En tres años cerraron 150 locales de comida. La caída en el consumo se combina con un aumento en el precio de insumos y servicios públicos.
Más de cien comerciantes gastronómicos de Mar del Plata solicitaron que se declare la emergencia económica por la crisis que atraviesa el sector ante la caída en el consumo y el aumento en el precio de los insumos y los servicios públicos. En los últimos tres años cerraron 150 locales de comida. “Tenemos los problemas que atraviesa cualquier comerciante en Argentina: altos costos de los insumos, tarifas elevadas y baja del consumo. Con el agravante de que nuestro rubro no es de primera necesidad y estamos en una ciudad de mucha estacionalidad”, explicó a PáginaI12 Gastón González, dueño de una cafetería.
En el último año redujo un 20 por ciento la cantidad de cubiertos vendidos y aumentó un 25 por ciento los precios, aunque la inflación interanual fue un 55,8 por ciento en junio, con respecto al mismo mes de 2018. Y fue más elevada si se toma en cuenta el rubro de alimentos y bebidas no alcohólicas, que fue del 60,8 por ciento. “Lo que más nos aumentó fue la harina, las frutas y verduras, los lácteos y la carne. No podemos trasladar a los precios los aumentos que tenemos. Es un combo letal”, agregó González, quien tuvo que abrir menos cantidad de horas para bajar los costos. “No apunto más a crecer, sino a mantenerme”, agregó.
La reunión entre los gastronómicos fue realizada el martes y duró tres horas. Asistieron 120 comerciantes de importantes restaurantes, cervecerías, cafeterías y pizzerías, entre otros establecimientos. Decidieron juntarse por primera vez para exigir medidas en conjunto a la municipalidad, como la baja de algunos impuestos. Leo Lucente, dueño de una parrilla y un café, contó que tienen que pagar sólo por la recolección de residuos tres cargos distintos, tanto al gobierno municipal como a empresas privadas. “También nos cobran todo el año un impuesto por el uso del espacio público, cuando en Mar del Plata durante 7 meses nadie puede comer afuera por el frío”, agregó.
“Por la crisis, bajó el turismo y salir a comer afuera es un lujo. Hoy se puede decir que te va bien cuando a fin de mes empatás la facturación con los costos”, opinó Lucente, dueño dos comercios ubicados en la zona comercial de la calle Güemes. Junto a 285 empresarios gastronómicos crearon un grupo de Whatsapp para compartir la situación económica. En el grupo los últimos mensajes son de gente que vende el fondo de comercio. En sus locales, las tarifas de luz y gas en los últimos dos años aumentaron un 600 por ciento y en el último año pasó de tener 16 empleados a 12. Las ventas le cayeron un 25 por ciento, según el registro que lleva de unidades vendidas.
Si bien existe una Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica (AEHG), representada por Avedis Sahakian, dueño del restaurante Manolo, los comerciantes de pequeños y medianos locales decidieron agruparse para transmitirle a los precandidatos a intendentes las posibles soluciones que mejorarían su situación, como la baja de algunos impuestos. La semana que viene tendrán reuniones con Guillermo Montenegro (Juntos por el Cambio), Gustavo Pulti (Acción Marplatense), Vilma Baragiola (Juntos por el Cambio) y Fernanda Raverta (Frente de Todos).
Desde la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica (AEHG) coincidieron con los reclamos que realizaron este grupo de comerciantes autoconvocados. “El problema es común a todos”, afirmó Daniel Suffredini, secretario de la entidad y dueño del restaurante Montecatini. “Estamos en una encrucijada. Aumentan las materias primas y los servicios públicos y la actividad cae. Para ser competitivo con los precios terminás azotando la rentabilidad”, agregó. El sector gastronómico marplatense está compuesto en un 97 por ciento por medianas y pequeñas pymes, el 90 por ciento emplea 10 trabajadores durante el año y el 60 por ciento trabaja en un local alquilado.
Si bien desde la Asociación aseguran que entre el sector hotelero y el gastronómico emplean entre 20 y 30 mil personas durante todo el año (según si se trata de temporada baja o alta), no cuentan con datos sobre locales cerrados o disminución de los puestos de trabajo. “La pérdida de trabajo en nuestro rubro es silenciosa”, afirmó Suffredini. “El sector está conformado por pymes, entonces nunca vas a escuchar hablar de despidos masivos. Pero si tenés en cuenta que hay restaurantes que abrían todos los días y ahora abren los fines de semana, se ve que la situación es preocupante”, agregó. Además, dijo que cuando baja la actividad, cae la contratación de personal eventual, lo que perjudica sobre todo a jóvenes, estudiantes y mujeres.
A pesar de que la megadevaluación del 2018 prometía un fuerte incremento en el turismo interno, en Mar del Plata cayó la cantidad de turistas. Hubo 20 por ciento menos en el verano 2019 que en el de 2018, según el Ente Municipal de Turismo. “La consecuencia de un mal verano es un invierno terrible, tenemos cero expectativas”, opinó Lucente. En los últimos dos años, cerraron locales emblemáticos de La Feliz, como un local de la confitería La Boston, la Taberna Baska, el Café Doria, entre otros. La crisis afecta a todo el comercio, pues, según la Unión de Comercio, la Industria y la Producción (UCIP), en el último año cerraron el 20 por ciento de los locales en Mar del Plata, ciudad que ya tiene un 10,1 por ciento de desocupados, según el dato del primer trimestre de 2019 difundido por el Indec.
(De Página/12)