El fiscal Carlos Stornelli volvió a desatender el llamado de la Justicia y extiende su apuesta a ganar tiempo, a la espera de que, como quiere el Gobierno, la causa por espionaje y extorsión pase a los tribunales de Comodoro Py.
El fiscal federal Carlos Stornelli faltó a su sexto llamado a indagatoria ante el juez Alejo Ramos Padilla, en la causa donde investiga una trama de espionaje ilegal, en la que se le atribuye participación en ocho hechos muy diversos, que abarcan desde presuntos aprietes a empresarios, asuntos personales como el seguimiento e investigación sobre la ex pareja de su actual esposa hasta episodios diversos vinculados a la causa de las fotocopias de los cuadernos. Stornelli está declarado en rebeldía, condición confirmada incluso por la Cámara de Casación Penal Federal, pero ahora quiere que la Corte Suprema sea la que se expida. Su gran apuesta, como queda a la vista, es seguir ganando tiempo con la expectativa de que llegue el momento de que algún tribunal le saque el expediente al juez de Dolores y lo mande a los tribunales de Comodoro Py. Esta semana quien puso su granito de arena para colaborar con esa estrategia fue el fiscal de Casación Raúl Pleé, que también requirió que el alto tribunal mande la causa a los tribunales federales de Retiro.
Stornelli ni se presentó ni mandó a su abogado, Roberto Ribas. Ramos Padilla lo había vuelto a citar, en una sexta oportunidad, después de que la Sala II de la Cámara de Casación confirmara su rebeldía y también la competencia “provisoria” del juzgado de Dolores, que investiga un amplio abanico de maniobras, que incluye a la banda de Los Monos en Rosario hasta el espionaje a un grupo de dirigentes radicales en Corrientes, entre ellos Ricardo Colombi, además de presuntas maniobras de lavado de dinero en otros países. Ahora Casación debe resolver si hace lugar a un recurso del fiscal para llegar hasta la Corte y a otro de Pleé para que los supremos declaren la incompetencia de Ramos Padilla. La lógica sería que los rechacen. En el primer caso, de hecho, ya le dijeron a Stornelli que su planteo inicial era improcedente. Como sea, podrían presentar recursos de queja y que el tiempo siga pasando.
La apuesta del fiscal es que pasen los días, y además cuenta para eso con el amparo de la Procuración General, que se supone lo está investigando pero facilita la dilación. Lo habitual cuando un imputado es declarado en rebeldía, además de que se corta el diálogo procesal y deja de tener acceso al expediente, es que se ordena la captura. Pero eso no es posible en este caso porque Stornelli tiene inmunidad como fiscal. La única instancia que podría quitarle incluso temporalmente esa protección está en la Procuración: podría decidirlo su titular (interino), Eduardo Casal, como consecuencia de un sumario administrativo, o bien resolverlo un jurado de enjuiciamiento. Pero la situación es que el sumario está aún en trámite y podría prolongarse hasta septiembre, por lo que Casal dice que nada resolverá. También hay una investigación administrativa paralela, que acumula copias del expediente de Ramos Padilla y de otros conexos que se han intentado usar para cuestionar la investigación de Dolores, como el que se basa en las escuchas telefónicas tomadas en la cárcel de Ezeiza a ex funcionarios y empresarios.
Stornelli ha dicho públicamente que el objetivo de la causa a cargo de Ramos Padilla es debilitar el expediente de las fotocopias, impulsado por él. Lo cierto es que, si bien la denuncia inicial está relacionada con ese expediente, ya que el empresario Pedro Etchebest dijo que el falso abogado Marcelo D’Alessio lo extorsionó en nombre del fiscal para evitarle un mal trago en el caso “cuadernos”, luego surgió gran cantidad de prueba que implicaría al fiscal en otros hechos que tienen como protagonista a D’Alessio. De hecho, muchos hallazgos se produjeron por material en el celular y en computadoras suyas, tras el allanamiento en su casa en el country Saint Thomas. El fiscal aparece ligado a aprietes al empresario Gonzalo Brusa Dovat, ex directivo de Pdvsa; la planificación de cámaras ocultas a los abogados José Manuel Ubeira y Javier Landaburu; el espionaje para perjudicar al financista Alejandro Talevi; la intimidación a Pablo Barreiro, ex secretario de CFK (quien denunció ante Stornelli que estaba siendo coaccionado pero el fiscal no hizo nada); y la investigación sobre Jorge Castañón, ex marido de la actual pareja de Stornelli. La mujer, según declaró Castañón, llegó a decirle que Stornelli tenía todo conversado con Mauricio Macri para enjuiciar al juez de Dolores que, en efecto, tiene una investigación promovida en el Gobierno en el Consejo de la Magistratura.
Ramos Padilla puede volver a citar al fiscal a indagatoria, pero todo indica que nada cambiará por el momento. Lo único que podría modificar la situación –además de que se presente por su cuenta– es que la Procuración tome alguna determinación sobre su inmunidad.
(De Página/12)