Para el politólogo, la Ciudad es un trampolín ideal a la Rosada. Analiza la interna del PRO y la convivencia de la moderación albertista y el kirchnerismo duro.
A dos meses y medio del inicio de la cuarentena, la grieta entre el oficialismo y la oposición se ensancha cada vez más. El ala dura de Juntos por el Cambio busca flancos para cuestionar al Gobierno e impulsa una campaña desde las redes sociales en contra del aislamiento obligatorio. En el medio, Horacio Rodríguez Larreta intenta hacer equilibrio entre su relación con Alberto Fernández y los dirigentes más confrontativos de su partido, entre ellos Patricia Bullrich.
En este contexto, el jefe de Gobierno porteño se muestra activo y supo cosechar un amplio respaldo de la ciudadanía. De hecho, las últimas encuestas muestra que, junto a Fernández, es uno de los dirigentes con mejor imagen en la opinión pública. Ese no es un dato menor en pleno reacomodamiento de Juntos por el Cambio, que ya piensa en las próximas elecciones.
El politólogo e investigador Andrés Malamud analizó la estrategia de Larreta y hasta aseguró que “tiene casi todos los boletos para ser candidato presidencial” en 2023, ya que “la Jefatura de Gobierno es la mejor plataforma” para ese lanzamiento.
BIO. Es licenciado en ciencia política de la Universidad de Buenos Aires y doctorado por el Instituto Universitario Europeo, Florencia. Especializado en integración regional y política latinoamericana, se desempeña como investigador principal en el Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad de Lisboa y es secretario general de la Asociación Portuguesa de Ciencia Política.
-¿Cómo se sale de la dicotomía entre salud y economía que se da en plena pandemia?
-La tensión existe. La vacuna es un problema; la cuarentena, un dilema. Cuando tengamos la vacuna, el problema de la inmunización estará resuelto. La cuarentena, en cambio, es indispensable e insostenible: sin ella nos enfermamos, con ella empobrecemos. Hay que buscar equilibrios, pero, como con la manta corta, siempre queda alguna parte descubierta.
-¿La tregua entre el oficialismo y la oposición se rompió?
-La oposición gobierna cuatro provincias y cerca de 500 municipios. Argentina es un país federal y los gobiernos de los tres niveles siguen cooperando. Sin embargo, la fatiga con la cuarentena ha llevado a que un sector de la oposición sin responsabilidad territorial aumente el volumen de la protesta.
-¿Cómo evalúa la interna Larreta-Bullrich?
-Rodríguez Larreta tiene responsabilidad de gobierno, Bullrich no. Pagarle a los médicos, proteger a los sanos y curar a los enfermos le compete al jefe de Gobierno electo y no a la presidenta del partido. Como afirma el teorema de Baglini, el grado de responsabilidad de las propuestas de un dirigente político es directamente proporcional a sus posibilidades de acceder al poder.
-¿Larreta va camino a convertirse en el líder de la oposición?
-En los regímenes presidencialistas no existe esa función. Larreta tiene casi todos los boletos para ser candidato presidencial, porque la Jefatura de Gobierno porteña es la mejor plataforma de lanzamiento. (Fernando) De la Rúa y (Mauricio) Macri, sin liderar previamente a la oposición, llegaron desde allí a la presidencia.
“La cooperación entre la Nación, las provincias y los municipios fue ejemplar, en contraste con los otros federalismos continentales como Estados Unidos, México y Brasil.”
-¿Cómo lo ve al Presidente en la emergencia?
Después de una minimización inicial, Fernández optó por una respuesta sanitarista: evitar el contagio a toda costa. Los resultados iniciales fueron positivos en términos comparados, pero los costos económicos y la postergación del pico de contagios van a generar problemas posteriores. En cualquier caso, la cooperación entre la Nación, las provincias y los municipios fue ejemplar, en contraste con los otros federalismos continentales como Estados Unidos, México y Brasil.
-¿Fernández logró consolidar su liderazgo más allá de Cristina?
-No. El liderazgo de Fernández es interdependiente con el de Cristina Kirchner. Ninguno está en condiciones de prescindir del otro.
-¿Y cómo puede sobrevivir la moderación presidencial a los reclamos del kirchnerismo duro?
-La articulación entre duros y blandos es tan funcional a las necesidades del Gobierno como lo fue antes el desafío electoral.
-¿El Presidente se enamoró de la cuarentena?
-Desconozco su vida sentimental, pero está claro que el éxito inicial de la cuarentena alimentó la popularidad presidencial hasta rozar el 80%. Es poco recomendable enamorarse de un instrumento. Conviene enamorarse de la solución, pero hasta ahora no la conocemos.
Letra P