Tras comprobar que las napas, el suelo y hasta la lluvia tienen pesticidas, dos vecinos presentaron un recurso de amparo y la Justicia ordenó a la Municipalidad de Lobos a proveerles agua potable. La medida cautelar responde a preservar “el derecho humano de acceso al agua potable, la salud y la vida de una gran cantidad de personas, entre ellas menores de edad” en una zona productora de maíz y soja, a solo 100 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires.
En principio, la Municipalidad de Lobos deberá proveer con bidones de agua “sin arsénico ni agrotóxicos” a clubes, escuelas y centros de salud, así como a los vecinos que presentaron en junio un estudio ambiental realizado de manera independiente con el apoyo del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Balcarce.
El análisis de químicos, que fue financiado por casi 370 vecinos, encontró 11 plaguicidas distintos en aguas subterráneas a diferentes profundidades, de donde se extrae agua de pozo para consumo familiar, y 10 plaguicidas en el agua de lluvia, a partir de una muestra tomada el 9 de abril.
En la red de agua corriente del municipio también se detectó la presencia de químicos. Por ejemplo, el herbicida 2-4-D tenía una concentración en el agua 45 veces superior a lo aceptado por la Unión Europea, autoridad que es la referencia tomada por el INTA para estos análisis.
“Me dio mucho miedo. Yo les doy agua todos los días a mis hijas de 15 y 11 años, y jamás pensé que iba a tener ese grado de contaminación. Es muy difícil aceptar que uno vive en un ambiente que te pone en peligro. Es algo que cuando vivís en la ciudad uno pierde de vista, porque tenés la planta potabilizadora, pero en la provincia uno toma agua de pozo”, comentó una de las afectadas.
Fuente: Clarín/Revista Nuevas Energías