ayuda estatal cesa, la lectura empieza a ser diferente. En España, donde viajar será gratis en algunos trenes a partir del 1 de septiembre, miramos con interés las conclusiones.
La medida. Acuciados ante una subida generalizada en los precios del combustible y con Europa presionando para reducir su dependencia energética, el Gobierno alemán vio en el tren un viejo aliado para reducir el consumo de diésel y gasolina. El objetivo, aliviar a las familias del gasto en el transporte con un bono mensual de nueve euros para viajar por toda Alemania.
Andenes abarrotados. La medida tuvo un impacto inmediato que se reflejó en unos andenes abarrotados. Según el Gobierno alemán, hasta 30 millones de personas se han acogido a la oferta gubernamental. Olaf Scholz, canciller alemán, ha definido la idea como “una de las mejores que hemos tenido”.
La masiva acogida del abono mensual se demuestra con el gráfico del siguiente tweet. La demanda de trenes se ha multiplicado, en parte por su bajo precio y en parte por la sencillez del servicio, pues Alemania tiene fama de ser un lugar complejo para comprar los billetes. De una manera o de otra, sólo en julio se registró un 42% más de viajes que en el mismo mes de 2019.
Y los mismos coches. En el tweet anterior, el experto en movilidad Prabin Joel Jones señalaba su esperanza en que el aumento de los viajes en tren repercutieran en una bajada de viajes en coche, un medio de transporte mucho más contaminante. Ahora, sabemos que no, que el significativo crecimiento de los viajes en tren sólo reflejan una demanda adicional.
Financial Times recoge en un gráfico el resultado de la medida. Mientras que los trenes se han disparado, los viajes en coche han mantenido su ritmo habitual. Es decir, no se ha producido un trasvase de usuario de uno a otro medio. O al menos no ha sucedido de forma significativa, lo que cuestiona el éxito de la medida.
No todos opinan igual. Al mismo tiempo, la Asociación de Empresas Alemanas de Transporte (VDV, por sus siglas en alemán) señala las medida como muy exitosa. Asegura que se han vendido 52 millones de billetes de tren y que una de cada diez personas ha cambiado al menos uno de sus viajes diarios en coche por el uso de este medio de transporte. La cifra alcanza el 17% si se tiene en cuenta cualquier medio de transporte.
En el diario económico también recogen declaraciones de un joven que aseguraba haber recorrido más de 11.000 kilómetros durante los tres meses que ha durado la medida, personificando a una de las muchas voces que reclaman la extensión de esta ayuda en los meses venideros. Y que también refleja el juego de equilibrios al que el Gobierno alemán tiene que enfrentarse ahora.
“No es sostenible”. Esto es lo que le ha respondido el ministro de finanzas alemán, Christian Lindner, al joven antes mencionado. “¿Has viajado más de 11.000 kilómetros por 27 euros? Eso no es sostenible”, recogen en Financial Times. Según los cálculos del ministro, mantener la medida vigente durante todo un año costaría 14.000 millones de euros a las arcas públicas, casi la mitad de los 30.000 millones de euros de ayuda urgente que se contemplaban como marco para rebajar el precio de los trenes.
Según Lindner, esos millones podrían dedicarse a mejorar la tupida red de ferrocarril alemana. Unas palabras que también sostiene Lars Feld, profesor de la Universidad de Friburgo y cercano a la política del ministro Lindner: “El billete de nueve euros ha causado viajes adicionales y apenas ha sacado a los automovilistas de la carretera. El transporte local de pasajeros se sobrecargó y hubo más retrasos. En palabras claras: medida cara, y generadora de muchos problemas”.
Volver atrás. En el lado contrario, Stefan Gelbhaar, portavoz de transporte del Partido Verde, aseguró que la medida alivió el tráfico en algunas ciudades y demostró que “cuando la oferta y el precio son correctos, la gente cambia al transporte público”. El problema, ahora, es volver atrás para toda esa gente que ha utilizado el tren.
Queda la duda de saber a cuántos viajeros arrastrará el tren tras el experimento. Los viajeros están pidiendo que se prorrogue la ayuda, la Asociación de Empresas Alemanas de Transporte propone un billete único de 69 euros al mes y los ecologistas apuestan por billetes de 29 euros para viajar en trenes regionales y un billete nacional de 49 euros para toda Alemania. Se tiene miedo a que, pasada la subvención, los trenes no vuelvan a su precio habitual y que, al contrario, aumenten aún más los precios que ya tenían en mayo.
Xataka