CRISTINA CASTRO ANTES DE REUNIRSE CON ALBERTO FERNÁNDEZ: “FACU NO SERÁ OTRO DESAPARECIDO”

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En el día del cumpleaños de su hijo Facundo, que fue visto con vida por última vez el pasado 30 de abril, cuenta que su hijo era peronista, que admiraba a Estela Carlotto y que a ella “la boludearon días y días” para evitar que se “supiera la verdad”.

Cristina no necesita gesticular, se expresa con su mirada de bronca y dolor. “Acá estoy peleando, voy a pelearme con quien sea hasta que se sepa la verdad, no tengo dudas sobre lo que le hicieron a mi hijo, los quiero a todos presos, Facu conocía sus derechos, era militante, y cuando entré en la habitación que me asignaron asomo mi cabeza y veo a Evita, es una señal de que tengo que estar acá peleando por él, aunque odio las ciudades”, dice en diálogo con Página|12 en uno de los últimos pisos del hotel donde se aloja, sobre la avenida 9 de Julio. Es un día particularmente difícil porque Facundo Astudillo Castro, desaparecido desde el 30 de abril, hubiera cumplido 23 años. Cuenta que en su familia son reservados con su vida privada, que fue un año demasiado raro, que desearía poder estar con sus hijos, con el Tata César y sus nietos, y que ahora todo eso está suspendido porque “el sacrificio es para saber la verdad”. 

Castro –de 42 años, empleada de una estación de servicio en Pedro Luro, madre sola y cabeza de familia– aceptó las preguntas de un grupo reducido de periodistas, a horas de su encuentro con el presidente Alberto Fernández, ante quien volverá a pedir la renuncia del ministro de Seguridad bonaerense Sergio Berni. “Vengo a buscar respuestas”, dijo sobre la reunión. 

“Me boludearon días y días, iba a cada rato a la comisaría, y nada. La denuncia no se hizo tarde, jamás te vas a imaginar como mamá que ellos le van a hacer algo malo a tu hijo. La hicimos cuando la teníamos que hacer, Si hubiéramos tenido la cabeza podrida como ellos nos hubiéramos dado cuenta y la hubiéramos hecho antes, somos gente de bien, no nos imaginamos que puedan ser tan atroces”, agregó al ser consultada sobre el mes transcurrido entre la desaparición y la denuncia.

–En las fotos de Semillero Cultural está con los dedos en V. ¿Es peronista?

–Sí, peronista mal, más que de Boca. Se trenzaba a discutir de política con todo el mundo. Tenía una gran admiración por Estela de Carlotto, estropeó cantidad de remeras hasta lograr la del Che en batik. Crié pibes libres, cada uno decidió su rumbo. Facu era bohemio, estaba enamorado, quería volver con Daiana. 

–¿Él y los chicos de la estación cargaban con estigma y eran hostigados por la policía?

–No eran los chicos de la estación, eran los negros de la vía, les decían chorros, drogones para la gente del pueblo y para la policía, siempre estigmatizándolos. Los que vivían de este lado sufrían el bulling de sus propios compañeros, o los discriminaban por juntarse ahí. Fueron años difíciles, sacar chicos de la comisaría, no tener adonde denunciar, porque en Villarino sólo está la Policía Bonaerense, que se creen dioses que pueden hacer lo que quieran con la vida de cualquiera, porque no hay dónde denunciar. Esto no le pasó sólo a Facu, levantan a los pibes, los matan a palos en la comisaría, los largan y los amenazan, no hay organizaciones de derechos humanos, más allá de las chicas como Mechi, Vane y Leo (de Semillero). El hostigamiento policial es desde siempre. Estaban muy tristes cuando se disolvió la batucada, taparon los murales que ellos con tanto cariño habían hecho, de un lado las Madres de Plaza de Mayo y del otro Santiago Maldonado. Quisieron borrar sus huellas, como ahora quieren hacerlo con Facu, no lo voy a permitir. Si Facu hubiera nacido en otra cuna no le pasaba esto. A principios de abril pararon al surfista y lo escoltaron hasta su casa sin tocarle un pelo, a Facu me lo mataron, me lo desaparecieron, sé que fueron ellos. También hubiera sido otra la reacción del pueblo, del intendente tan altanero que tenemos. Por suerte estamos los laburantes, que somos muchos más.

–¿Piensa que los policías pueden haberlo reconocido en la ruta?

–Quizás, puede ser. Pero también puede ser que Facu les haya reclamado por sus derechos, se plantaba en esa. No les debe haber gustado. Cuando leo los mensajes de estos policías entiendo que Sosa, tan miserable, diciendo ‘vieron como salgo fachero en la foto’, decir que estaban cumpliendo órdenes del jefe, quién va a saber que fuimos nosotros, o Siomara Flores que dijo ‘qué puede llegar a hacer una negrita que limpia baños en una estación de servicio, un policía que dijo que estaban gastando recursos en un pendejo de mierda, con mi abogado Luciano (Peretto) que fue amenazado por un subcomisario, un sacado. La Bonaerense trabaja con la gente de la política. Ellos pensaron que me iban a hacer tener miedo. El comisario diciéndome ‘fijese señora lo que está diciendo, le está pegando feo a la policía’. Fue a prepotearme a mi lugar de trabajo, fue lo último que soporté de ellos. Salí, grité e hice todo lo que tenía que hacer. No voy a dejar que Facu sea un desaparecido más. Somos gente de paz, recontra solidarios, no se los vamos a permitir.

–¿Qué cosas detectó en la foto de su hijo que le negaron por un mes?

–Cuando la vi se me cayó el mundo, primero me dijeron que no la tenía nadie. Un periodista de Bahía Blanca la subió, entonces la miré para verla sin que se pixele, ahí vi que le faltaba la zapatilla izquierda, que está revolcado, esposado, tan bien no lo trataron como se burlan los policías. Son crueles, unos hijos de puta. Cuando me avisaron que necesitaban certificar el domicilio les dije que se acercaran a mi casa, una chica con número desconocido. Nunca más llamó. Lo empecé a llamar, Facu no me respondía hasta que me llama a la 1 y 33, me dice ‘mamá, no tenés idea dónde yo estoy’, estaba muy enojada y dolida, furiosa no me podía conectar con él. Me estaba desobedeciendo, juntando multas, no capté la señal. Al principio cuando fueron a hacer la denuncia no la quisieron tomar, les tomaron el pelo y anotaron en un papel de rotisería. Cuando fui yo una oficial me dijo ’22 años tiene tu pendejo’, que había que esperar unos días porque se había ido por sus propios medios, eso fue los primeros días de junio. Recién el 5 me la tomaron, el comisario Grilloni me dijo, usted no necesita abogados. Lo habíamos buscado a través de las redes, en Plottier, en Santiago del Estero, en La Pampa, en La Adela. Me mintieron diciendo que habían pasado el dato a todas las comisarías de Argentina, nunca habían llamado a nadie.

–¿Cuándo fue que se dio cuenta de lo que sucedía?

–El 19 de junio, que hicimos el rastrillaje con Luciano, aparecieron Flores y González, me paré en Mayor Buratovich sentí que se me venía la humanidad abajo, que Facu me decía buscame acá porque acá me hicieron algo, los últimos en verlo con vida fueron ellos. Así decidimos ir a Bahía Blanca, lloré dos días, le dije a mi papá ‘me lo mataron como a un perro’ y fuimos a hacer la denuncia. Buscamos a Leandro, a quien yo admiraba. El fiscal Ulpiano Martínez lo primero que quiso hacer es llamar a Caminada, comisario de la Bonaerense. Fue el único día que le vi la cara. La CPM se presentó como querellante con nosotros porque no podía ser que los únicos testigos eran policías salidos de la nada, que encima se contradecían, todo era una tomadura de pelo y una basureada. Llamaba a los medios, y nadie me atendió, salvo las radios, con la gente de derechos humanos estábamos solos. Cuando venía (Sergio) Berni recién ahí apareció el intendente de Villarino. Ahí sí aparecieron los medios. Nunca llegó a verme. Me llamó para decirme que me iba a devolver a Facu con vida. En ese momento la Bonaerense andaba por Cerri mostrando la foto de Facundo diciendo que era un peligroso delincuente armado. Denunciamos eso a Asuntos Internos, Berni estaba con la gente de Buratovich pero nunca se reunió conmigo. Cuando se fue sólo me dijo ‘lo siento mucho señora’. Tuve que discutir con todos, los que me pusieron cinco patrulleros en la entrada de Origone para que no pudiéramos pasar, con la oficial Flores que miraba al piso. 

–¿La policía de civil que dice que lo llevó de Buratovich a Origone?

–Sí. A mí se me saltó el indio, le dije ‘jamás me pudo haber llamado mi hijo desde acá, porque no hay señal’, tengo la prueba de que mi hijo me llamó, ella no tiene pruebas de haberlo dejado ahí a esa hora. Me mintieron en la cara, no tuve duda que fueron ellos. Hay testigos de que mi hijo estaba tirado, golpeado al costado de la ruta. González dice que le requisó la mochila a mi hijo, que fotografió el carnet de conducir porque no tenía el DNI. Se sabía de memoria la dirección de Daiana (la ex novia de Facundo), anotada en una libreta, dio tres versiones diferentes sobre cómo se alejó Facu. Luego fue ensuciar gente y chicanas, ni sabíamos dónde quedaba la comisaría de Origone, me quedé con mi hijo Alejandro en el patio, el perro Yatel empezó a labrar cuando encontró la bolsita con los cigarrillos recién ahí nos acercamos. Enseguida supe que era la sandía de Facu, le mandamos a fiscalía las fotos, no son juguetes, es algo del corazón, un tesoro que les dejó su abuela.

–¿Por qué pasó un mes antes de hacer la denuncia?

–Cuando se iba a mí me silenciaba, es el tiempo que esperé, el tiempo que siempre estaba incomunicado cuando estaba con la novia, y después salimos a buscarlo. A mí no me gustaba esa relación, la chica lo coartaba de sus amigos y amigas, Facu se crió muy libre. Pelearon muchas veces, traté de llevarme bien. Cuando estaba con ella era como que no estaba. Me decía que no me metiera, soy grande, es mi vida. Entonces yo lo respetaba. Cuando se iba a Bahía a veces estaba quince días sin hablar. Después me llamaba y me decía, perdón Bruja, la cagué. Yo esperé los quince días, empezamos a buscarlo por redes, los amigos no lo habían visto. Su amigo Dani quería hacer la denuncia, quise esperar porque nunca te vas a imaginar como padre que te va a pasar algo así. Daiana ya había avisado que él no llegó. En la primera publicación de Facebook, en mayo, Daiana dijo que hiciéramos la denuncia. Pero la policía de Luro tampoco me tomaba la denuncia, me llenaban la cabeza de que era culpa ‘de esa mina jodida que lo debe tener escondido, tiene un montón de hermanos, debe estar enojado’. Me boludearon días y días, iba a cada rato a la comisaría, y nada. La denuncia no se hizo tarde, jamás te vas a imaginar como mamá que ellos le van a hacer algo malo a tu hijo. La hicimos cuando la teníamos que hacer. Si hubiéramos tenido la cabeza podrida como ellos nos hubiéramos dado cuenta y la hubiéramos hecho antes, somos gente de bien, no nos imaginamos que puedan ser tan atroces y malditos. Trato a diario con la policía, les ofrecés agua caliente, hoy en día no los puedo ni ver, mintieron tanto para taparse.

–¿Se siente acompañada por las marchas que hay en todo el país?

–Me desaparecieron a mi hijo en democracia, esto no tendría que haber pasado, veo la gente de derechos humanos saliendo a pelear, mucha gente me llama para contarme que son papás de hijos que entraron a una comisaría y les dicen que se ahorcó. No sabía de la maldad de la policía hasta que me tocó. Este chico que ataron a un poste. Si tenés entre 17 y 24 la policía te considera un peligro que hay que exterminar, estoy cansada de chicos suicidados por la policía. A mí no me gusta la política, pero Facu militaba en Jóvenes por la Memoria y ha dejado huella y semilla. Es la gente que salió primero por él, no estaban haciendo política, lloraban a la par mía porque no lo podíamos encontrar. Les enseñamos a los pibes que esto no tiene que pasar nunca más, el nunca más tiene que ser en serio, y en cuarentena los fiscales no escuchan a los padres, no les toman la denuncia, nadie investiga nada, duele en el alma. Será que soy negra y rompe huevos por eso me están devolviendo el cuerpo de mi hijo, pero me duelen esos papás no escuchados. Importa más una tipa que se toma lavandina al aire, o un Berni que se pasea como si fuera el Ken de Barbie en los canales y jamás llamó a esos padres. Es la policía de Berni la que está suicidando pibes. Por eso quiero su renuncia, no tiene corazón, nos merecemos algo mejor.

–¿Le dirá eso al Presidente?

–Le voy a decir algunas cosas, pero más que nada quiero respuestas. Tiene una calidez humana distinta. El día que salía de levantar los restos de quien puede ser mi hijo, que estoy segura que es Facu, me dijo que él rogaba a Dios que no fuera, que Facu apareciera con vida. Me pareció sincero. Yo estaba rota. Ese día el intendente amenazaba a mi abogado, no tiene escrúpulos. A las tres de la mañana escucho a Berni diciendo que era mi hijo y que la mochila estaba enterrada, ni yo había podido verlo. Él y el señor Sasso de Bahía hasta el día de hoy no me han podido dar respuesta, buscaba la mochila, la documentación. No había ni mochila, ni documentos, ni ropa. Estaban mintiendo, no por mala información. Tuvieron mala intención. Sasso defiende a la Bonaerense y tiene acceso a la causa mayor que mis abogados, violó la intimidad de Daiana, de Facundo y la mía como víctima, al igual que el fiscal Ulpiano Martínez, que nos rechazó todos los pedidos, no me recibía.

–¿Qué le diría a quienes creen que la Bonaerense no tuvo nada que ver?

–No se olviden que no es sólo Facundo, pido la renuncia de Berni por todos los chicos que aparecen ahorcados en las comisarías, que no les dan una autopsia, por quienes para la policía y aparecen muertos. Hay muchísimos desaparecidos y Berni está sentado en un estudio de televisión, su sueldo se lo pagamos los ciudadanos, que de respuesta a los padres de los pibes suicidados por la policía y encuentre a cada una de las personas desaparecidas.

–¿Cuál es su expectativa respecto a la autopsia?

–Sabemos lo que pasó, esperamos que el cuerpo hable para meter tras las rejas a todos los que por portar un uniforme se han creído que son dioses, dueños de la vida de los demás. 

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